Atletismo. Desafía: "Puedo alcanzar los 9s40"
El hombre puede volar. Ya no es una fantasía, un cuento de niños. Peter Pan y su fábula tienen razón: Usain Bolt lo sabe muy bien. El hombre vuela: si sus pies casi no tocan el suelo del mágico, histórico escenario. Uno, dos, tres, cuatro. De pronto, 9,58 segundos, marca histórica, salto al vacío. Levanta los brazos el jamaiquino. Los abre, en realidad, como si fuera un pájaro, con sonrisa plena. "Puedo alcanzar a los 9,40. Hasta ahí llego", promete ahora, irreverente, minutos después de la hazaña, en el estadio Olímpico de Berlín, el mismo escenario que alguna vez resultó la profecía del mítico Jesse Owens, ante otros ojos, frente a otra historia. Atrás quedan, hasta parecen salidos de cuadro, el norteamericano Tyson Gay (9.71) y el también jamaiquino Asafa Powell (9.84). El público se debe seguir pellizcando: lo que acaba de suceder no debe de ser verdad.
Debe de ser mito. El hombre de casi 23 años, dueño de Berlín por una tarde y para siempre; el que corre por la manga N°4; el de la camiseta amarilla con el 656 en el pecho. "¿Yo, una leyenda? Me dirijo hacia ello. ¿Mejor velocista de la historia? No lo sé. Son los otros los que tienen que decirlo. Sé que puedo correr en 9,40. Pienso que mis posibilidades llegan hasta ahí y no más", lanza, como si se tratase de una frase de ocasión. Se ríe otra vez. Vivir para correr. Correr para los libros. Ya está en ellos, desde hace tiempo, el cuello que brilló con tres preseas doradas en la última cita olímpica; el jamaiquino, que antes de la clasificación, que antes de la gran final, juguetea con su cuerpo como si se tratara de un niño antes de entrar en un pelotero. Y cuando suena la campana, es una luz. "Puedo divertirme todo lo que quiera antes de la carrera, pero cuando me pongo sobre los tacos de salida, mi concentración es total", aclara ante la duda. Hasta tiene tiempo para espiar a sus colegas, siempre adelante. "Mi objetivo no era el récord, sino la victoria. Sabía que sería difícil ganar", cuenta, aunque cueste creerle al Relámpago, al Hijo del Viento, parte dos. Y pensar que algunos insisten en que las segundas partes nunca han sido buenas.
Toma una bandera de Jamaica y se abraza a ella como si fuera su novia. El público, ahora sí, se rinde a sus pies. Aplausos y reverencias. Casi nadie se permite quedarse en su silla: si saben que ellos también son parte de la historia. Si se cuenta que es la final más veloz que se recuerde, ¿cómo quedarse atornillado al respaldo? "Todo es posible", responde Usain, frente a la catarata de preguntas surgidas de la incredulidad, que espían al futuro. ¿Podrá superar esta marca? Interrogantes por el estilo. "No sé cuándo estableceré otro récord. Hay que esperar", cuenta, mientras se viste con otra camiseta, que reza "World Record". "Tuve una buena salida y a los 50 metros me di cuenta de que todo estaba bajo control", dice. Si hasta su frase provoca una sonrisa: "Todo bajo control".
Zancadas largas, técnica exquisita, velocidad de gacela. Otra vez un 16 de agosto, como en Pekín, cuando también fue marca mundial con 9,69. El hombre que vuela es un cuento. Exclaman que en su patria, en Jamaica, su popularidad supera a la de Bob Marley, el personaje que supo vencer al tiempo. De alguna manera, como Bolt. Si hasta el primer ministro de Jamaica, Bruce Golding, no sale de su asombro. "Este es otro momento de orgullo para Jamaica; otra demostración de que podemos tener éxito en todo aquello en lo que pongamos nuestro corazón", le cuenta a su pueblo. Pero ¿qué dicen de él sus colegas? ¿Qué se puede decir de tamaña destreza, de esta suerte de extraterrestre de las pistas? Tyson Gay, su enemigo íntimo, piernas de plata, ve luz al final del camino. Esa luz, claro, es aquél. "He estado diciendo que alguna vez se bajaría de 9,60 y estoy feliz de que lo haya hecho. Ello muestra que el ser humano puede superar niveles que eran impensables de alcanzar. Desgraciadamente, no fui yo el que lo logró, pero confío en que lo pueda hacer un día", se ilusiona el norteamericano. Y las firmas siguen: a Asafa Powell, piernas de bronce, le tiembla la voz. "No sé cómo lo hace. Usain sabe cómo dominar la presión. Todos debemos aprender de él", señala. El norteamericano Maurice Greene, ex plusmarquista, suma voces eufóricas. "Lo que ha hecho es increíble. Es lo más grande que se ha hecho en atletismo. De algún modo, da miedo", lanza. "Jamás vi algo así", sugiere Ato Boldon, ex velocista de Trinidad y Tobago, campeón mundial de los 100m en 1997.
"Yo salgo y corro. No pienso en los récords. Pero salen." Debe de estar bromeando Usain Bolt. Siempre bromea: lo que acaba de ocurrir debe de ser parte de su propia fábula. Si los humanos no vuelan. Nunca lo hicieron...
41 zancadas dio el jamaiquino hasta alcanzar la meta. Las más largas alcanzaron a los 2,43 metros.
10,43 metros por segundo es otra asombrosa marca que explica, paso a paso, lo que logró Usain.
11 centésimas son las que bajó el jamaiquino de su última plusmarca, lograda hace un año en Pekín
1,96 metros mide Bolt; pesa 86 kilos. Su altura y el largo de sus piernas le permiten marcar amplias ventajas
10s20 fue la marca a la que llegó en 2002, cuando sólo contaba con 16 años y participaba en torneos juniors
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