Boca tiene todo por delante
La punta con comodidad, el invicto en la Copa Mercosur y la cita con Real Madrid, en Tokio, encienden la ilusión
Poco más de dos meses quedan para cerrar el 2000. Muy poco tiempo en el que el agitado calendario futbolero le propondrá a Boca mantener varias citas con la gloria. La cómoda punta en el torneo Apertura lo entusiasma; la sólida marcha con el equipo alternativo por la Copa Mercosur lo mantiene expectante, y la final de la Copa Europeo-Sudamericana, frente a Real Madrid, en Tokio, es esperada como la ocasión de darle brillo y reconocimiento internacional al ciclo que Carlos Bianchi comenzó con una pretemporada en Tandil, a mediados de 1998.
La idea del cuerpo técnico es afrontar cada desafío paso por paso. Sin mirar más allá del partido que vendrá. El Virrey les ha prohibido a sus dirigidos que pongan la cabeza en objetivos a futuro porque sólo lograrán desatender el presente. Bianchi confía en apostar al día a día para llegar a fin de año, por qué no, con varias vueltas olímpicas. Siempre con el tranquilizante adicional de haber sumado los tres puntos por la victoria ante Los Andes -el partido, por la 16a. jornada del Apertura, se adelantó porque en esa fecha el conjunto de Carlos Bianchi se encontrará en Tokio- Boca (30 unidades) mantuvo ayer la ventaja de seis puntos sobre su perseguidor, ahora, solo Gimnasia y Esgrima La Plata (24). Pero la sensación de creciente confianza xeneize está estrechamente vinculada con el retraso en la tabla de posiciones de River (22), el gran rival. El que todos sienten en la intimidad boquense que es el único que puede discutirle, mano a mano y hasta último momento, el título.
El fixture de Boca reserva obstáculos de cuidado en los próximos siete compromisos de aquí hasta el final. En lo inmediato, la visita a Santa Fe para jugar con Colón, por ejemplo. Y, más adelante, aparecen los clásicos con Independiente, en Avellaneda, y con San Lorenzo, en la Bombonera, además de también recibir a Talleres (23), que ha trasladado sus buenas intenciones a una campaña que lo ilusiona. Como en su momento el River de Ramón Díaz impidió el tricampeonato de Boca luego de las conquistas en el Apertura 98 y el Clausura 99, ahora a Carlos Bianchi lo entusiasma devolver la gentileza.
El plano internacional también seduce, claro. Después de un marcha sin sobresaltos para ganar invicto el Grupo D de la Copa Mercosur, Atlético Mineiro será el rival el 1° y 8 de noviembre, en los cuartos de final. Por ahora, Bianchi seguirá apostando al conjunto alternativo que le permitió llegar hasta aquí y que, además, podrá definir como local cada una de las llaves que le toque jugar. En caso de acceder a las semifinales y, evaluación mediante de la marcha por entonces en el Apertura, tal vez allí Bianchi se deje tentar con la posibilidad de presentar la formación titular.
Y aún queda lo mejor. Por ahora sólo las agencias de viajes recuerdan que el 28 de noviembre Boca estará en Tokio para definir con Real Madrid quién es el mejor club del mundo. Nada menos. A los jugadores les parece que ese partido aún está muy lejos, tratan de matar la ansiedad, pero en voz baja ya sueñan con él. Hace algunos meses, en Boca se trazaron el choque en Japón como el gran objetivo para el segundo semestre del 2000. Y lo sigue siendo, pero ante esta realidad cargada de victorias, la actualidad anima más que nunca. La prioridad de Bianchi es hoy. Será porque el futuro también invita al optimismo.
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