Detrás del triunfo, un balance que dejó más sinsabores que alegría
Los Pumas volvieron a ganar tras 231 días y ahora afrontarán la etapa más dura del año; la necesidad de mejorar ante grandes desafíos
SAN SALVADOR DE JUJUY.- Hay que trasladarse a más de 17.000 kilómetros de esta ciudad. Desde Jujuy a Japón. El número no se puede soslayar: pasaron 231 días -5 de noviembre de 2016- para que los Pumas volvieran a sentir el sabor de un triunfo. Aquella vez fue 54-20 sobre los nipones en Tokio, en un partido que quizá muy pocos recuerden. En el medio, cinco derrotas consecutivas y un camino pedregoso con más disgustos que alegrías. Si bien la victoria 45-29 ante Georgia puede servir como paliativo, el conjunto argentino no debe confundirse y tendrá que mejorar mucho para la etapa más dura del año. El calendario tiene marcado a fuego el 19 de agosto, cuando los conducidos por Daniel Hourcade darán el puntapié inicial en el Rugby Championship ante los poderosos los Springboks, en Sudáfrica. En el horizonte el desafío se vislumbra mayúsculo.
El triunfo de ayer le devolvió una sonrisa a un equipo que arrastraba 11 derrotas en los últimos 14 encuentros. Desde aquel festejo en tierras japonesas, los Pumas encadenaron caídas frente a Inglaterra (tres veces), Gales y Escocia. De hecho, enfocados en su gira por Nueva Zelanda con los British & Irish Lions, este año los ingleses llegaron a nuestro país carentes de sus principales figuras. La realidad indica que a los Pumas les está costando cuando del otro lado aparece un conjunto de primer nivel mundial. La última victoria ante un país de los considerados Tier 1 se remonta al 27 de agosto del año pasado. Aquella vez, claro, resultó un histórico triunfo de los argentinos en el Rugby Championship: en el estadio Padre Ernesto Martearena de Salta vencieron a Sudáfrica por primera vez en nuestro país. Tras eso, cayeron en nueve ocasiones consecutivas cuando una potencia se paró del otro lado.
Los números evidencian la distancia que persiste ante los mejores exponentes de este deporte. Frente a este escenario, los dirigidos por Hourcade buscarán volver a jugar en igualdad de condiciones en el comienzo de la etapa más exigente del año. El próximo viernes este grupo de jugadores tendrá actividad en el Súper Rugby con los Jaguares (Kings, en Vélez). Luego, ese mismo combinado se trasladará de gira a Australia (Waratahs y Rebels) y los Pumas retomarán en agosto frente a Sudáfrica.
El roce que los rugbiers argentinos adquirieron al enfrentarse año a año con los mejores ha dado sus frutos, sin dudas. La idea del tucumano Hourcade siempre fue clara: imprimirle a su equipo vocación ofensiva. Por momentos se logró y se exhibió un rugby vistoso. También es cierto que hoy el nivel del equipo dista mucho de aquel que consiguió un destacado cuarto puesto en el Mundial de 2015. Cuando se dialoga con integrantes del plantel albiceleste -jugadores y cuerpo técnico-, los mismos coinciden en que el crecimiento es progresivo y que el trabajo terminará dando sus frutos. Una de las premisas, se desprende, será trasladar ese desarrollo a los resultados.
Una ventana desteñida
Para la Argentina, en esta ventana de junio prevalecieron los lapsus de desconcentración, fundamentalmente contra un rival que no perdona como Inglaterra. En el primer enfrentamiento, en San Juan, los Pumas tuvieron todo para adueñarse de un triunfo que estaba en sus manos, pero no supieron resolver el choque en los minutos finales. Cara a cara con un adversario que había colocado a nueve debutantes, el conjunto argentino termino frustrado. También se falló en el control de la pelota. Por ende, allí se observaron los déficits más salientes.
Los mismos conjuntos se trasladaron a Santa Fe y la precisión de los europeos en su juego volvió a prevalecer. Siete días más tarde, a los Pumas se les reclamó un triunfo de manera imperiosa. Frente a los ásperos georgianos lo consiguieron, por momentos con holgura. Hubo un correcto manejo por parte de los backs, en varios lapsos sometieron al rival y llegaron al ingoal con lindas conquistas. Como contrapartida, sufrieron cuatro tries de parte de un equipo que se mostró limitado, sin brillos, y que por momentos exhibió demasiadas complicaciones en el manejo. En el final, el cansancio y nuevas desatenciones posibilitaron que los visitantes decoraran el marcador.
El mayor desafío para los Pumas, ante esta exigencia creciente de la segunda parte del año será recuperar terreno en un escenario del que hasta hace un tiempo eran parte. Este equipo sabe lo que es encontrarse con desarrollos de partidos parejos contra las potencias. Tendrá que recuperar la memoria. Todavía queda mucho camino por recorrer en esta temporada. Se apuntará a capitalizar que las valiosas buenas intenciones no terminen en caídas. La misión, por supuesto, no será fácil.
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