La preparación para ir a Venezuela. Boca contraataca
La comisión directiva del club de la Ribera cambió de actitud y anoche le pidió a la AFA que Fabbri y Cáceres dejen el seleccionado para jugar ante Racing por la Supercopa; Passarella amenazó: "Si se los llevan, convoco a otros dos".
Anoche, a última hora, explotó la bomba: Boca se arrepintió de lo resuelto por la tarde y le envió un fax a la AFA para que Néstor Fabbri y Fernando Cáceres dejen el seleccionado y mañana integren el conjunto de Carlos Bilardo que se medirá con Racing por la Supercopa.Como resultado de la reunión extraordinaria de la comisión directiva xeneize, surgió por unanimidad que "Passarella está perjudicando a Boca, ya que insiste en quedarse con los futbolístas cuando en realidad ellos deberían estar autorizados para jugar".
Naturalmente que por la hora en que se tomó la decisión, sólo se sabrá hoy la actitud que tomará Passarella, aunque por lo que sostuvo en la jornada de ayer todo indicaría que Cáceres y Fabbri serán desafectados del equipo nacional.
El director técnico Daniel Passarella fijó ayer su posición irreductible: "No estamos preocupados por el tema; los jugadores son de los clubes y los prestan al seleccionado cuando los dirigentes quieren. Si nos piden a Cáceres y Fabbri los daremos, pero en su lugar convocaremos a otros dos jugadores. Ya lo tenemos definido. Aquí no tienen nada que ver los cinco días de anticipación con que cuentan los clubes de Europa para ceder a los futbolistas. Ese es un acuerdo que rige entre la FIFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol. Nada que ver con los jugadores locales; aquí los presidentes firmaron que el seleccionado es la prioridad número 1. Si se los llevan no estarían colaborando con el seleccionado".
Boca no no los cede
Ante esta postura intransigente de Passarella, Boca cedió en su idea original. El vicepresidente, Pedro Pompilio, a disgusto, le dio un corte a la situación en declaraciones a La Red: "Habíamos presentado el pedido en la AFA, pero ya le comunicamos a Bilardo que no tendrá a Fabbri ni a Cáceres. Vamos a jugar con Racing como quiere Passarella, que está perjudicando a Boca". Con esta decisión, Boca trataba de no perjudicar a sus jugadores y los sacó del fuego cruzado entre el club y Passarella. Siempre, en estos casos, los futbolistas quedan como el jamón del sandwich, sometidos a los tironeos de uno y otro lado. Antes de conocerse el desenlace, tanto Fabbri como Cáceres dijeron que ellos acataban lo que se resolviera. "Mi deseo está de ambos lados. La decisión no es nuestra", expresó Cáceres.
"¿Cómo puede ser que (Passarella) considere a Cáceres y a Fabbri tan fundamentales y luego los sustituya tan rápidamente? ¿Cuál es el inconveniente de que jueguen y de que el mismo jueves, a la medianoche, regresen a la concentración de Ezeiza? Después puede practicar con ellos todo el tiempo que quiera", se preguntó Pompilio, que enseguida aclaró que no busca conflictos: "Los dejamos junto con Passarella porque no queremos problemas, fundamentalmente con Julio Grondona. Para nuestra institución es un orgullo tener jugadores en el seleccionado, pero Passarella es muy duro con nosotros".
A Passarella esta vez parecía que le tocaba ganar en su cotidiana y recurrente lucha de armar un plantel y disponer de tiempo para entrenarlo. Llevó la presión casi al límite de la extorsión ("Si juegan, llamo a otros dos"). Y el técnico confiaba en su estrategia antes de que se conociera la palabra de Pompilio. "Descarto que lo de Fabbri y Cáceres se va a resolver en forma positiva", había comentado Passarella ayer al mediodía.
Por lo general, el técnico siempre venció en la pulseada con los clubes argentinos. River, cuando en marzo último enfrentó como local a Minervén por la Copa Libertadores, se vio obligado a ceder a sus convocados. Muy distinto es cuando el entrenador debe lidiar con las entidades europeas. Allí no le queda otra que conformarse con la ajustada anticipación de cinco días con que llegan los futbolistas. Y a veces esos plazos se acortan, como ocurrió con José Flores antes del partido con Paraguay. No arribó en el lapso esperado y fue reemplazado por Guillermo Barros Schelotto.
Sin embargo, por la noche los dirigentes de Boca retrocedieron en su posición de ceder a los jugadores y recrudeció la lucha por los jugadores que hoy seguramente deberá tener un corte definitivo.
Se sabrá antes el equipo
Daniel Passarella adelantó que frente a Venezuela, el periodismo no deberá esperar hasta una hora antes del encuentro para conocer la formación del equipo. "Es muy probable que conozcan el equipo con anterioridad al miércoles próximo (día del cotejo en San Cristóbal)", les anunció Passarella a los cronistas. ¿A qué se debe este cambio de hábito? "A diferencia de cuando jugamos con Paraguay, ahora estoy más decidido sobre una formación", agregó el técnico.
Habitualmente, Passarella hacía públicas las alineaciones un día antes de los encuentros. Después, con las eliminatorias comenzó la época del hermetismo y del ocultamiento, que se extendió a los Juegos Olímpicos.
Juntando piezas. Claro que el entrenador, cuando falta una semana para el cotejo con Venezuela, aún no dio ninguna pista sobre los once que irán desde el arranque.
Hay cinco que son indiscutibles y tienen un lugar asegurado: Ayala, Almeyda, Simeone, Ortega y Batistuta.
Sobre el controvertido puesto de arquero, Burgos quedaría al margen y Cavallero tendría una leve ventaja sobre Abbondancieri, aunque la decisión se tomará de acuerdo con lo que vea en las prácticas. Al no ser convocados Zanetti y Chamot, Hernán Díaz y Pineda -no hay que descartar a Sorin- estarían como marcadores de punta. Cáceres se mantendría como compañero de Ayala en la pareja de zagueros.
En el mediocampo, asegurados Simeone y Almeyda, queda por develar la posición de Ortega: si se mantiene como enganche, Claudio López sería el otro delantero; si el jujeño pasa al ataque, Albornoz entraría de cuarto volante. Para ir por la izquierda, Morales tiene más posibilidades que Berti.
Ortega: "A veces nos falta suerte"
Nunca perdió la fe en sus condiciones. Ni siquiera en los comienzos, cuando en cada gambeta se jugaba, acaso, su destino. A los 22 años, Ariel Ortega no conoce de inhibiciones cuando pisa los campos de juego. En un mundial, en una eliminatoria o en un amistoso. Toda vez que se topó con la pelota, el andar del volante de River revistió un rasgo ineludible: jamás renunciar a su estilo. A pocos días del partido con Venezuela, es consciente de que las condiciones se deben demostrar en cada presentación. Y que quizás haya quedado en deuda en sus últimas actuaciones con el seleccionado.
El miércoles próximo tendrá una nueva oportunidad. La duda es, una vez más, si lo hará de delantero o de enganche, como en encuentro frente a Paraguay. "No me importa jugar de lo que sea, yo quiero estar adentro de la cancha. Como delantero o como enganche, lo que sea. Lo que quiero es jugar", sostuvo luego de la práctica que el seleccionado realizó en Ezeiza.
-¿Pero dónde te sentís más cómodo?
-En donde sea, en serio, no tengo inconvenientes. Por ahí, como delantero tengo más posibilidades de marcar goles, porque uno gambetea y enseguida queda mano a mano con el arquero. En la mitad de la cancha, en cambio, hay que gambetear más para llegar. Pero insisto en que no tengo problemas en jugar donde me lo pida Passarella.
-¿Cómo creés que llegan al partido con Venezuela?
-Bien, faltan todavía unos días. Estamos entrenando con muchas ganas, a la espera de los otros jugadores que vienen de Europa.
-En lo personal, ¿influyó anímicamente la derrota del domingo frente a Boca?
-Y, hubiese sido mejor que ganáramos, porque creo que hicimos un buen partido. Pero bueno, ya está, ya pasó. Ahora está el partido de la selección, y estoy pensando nada más que en el día en que juguemos frente a Venezuela.
-¿Qué tienen que mejorar?
-Creo que muchas cosas. Por ahí, un buen resultado nos vendría muy bien. Pero hay que reconocer que a veces nos falta un poco de suerte; no ligamos. Ganar en Venezuela nos vendría bárbaro.
-¿Sentís que la gente vuelve a cuestionarte luego de tus últimas actuaciones?
-No, en absoluto. Creo que no es así.
-¿En qué nivel estás en la actualidad?
-Estoy en un muy buen momento personal.
Gallego espía al rival
Para ir teniendo mayores datos y precisiones sobre el próximo rival de las eliminatorias, Américo Gallego -técnico alterno del seleccionado- viajó para presenciar el amistoso que Venezuela disputará hoy ante Costa Rica, en la calurosa y húmeda ciudad de Barinas, a 515 kilómetros de Caracas. Este será el último encuentro de preparación del conjunto dirigido por Rafael Santana, que en los últimos días fue muy criticado por su pobre actuación frente al limitado Llaneros -octavo en el campeonato venezolano-, al que venció por 1 a 0.
Claro que Venezuela no contará con todos sus jugadores, ya que los de los cinco convocados del exterior, por ahora sólo se incorporó Dionni Guerra (Deportes Concepción, de Chile). Para los próximos días se espera al arquero Rafael Dudamel (Independiente Santa Fe, de Bogotá), los volantes Gabriel Mirando (Emelec, de Ecuador) y Juan Carlos Socorro (Las Palmas), y el delantero Gianni Savarese (Metro Stars, EE.UU.). El técnico dejó al margen a Stalin Rivas (Millonarios, de Bogotá), la aparición más importante del fútbol venezolano en los últimos años. Tampoco contará con Edson Tortolero, suspendido.
Santana comentó que el encuentro de esta noche se lo toma "muy en serio", y le servirá para definir la formación frente a la Argentina. Venezuela se alineará hoy con Golindano; Filosa, William González, Leonardo González y McIntosh; Gerson Díaz, Sergio Hernández, Urdaneta y Félix Hernández; Morán y Castellín o Guerra.
Pese a que Venezuela figura como el rival más débil de toda la serie, Passarella prefirió la cautela: "En el nivel internacional ya no hay partidos fáciles, y menos en las eliminatorias. Me acuerdo cuando jugamos en San Cristóbal en 1985; teníamos grandes nombres (Maradona, Burruchaga, Passarella mismo) y ganamos por 3 a 2, pidiendo la hora. Sabemos que ante Costa Rica no estarán todos los titulares, pero a nosotros nos interesa conocer el funcionamiento, más allá de los nombres".
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