Cosa de mujeres
El Mundial terminó, pero el sector femenino siguió atentamente los movimientos de las figuras que deslumbran sin la pelota
Basta! De fútbol, de polémicas por los fallos de los árbitros, de que es el primer Mundial del milenio, de que por primera vez se hizo en dos países y de permanentes imágenes de esas jóvenes que exponen desenfrenadamente sus curvas en los estadios de fútbol y frente a las cámaras (ya sean de televisión o fotográficas), avaladas por la platea masculina.
Los aspectos deportivos de este certamen fueron cotidianamente tratados en todos los medios, con exhaustivos análisis y críticas incuestionables; como también fue analizada la tarea de los árbitros, que tanto protagonismo adquirieron en un certamen que, futbolísticamente, despertó grandes sospechas.
Entonces, llegó nuestro momento para hablar del aspecto que falta. De ese por el que se acusa a las mujeres de acercarse al Mundial y que, en definitiva, forma parte de un lenguaje universal y sólo femenino. Por ello, críticas masculinas, abstenerse.
Comencemos. Hubo un equipo que despertó la simpatía de los aficionados a este deporte: Senegal. Pero cómo pasar por alto al francés que los dirigió: Bruno Metsu. Ese de cabellos al viento y con una onda especial, que hasta los cronistas que cubren el torneo tildaron de playboy.
Su contrapartida, tanto en estilo como generacional, estuvo en el banco coreano, equipo que además contó con la estrella y sex-symbol del fútbol local, Jung Hwan Ahn, casado con la ex Miss Corea, por lo que para muchos ya es un fuera de serie. Típico.
Pero, sin dudas la elegancia del técnico holandés Guus Hiddink sumó muchas adeptas gracias a su perfil serio y prolijo. Ah, si entró en la historia de los mundiales por llegar a dos semifinales con seleccionados diferentes (en 1998 accedió con Holanda) no es algo relevante a la hora de la elección.
Y cómo no tener en cuenta a la bella Italia. Con el siempre vigente Paolo Maldini con esos ojos color del cielo que shockean; o la figura y el porte de Christian Vieri, con sus 1,85m y 82 kg. Eso sí, nos sumamos a las críticas al catenaccio de Giovanni Trapattoni, que nos privó de seguir más de cerca al carismático y fachero Alessandro Del Piero.
Por supuesto que no nos olvidamos de los nuestros. La estampa criolla también dejó su sello en el Mundial. Es que además de seguir al seleccionado nacional, la platea femenina estuvo más que atenta en la elección de Bielsa para definir al delantero: Batistuta o Crespo. Lamentablemente por el estilo de juego del DT, era uno u otro. Y sí, para varias también sería una difícil elección.
Lógicamente el análisis culmina con la celebridad del torneo: el inglés David Beckham. Bueno, que sea esposo de la Spice Girl Victoria Adams es un detalle menor para las que no lo siguen en su club Manchester y que pudieron disfrutar del rubio carilindo hasta que Brasil se le cruzó en los cuartos de final.
Quedaron varios fuera del intensivo estudio. No se impacienten, que serán evaluados en el próximo Mundial de Alemania 2006. Cuando lo deportivo vuelva a quedar de lado para dar paso a las cosas de mujeres.