Pizarrón y pases cortos. Con línea de 3, el control y la explosión como banderas
Desde lo táctico, quizás uno de los mayores elogios que pueda recibir Argentinos campeón es que es uno de los pocos equipos que pueden jugar con línea de 3 y así y todo mantener un orden defensivo, un funcionamiento coordinado que involucra, sobre todo, al doble cinco compuesto por Mercier y Ortigoza. Por (y desde) ellos se puede explicar que, en un sistema 3-4-1-2, una última línea compuesta por Sabia, Caruzzo y Gentiletti no deje puntos flacos. Mercier hizo el gol ante Huracán a los 23 minutos, pero siete después (en la otra área chica) cortó como líbero un avance de Machín. Ortigoza mete, pero también asiste y le pone con elegancia una asistencia a Sosa (del rebote en el palo llegó el tanto de Coria). Los dos marcan, los dos progresan y los dos (lo más importante) siempre hacen lo que el equipo necesita de ellos.
Argentinos es simple para administrar su juego y los rendimientos físicos. Ubica a mayoría de jugadores con buena técnica individual y consigue un funcionamiento con solidez defensiva y explosión en ataque, pero -por sobre todas las cosas- un gran manejo y tenencia de la pelota (esto último, igual, lo hace mejor Estudiantes todavía). Cuando Argentinos lleva el balón de un lateral hacia el otro y suma pases sin que el rival pueda interceptarlo no está sobrando la situación, está jugando y haciendo la diferencia con algo tan simple como la circulación. Apoyado en la premisa de "si yo tengo la pelota el rival no me puede agredir" va erosionando a sus adversarios hasta distraerlos, de tal forma que en los momentos menos pensados, zas , encuentra las descargas para Sosa o Calderón (ambos pedidos por Borghi) y los espacios para lastimar y concretar ese dominio en la red.
Otra síntesis de Argentinos es que Sosa tuvo en Calderón la pausa justa para potenciar su explosión. Muy rápido, Chuco (con 9 goles y 5 asistencias) fue la llave para abrir todas las defensas, como lo era Rodrigo Palacio para Boca.
El equipo, además, supo cambiar ante la adversidad y no tuvo miedo de arriesgar. Frente a San Lorenzo empezó con el habitual 3-4-1-2, pero finalizó con un 3-3-1-3 para dar vuelta el 0-1: Peric; Mercier, Caruzzo y Gentiletti (gana muchísimo de arriba y con él el equipo corrigió mucho el juego aéreo defensivo con respecto a los últimos campeonatos); Prósperi, Ortigoza y Federico Domínguez; Raymonda; Sosa, Calderón y Pavlovich.
Ante Independiente, para revertir un 2-3, dejó a Mercier y a Ortigoza en la defensa, mandó a los centrales a cabecear y hasta probó con Canuto de enganche, ya que Borghi no quiso experimentar con juveniles en un momento clave del Clausura.
Tiene varias formas de llegar al gol: de jugada colectiva (16, tres de ellos de cabeza), de contraataque (7), desde fuera del área (3), de penal (2), de pelota parada (5, uno de ellos de cabeza). El goleador fue Sosa, pero también anotaron Pavlovich, Ortigoza, Emilio Hernández, Gentiletti, Calderón, Coria y Raymonda. Y posee varios lanzadores que asisten a sus principales hombres: encabezan la lista Sosa (5) y Oberman (5), y les siguen Calderón (4), Fede Domínguez (4), Coria (3) y Ortigoza (3).
Más allá de jugar con cuatro hombres con características ofensivas (Oberman, Coria, Sosa y Calderón), avanza con mucha gente y así arrincona a los rivales. No fue casualidad que sumara 4 goles en contra: Muñoz (Boca), Erramuspe (Lanús), Páez (Atlético) y Torsiglieri (Vélez). Argentinos también fuerza el error del rival.
Lo de Estudiantes fue muy valorable también: es hoy el mejor equipo. Pero el mejor del Clausura fue Argentinos. Con banderas propias y argumentos sólidos.
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