Entre nubes de humo y pesquisas intrigantes
Todo el éxtasis boxístico vivido en la última quincena por el alto voltaje expuesto en los combates "Canelo vs Golovkin II", generador de más de 120 millones de dólares y "Joshua vs Povetkin", cautivante duelo de 80.000 estoicos espectadores –bajo la lluvia– en el estadio de Wembley, pareció sucumbir, en las últimos días, ante tres rumores basados sobre el "humo informativo", que, a modo de globo aerostático, comenzó a tomar altura y quizás ocasione en algún momento noticias concretas sobre el trío involucrado: el quilmeño Sergio "Maravilla" Martinez y los norteamericanos Floyd Mayweather y Oscar de la Hoya.
"Maravilla" nunca pensó en todo lo que podía desencadenar su desafío cibernético al mexicano Julio Cesar Chavez (h.), para volver a enfrentarse tras aquel épico combate de 2012. A los 43 años dejó que el murmullo creciera y jamás volvió a declarar sobre el mismo, permitiendo que su nombre volviera a escena en las últimas horas como sus tiempos de esplendor.
Mientras el legendario Julio Cesar Chavez, padre del coprotagonista de este episodio, deducía que el 17 de noviembre podrían pelear en algún escenario de Texas –estado norteamericano en donde los sistemas de regulaciones médicas y dopajes son mínimos para este deporte– el promotor británico Eddie Hearns indicó que esta confrontación sería ideal para su sistema de televisación por streaming: DAZN.
La cadena Showtime se desentendió del trascendido y programó para esa fecha, en Atlantic City, a la estadounidense Claressa Shields frente a la alemana Christina Hammer, por la unificación del cetro mediano. Martinez, en su cuenta de Instagram, en su último video, invitó a alentar al español Sergio García, en su puja por el título europeo. No habló de otra cosa, pero nadie detiene estos corrillos.
Cuando el exquíntuple campeón mundial Floyd Mayweather doblegó al luchador Conor McGregor, en agosto de 2017, su hijo mayor, Koraun, de 17 años, expresó: "Mi papá ya no tiene luces suficientes para seguir en el ring". Floyd aceptó la sentencia de su primogénito decidiendo cerrar su ciclo pugilístico con la marca inmaculada de 50 victorias consecutivas. Claro, lució viejo y agotado.
Sin embargo, a los 41 años, se entremezcló en el andar de Las Vegas, invitando al filipino Manny Pacquiao a una foto promocional que recorrió el mundo anticipando un desquite para 2019 de lo que fue aquel gran fracaso de 2015, que aún el boxeo creíble sigue pagando. Y previo a ello, una posible reaparición en Japón. ¿Tiene sentido y tendrá consumo una revancha? ¿Qué lugar ocupa la lógica deportiva en medio del negocio? Cuesta entenderlo y mucho más difundirlo.
Por último, el exséxtuple campeón norteamericano, Oscar de la Hoya, ratificó su lanzamiento a presidente de los Estados Unidos, en las próximas elecciones de 2020. Señaló que su reto inmediato es Donald Trump y que se necesita esfuerzo y dinero para ello: "Debo poner los 800 millones de dólares que gané en el boxeo al servicio de la gente. Y sobre todo de los latinos que están en esta tierra. Soy hijo de mexicanos, de Cecilia y Joel, y debo hacer algo para que no encarcelen padres y los separen de sus hijos."
Entre nubes de humo y "noticias" con personajes incomparables, el boxeo volvió a hacer mucho ruido. El gran dilema es que nadie midió aún las consecuencias que ocasionarían algunas de estas pesquisas si se convierten en acontecimientos reales.