Chamot: quiero el desquite
Una cruz: al defensor de Lazio aún le pesa la eliminación frente a Rumania, por los octavos de final del Mundial de los Estados Unidos.
MENDOZA (De un enviado especial).- No se hace notar, precisamente, por verborrágico. Eso está clarísimo. Habla poco. Muy poco. Tampoco resulta uno de los más asediados por la prensa ni por los hinchas. Pero él siempre está. José Antonio Chamot es uno de esos jugadores cumplidores que prefieren el perfil bajo antes que las estridencias.
Ahora se encuentra parado sin gente alrededor. Conversa con el juvenil Juan Román Riquelme en un rincón, tal vez dándole algunos consejos para el futuro italiano del volante de Boca. Serio, prolijo, Chamot habla bajito como para no armar alboroto.
Es difícil arrancarle las palabras de la boca. Pero esta vez quiere decir algo. Aunque deba combatir con su timidez, Chamot necesita gritar sus ansias de desquite.
Es que él y Diego Simeone son los únicos titulares que jugaron, desde el principio y hasta el final, aquel partido fatídico ante Rumania, en el Mundial de los Estados Unidos, cuando el seleccionado, entonces orientado por Alfio Basile, se despidió de la Copa al caer por 3 a 2, en un match correspondiente a los octavos de final.
"Les quiero ganar"
Y el hombre, a su manera, se suelta. "Todos decían que nosotros éramos favoritos, pero Rumania dio la sorpresa y nos eliminó. Ahora, si bien este es un amistoso y no un Mundial, le quiero ganar a Rumania. Quiero un desquite", confiesa después de la enésima repregunta.
-¿Qué te viene a la mente cuando recordás la eliminación en el último Mundial?
-Teníamos un equipazo, si nos dejamos llevar por los nombres y el fútbol que erámos capaces de desarrollar. Pero bueno, nos quedamos afuera. A veces no basta con los apellidos y la historia.
-¿Te quedó una espina clavada desde ese día?
-Yo no digo que ya pasó, porque no es así. Pero tampoco siento que me quede un rencor muy grande. Fue una lástima que no hayamos podido avanzar más.
-¿Tener enfrente al equipo que los eliminó te da lo mismo?
-Seguramente, algo te queda del Mundial. Y uno siempre busca el desquite. Sé que esta es una buena posibilidad, aunque se trate de un amistoso.
-¿Rumania se convirtió, para vos, en uno de esos seleccionados a los que les querés ganar siempre?
-Sí, puede ser, aunque yo, primero, quiero jugar en la selección. Igual, sé que hay partidos muy importantes, clásicos, como contra Brasil o Italia. Y esos son especiales, para nosotros y también para la gente.
-¿Por qué en Italia no dan a la Argentina como favorita?
-Tal vez por los resultados del último Mundial, que dejó una sensación amarga. Pero a la Argentina siempre le tienen miedo. Por eso la quieren rebajar. Esa una cuestión de respeto.
Chamot vuelve al seleccionado, después de una obligada ausencia por lesión. Para aportarle seguridad a la defensa y salida por el lateral. Y también, su calidad humana.
Lacatus, una cara conocida
Seguro: el delantero rumano aseguró que pueden derrotar a la Argentina; "no deben subestimarnos", sentenció.
MENDOZA (De un enviado especial).- Un vistazo a la nómina rumana semidesierta de nombres conocidos choca de pronto con un apellido que alguna vez fue rutilante. Lacatus, se lee. Marius es su nombre y, a no ser que haya sido clonado, el hombre tiene que ser el mismo que jugó en 1986 la final de la Copa Europeo-Sudamericana contra River, en Tokio.
El delantero no estáen el hotel Plaza. "Salió a pasear", es la respuesta ante la búsqueda. A la media hora, un taxi se estaciona justo enfrente del alojamiento elegido por el seleccionado rumano. Bajan cuatro futbolistas. Y allí estáél. Con el pelo más corto que en aquel entonces y con algunas canas que no puede ni quiere disimular. Con la misma cara de "no me molesten que tengo sueño". Y con toda una trayectoria encima.
Habla español Lacatus. Lo aprendió durante su paso por el fútbol español. Por Oviedo, más precisamente. Y se expresa bien. Entiende todo y contesta sin problemas.
Lleva en su mano derecha una bolsa con algunas compras que realizó. Se fue de shopping, sin importarle nada más.
-¿Vinieron a pasear?
-Hoy fuimos a pasear y a hacer compras. ¿Por qué?
-Porque no dan la impresión de estar muy concentrados...
-Sí, sí. Vinimos a jugar contra la Argentina y vamos a demostrar que tenemos un buen equipo y que le podemos ganar.
-¿Qué se puede esperar de una Rumania "B"?
-Nosotros jugamos un buen fútbol. Además, en esta selección hay muy buenos jugadores, varios que van a dar que hablar. No hay que subestimar a este equipo; no tienen que descuidarse.
Ni una sonrisa. "Me voy a descansar", dijo. Y hubo que caminar a su lado para hablar de otros temas.
-¿Qué recuerdos tenés de aquel partido del ´86 contra River?
-Malos.
-¿Te acordás de algún jugador en especial?
-Estaba aquel grandote..., Funes, creo que se llamaba. Era bueno.
-¿Quién te marcó?
-Ehhhh... Montenegro o algo así, ¿puede ser?
-Sí, Montenegro. ¿Cómo te trató?
-Y..., siempre se reciben golpes.
-¿Te pegó mucho?
-Lo normal. Pero ya estaba acostumbrado a los golpes. A los delanteros siempre nos pegan.
-Se decía que aquel Steaua Bucarest era el equipo del dictador Ceaucescu. ¿Era así? ¿era el equipo del régimen?
-No, nada que ver. Steaua era y es un equipo más de Rumania, con la diferencia de que siempre fue el mejor del país. Si hubiera sido el equipo del régimen no hubiera ganado la Copa de Campeones ni sería tan grande como es.
Lacatus sigue en Steaua. Vale el dato. En realidad, regresó al equipo de sus amores luego de actuar en los mejores campeonatos de Europa. Cuenta con un currículum atrapante, con 80 partidos y los 13 goles en el seleccionado, su actuación en Italia ´90 y su paso por Oviedo y Fiorentina. No estuvo en el Mundial ´94, pero supone que sí estaráen el de Francia. En Mendoza, hoy, se juega parte de su pase a la última Copa del Mundo del Siglo XX.
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