El sucesor de Passarella. Bielsa hizo pie en Ezeiza
El técnico llegó a la Argentina para definir el nuevo proyecto de la selección; hoy se reúne con José Pekerman
El último rastro que conservó de su paso por España fue el retorcido ticket del vuelo 843 de Iberia. Después, todo fue distinto. Ayer, a las 8.20, Marcelo Bielsa tocó suelo argentino, observó el cielo sin nubes y reflexionó:"Ahora todo depende de mí". Conociendo lo que le espera, Bielsa sabe que éste será uno de los días más importantes de su carrera profesional. Porque hoy se reunirá con José Néstor Pekerman para definir su vínculo con la AFA y así convertirse en el sucesor de Daniel Passarella al frente del seleccionado mayor. Y el presidente de la máxima entidad del fútbol argentino, Julio Grondona, también podría participar de la reunión.
Luego de acordar los términos del proyecto, Bielsa regresará mañana a España para retomar las riendas de su equipo, Español de Barcelona, que en la primera jornada de la liga superó a Tenerife por 2 a 1, y ahora deberá enfrentarse con el Mallorca de Héctor Cúper. Este primer paso del desembarco en el seleccionado argentino es un sueño que empezó a tomar forma en la cabeza de Bielsa desde que comenzó como colaborador de Jorge Griffa en las divisiones inferiores de Newell´s.
El mismo lo ratificó ayer, en el aeropuerto de Ezeiza:"Este es el episodio más importante de mi carrera. Sin dudas, el máximo orgullo para cualquier entrenador es dirigir al seleccionado de su país".
Pero para llegar a este momento, el rosarino sufrió 19 jornadas de negociaciones interminables con el club catalán, con el objetivo de rescindir el contrato y escuchar el ofrecimiento de la AFA.
Al final, Bielsa cumplió su misión: acordó su desvinculación de Español con el OK del presidente de la entidad, Daniel Sánchez Llibre, y no tuvo que recurrir a una renuncia forzosa.
Los puntos quedaron claros con la entidad de Barcelona. El entrenador continuará dirigiendo al equipo hasta el 24 de diciembre. Si los dirigentes encuentran a un reemplazante antes de esa fecha, entonces Bielsa quedará a disposición del seleccionado argentino.
Como cualquier turista
Impredecible como siempre, Marcelo Bielsa engañó a todo el periodismo en su llegada a Ezeiza. Flotaba en el ambiente la sensación de que el ex entrenador de Newell«s y Vélez elegiría una puerta secreta para enfilar hacia la salida. Nada de eso ocurrió:como pancho por su casa y con un buzo y un pantalón deportivos, Bielsa caminó en soledad por el corredor humano por donde salen todos.
¿Su aspecto? Por lo menos, la expresión de su cara nada tenía que ver con los rostros duros que reproducían las fotos de sus últimos días en tierra española. Es que ya había dejado atrás los nervios. Ahora se sentía en paz consigo mismo y con la tranquilidad de haber actuado como él había pensado.
Sólo se alteró cuando una periodista lo interrumpió no menos de tres veces mientras el entrenador brindaba algunas de sus opiniones. Cuando finalizaron las preguntas se dirigió a un quiosko del aeropuerto y le pegó un vistazo a las tapas de los diarios argentinos, pero no compró nada.
En la despedida, Bielsa se subió a la camioneta ranchera Chevrolet Silverado celeste que lo trasladaba cuando era el técnico de Vélez. Dejar las valijas en un céntrico hotel porteño fue el primer destino. El cumpleaños de una de sus hijas y la visita a toda una familia que permanece y lo extraña en Rosario, serían el escenario de reposo para la antesala del día más importante de su carrera.