Río 2016-básquet: Incuestionable, una caída y las intrigas de siempre por los cruces
La Argentina fue superada por España 92-73; el duelo Lituania-Croacia quedó bajo la lupa y afloraron los recuerdos de Londres 2012, cuando Gasol y compañía eligieron evitar a EE.UU.
RÍO DE JANEIRO.– Mientras se aflojaban, bajaba la adrenalina y empezaban con tareas regenerativas en la Villa Olímpica después de la memorable y estresante victoria sobre Brasil, la euforia del seleccionado argentino de básquetbol fue mutando en una mueca de contrariedad al tomar conocimiento de la paliza que España le daba a Lituania. Nada que no pudiera ocurrir, en definitiva, porque a pesar de las derrotas con Brasil y con Croacia, Pau Gasol y sus laderos son los campeones de Europa. Lo que borró las sonrisas de unos cuantos, que le jugaban alguna ficha a los invictos lituanos, fue el resultado: 109-59. Demasiado: no era Nigeria, sino Lituania. Y ahí comenzó otra historia. La de las intrigas e inevitables suspicacias. Aunque puertas afuera el mensaje no sea de llorones ni de dedos acusadores, hacia adentro se reciclaban capítulos de otros tiempos.
La Argentina obtuvo su plaza para los cuartos de final ese día frente a Brasil, se ubicó entre los ocho mejores, pero empezaba a tener referencias sobre el cruce de la vida en los Juegos Olímpicos. Ese que envía a pelear por una medalla o que deja las ilusiones transformadas en un diploma. Para el básquetbol, en lo que es la despedida de los últimos integrantes de la Generación Dorada, avanzar de rueda, en una zona compleja, era una satisfacción. Pero si además el choque de cuartos no se presentaba casi inaccesible, mucho mejor. Evitaba toda discusión ganándole a España en el cierre del Grupo B, pero el partido, más allá de la auspiciosa ráfaga del comienzo (8-0, con dos triples de Ginóbili) se le empezó a ir rápidamente, en ese primer cuarto mismo y con un 22-3 parcial en contra que le frenó cualquier intención. Fue derrota por 92-73, para la que no hubo excusas físicas ni técnicas: España fue claramente superior, hizo pesar su variedad, velocidad y combinaciones, con un Rudy Fernández inspirado. Dominó el juego interior, plantó a Gasol en el medio de su defensa zonal y a partir de ahí le cerró todas las posibilidades ofensivas a la Argentina, en una jornada muy distinta a la tuvo con Brasil. ¡Si hasta el Chapu Nocioni quería picar la pelota para encarar y se le escapaba, a la vez que sus tiros desde afuera ayer no entraban!
Las primeras señales las dio el propio DT Sergio Hernández: Nocioni y Campazzo, los de mayor protagonismo y desgaste frente a Brasil, fuera del quinteto inicial. Ganar era el objetivo, pero no a cualquier precio. Si había una batalla, era la del mañana, no la de anoche. Después, el desarrollo marcaría las prioridades y las estrategias. España, con su poderío y jugándose el pase a cuartos, no dejó resquicios, frustró a la Argentina y la puso en “modo cuartos” sin chances de rebelión. Y después de jugar 50 minutos ante Brasil, con las leyendas que van desde los 33 a los 39 años y sometidas a una prestación física-emocional devastadora, el sentido común termina por establecer la hoja de ruta.
Ahora bien, ¿qué hay de las intrigas y las sospechas? Temprano, la Confederación Argentina de Básquetbol le solicitó al Comité Olímpico Internacional “que posara su mirada” en el partido de cierre de jornada entre Lituania y Croacia. ¿El argumento? La posibilidad de que Lituania “no jugara a ganar” para cruzarse con Francia y no con Serbia en cuartos. ¿En qué incidía ese resultado? En qué, en caso de ser derrotada por España (lo que sucedió), y de ganar Croacia, la Argentina quedara 4ª, con lo cual su adversario sería… el Dream Team. Caso contrario, le tocaba Australia. El COI quedó en “seguir de cerca” el desarrollo de ese partido.
Los duelos de cuartos de final en los Juegos Olímpicos son un capítulo siempre especial. España mismo lo sabe: en Londres 2012 tiró el partido con Brasil por la última jornada para evitar caer en la llave del Dream Team, mientras que la Argentina no especuló contra Nigeria, le ganó, y se cruzó con Estados Unidos en las semifinales. ¿Cómo terminó todo? España fue medalla plateada y la Argentina no llegó al podio. ¿Viveza? ¿Practicidad? ¿Sistema injusto? Un poco de todo, pero se juega con ese formato, todos lo saben y queda abierto a esta clase de situaciones.
“A España le pasó en Atenas: era una máquina y después le tocó Estados Unidos en cuartos y chau”, recordó Ginóbili. “No tuvimos piernas para buscar revertir el resultado y además, ellos jugaron muy bien, estaban heridos y necesitaban ganar”, agregó.
La cabeza ya estaba en el mata-mata. Cualquiera de las dos cartas, son bravísimas. Una más que la otra, es cierto. Con el deseo ferviente de que no sea la noche del adiós.
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