Cada uno tiene su pequeño Everest
El montañista argentino Willie Benegas, que hizo siete cumbres en el Everest y medio centenar en el Aconcagua, estuvo de visita en nuestro país. En una charla con LA NACION extrema, habló de todo
Willie Benegas sabe de hazañas en la montaña. Siete cumbres en el Everest y 50 ascensiones al Aconcagua son pruebas superadas por este argentino que, pese a haber nacido en Puerto Madryn, emigró a Estados Unidos para establecerse ahí ya hace varias décadas.
De rubia cabellera y cierto dejo extranjero en su pronunciación, Willie se acomoda en el nuevo local que la firma North Face acaba de abrir en el shopping Alto Palermo y comenta: "¿Qué queda después de haber hecho tantas cumbres? Hacer otras cien más. Es que cada proyecto de escalada que termina, igual que una carrera para un estudiante universitario o un campeonato para un futbolista, significa intentar nuevos desafíos, porque cada vez que se logra una cumbre se disfruta de manera diferente".
Si bien llegó a tener el récord de tiempo en ascenso y descenso del Aconcagua, dice que eso no es lo importante, al tiempo que desmitifica el hecho de hacer cumbre. "Lo que realmente importa, mucho más allá de llegar a la cima o no, es todo el proceso que se da al escalar cualquier montaña", dice sin titubear este hombre que suele pasar los inviernos del Hemisferio Norte controlando avalanchas en diversos centros de esquí del estado de Utah. Y agrega que tanto en ésta como en otras montañas hay ciertas reglas que se deben seguir: "En el Everest, por ejemplo, para mí llevar oxígeno es importantísimo y siempre lo utilicé en esas alturas. Claro que otros hicieron cumbre sin máscara El tema es que muchos no bajaron con vida", advierte.
Llegar al Techo del Mundo, como se conoce a ese monstruo de 8848 metros de altura, junto con su hermano gemelo Damián, variando laderas y desafiando distintos filos es la marca registrada de los Benegas, que tocaron la cima por primera vez en 1999. Juntos conquistaron otros picos de los Himalayas, como el Nuptse, de 7861 metros, muy cercano al Everest, donde abrieron una nueva ruta que llamaron Serpiente de Cristal, en la pared norte, que fue un ascenso tan destacado por su tremendo grado de dificultad y limpieza que les valió el Premio Golden Piton 2003, que otorga la revista norteamericana Climbing: "La familia es lo primero", bromea Benegas al referirse al tema.
Este orgullo argentino vuelve una y otra vez a Nepal como guía de muchas personas que buscan desafiar los picos más altos del mundo. Lo mismo hace en diversos lugares de América del Norte en verano. Como si esto fuera poco, Benegas tampoco abandona la montaña en invierno, momento en que se calza las tablas para hacer rescates, controlar avalanchas o descubrir algún lugar nuevo fuera de pista.
"A la Argentina la veo muy bien. La actividad de escalada, endurance o cualquier deporte extremo tiene cada vez más adeptos aquí. Por algo estamos ahora inaugurando esto", dice respecto del local de la firma que es su principal sponsor. Y recomienda Bariloche o Córdoba como "lugares maravillosos para practicar deportes de aventura". Y lo dice con autoridad, ya que aún hoy sigue corriendo endurance.
"¿Qué le diría a cualquier persona que intenta comenzar a escalar? Que cada uno tiene su pequeño Everest. Que nunca dejen de intentarlo, pero con respeto por la montaña", concluye.
lanacionar