De proyecto a disparate

Bienvenidos los cambios. La apertura mental es clave para crecer. Las ideas más extravagantes pueden derivar en invenciones históricas. Pero el límite entre la genialidad y el disparate a veces es tan fino que se confunden. El fútbol argentino asiste a uno de esos momentos.

El proyecto de creación de un nuevo torneo anunciado anoche por la AFA tiene de bueno eso: es un proyecto. Por suerte. Seriamente, cuando menos, resulta sospechoso, inoportuno, desprolijo, inentendible y disparatado contemplar que entre en vigencia en agosto del año próximo, si la aprueba la Asamblea de la AFA en octubre.

Si fuera así, los 20 equipos de primera, los 20 de la B Nacional y todos los de primera B empezarán en dos semanas a jugar con un objetivo que en poco más de un par de meses variará totalmente. Lisa y llanamente es cambiar las reglas a mitad de camino. Una aberración desde donde se lo mire, juridica y deportivamente, impulsada por los oscuros intereses que hay detrás.

Se confirme o no la nueva competencia, los involucrados arrancan en medio de la incertidumbre. Quienes jueguen el Apertura y el Clausura debutarán bajo el sistema que rigió en las últimas décadas para determinar los descensos: el de los aborrecidos promedios. Sin embargo, en medio del río del torneo, lejos de hundirse, se salvarán.

¿Por qué no proyectar un nuevo formato con más tiempo, para 2014/15, por ejemplo? ¿Por qué, definitivamnete, no apelar a la transparencia y la seriedad como cambio impostergable? ¿Por qué hacer de la B Nacional una competencia ridícula en la que a partir de octubre sólo se luche por no descender y en la que por decreto se le asegure el ascenso a 16 o 18 equipos? ¿Por qué permitir que uno o dos equipos, por la simple ocurrencia de algunos trasnochados, pasen de la primera B a la máxima categoría del catalogado por la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Fútbol como el segundo campeonato del mundo?

El enésimo manotazo de ahogado de la conducción de Julio Grondona al frente de la AFA quedó cerca de abandonar la categoría de proyecto para ser realidad. De idea a disparate, sencillamente. Nadie alza la voz para poner un poco de racionalidad. A lo sumo, quienes no están de acuerdo, informan, se abstienen. El que hace las cosas bien no tiene premio. El que las hace mal, no recibe castigo. Se empareja para abajo. Lamentablemente.

Todo parece una burda maniobra de distracción para que quede en segundo plano la mayor crisis de los seleccionados nacionales desde 1974. Para tapar el bochorno de cancelar un amistoso internacional por que no hay DT. Para olvidar rápidamente los papelones que rodearon la organización de la Copa América mientras alguien todavía se atreve a postularse como sede del Mundial 2030.

Para que detrás de la "federalización" del fútbol argentino se oculte la sospechosa administración de ventas de jugadores por más de 1100 millones de dólares en los últimos 10 años. Para que nadie sea responsable de las deudas de los clubes por más de 1000 millones de pesos. Para que la violencia en las canchas siga impune y las barras bravas tengan cada vez más poder. Para que los aportes del Estado sigan solventando la harto demostrada incapacidad de conducción de dirigentes que sólo buscan salir del paso. A mano, ahora tienen un nuevo proyecto salvador...