Los chicos buenos
Detroit, 14 años después de los “bad boys”, logró su 3er título en la NBA, humilló a los Lakers, sorprendió a todos y dio cátedra por su disciplina táctica
La apabullante, sorpresiva y magnífica victoria de Detroit Pistons en la final de la NBA, esa que en el quinto y decisivo partido de anteanoche terminó por avergonzar a los categorizados Lakers con un lapidario 100-87 y no menos contundente 4 a 1 en la serie, sirvió para establecer registros históricos, para desatar un loco festejo en Auburn Hill por el 3er título de la franquicia, pero, también, para recordar un viejo lema del basquetbol: que cinco siempre serán más que uno.
Y no es una cuestión obvia y matemática. Tiene que ver con la unión, la solidaridad, el juego colectivo, la intensidad y la convicción del trabajo. Eso fue Detroit, un grupo sólido, sin estrellas, obediente -nada que ver con los criticados bad boys, o chicos malos, que ganaron con mañas y juego duro en 1989 y 1990-, respetuoso de la táctica impuesta por el técnico Larry Brown, la que se ejecutó con serenidad, confianza e inteligencia.
Los Lakers, todo lo contrario. Pese a sus luminarias y a los cuatro fantásticos, nunca jugó en conjunto. Dependió a veces de Kobe Bryant y otras Shaquille O’Neal. Nada más. Porque los que más hambre tenían de ganar su primer anillo, Karl Malone y Gary Payton, fracasaron bajo el peso de sus años y limitaciones físicas. Sin una estructura de equipo donde apoyarse, las figuras fueron diluyéndose partido a partido, hasta caer en el desánimo y la bronca.
El último, el de anteanoche, fue la peor afrenta para los cotizados Lakers. Richard Hamilton (21 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias), Tayshaun Prince (17, 10 y 2) y Ben Wallace (18 y 22) fueron las estrellas; pero al final, sobre el podio, tras la entrega del trofeo Larry O’Brien al veterano dueño de los Pistons, Bill Davidson (81 años), el que surgió como héroe de la conquista fue Chauncey Billups, elegido el mejor jugador de la final (MVP). "Creímos en nosotros y en nuestro equipo, no somos sólo individualidades... Esto es lo que soñé desde niño, es increíble", señaló Billups, en medio de los festejos, entre gorritos alusivos al título, papelitos brillantes, habanos y champagne.
Larry Brown, que intentó escapar al ruido, se mostró muy emocionado por su primer título tras 21 años en la NBA. "Lo mejor es que lo conseguimos jugando un buen basquetbol. No pensé que este equipo iba a jugar tan bien, fue increíble. Estoy muy feliz", señaló el DT de los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos.
De otro lado hubo resignación y dolor. "Perder este campeonato indica que quizás es momento de dejar Los Angeles", señaló Phil Jackson. "No sé si seguiremos junto con Kobe, cada uno elegirá lo más conveniente", dijo O’Neal. "Si no estoy bien físicamente lo mejor será retirarme", afirmó Malone. Una dinastía se termina, destruida por el juego de un gran equipo y un histórico campeón.
Datos
- Fue el 3er título de Detroit. Los anteriores, en 1989 y en 1990, con Isiah Thomas, Joe Dumars, Vinnie Johnson, Bill Laimeer, Rick Mahorn, Jhon Salley, Mark Aguirre y Denis Rodman).
- Por primera vez desde 1985, con el formato 2-3-2 de las finales, un equipo ganó los tres cotejos en su cancha.
- Larry Brown obtuvo su primer título luego de 21 años en la NBA y se convirtió en el técnico de mayor edad (63 años) en lograrlo, pero también en el primero que consigue un campeonato Universitario (NCAA) con Kansas, en 1979, y otro de la NBA.
- Fue la primera final perdida por Phil Jackson, había ganado 6 con Chicago y 3 con los Lakers. No pudo superar a Red Auerbach en cantidad de títulos obtenidos (9).
- Un equipo del Este no obtenía el título desde 1998, cuando lo consiguió por última vez Chicago Bulls, con Michael Jordan.
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