Grupo A | Por el primer lugar. Ecuador dio vuelta la historia y no le pone freno a la ilusión
Muchos hinchas pensaban volver esta semana a su país, pero ahora pagarán la multa por la postergación del viaje; con la clasificación asegurada, le alcanzará hoy una igualdad con Alemania para ganar la zona
BERLIN.- Si hoy la felicidad buscara envase, no encontraría uno mejor que un ecuatoriano. Un jugador, un periodista, un hincha. Alguno de los 5000 que vinieron a Alemania a remar contra el descrédito de hace sólo un par de semanas, o de los 600 o 700 a los que los encendió una realidad que no esperaban y se subieron al avión sin entradas, empujados por dos triunfos ruidosos. Ahora, la mayoría de ellos se enfrenta a un problema feliz: tenían el boleto de regreso para esta semana y ya meten la mano en el bolsillo para pagar la multa por la postergación.
No es una metáfora: eso les pasa, incluso, a varios de los 150 periodistas ecuatorianos que partieron sin fe en el futuro del equipo. De la mañana a la noche se encontraron con que debían ser los escribientes de una página de libro: hoy Ecuador enfrenta a Alemania desde su condición de puntero del grupo, con la clasificación para los octavos de final asegurada y el empate de su lado para ganar la zona. Las dos finales de la Copa Libertadores que jugó Barcelona o el cuarto puesto en la Copa América de 1993, como anfitriones, pasaron de ser los mayores hitos a una referencia muy pequeña al lado de esta epopeya. "Ecuador tiene que hacer cinco goles para pasar la zona", había dicho antes de la Copa Armando "Piripi" Osma, asistente del DT Luis Suárez y personaje a la vez secundario y fundamental en este proceso de ensueño.
El equipo tomó nota exactamente de aquello. Suárez, el conductor, es el hombre comedido y medido, el que ahorra gestos eufóricos. "Piripi" es el expresivo, el motivador, el que maneja el vestuario. Hace a la mística del equipo, como otros lazos espirituales que también lo unen. Detrás del festejo caricaturesco de Iván Kaviedes, que se calzó la máscara del Hombre Araña tras su gol a Costa Rica, se esconde una de esas historias.
El 7 de mayo del año pasado murió en un accidente automovilístico Otilino Tenorio, un joven querido y señalado para heredar a Agustín Delgado como referente ofensivo de la selección. Otilino se ponía esa careta cada vez que anotaba. Kaviedes creció futbolísticamente con él, en Emelec; sus compañeros le pidieron al jugador que pasó por Argentinos Juniors que hiciera lo mismo, a modo de homenaje colectivo. Hoy es tiempo de palmadas en la espalda, de orgullo, de llamadas de felicitación del presidente Alfredo Palacio al titular de la federación de fútbol, Luis Chiriboga Acosta. De ofrecerle otros cuatro años de contrato "más allá del resultado final" a Suárez, que por ahora no quiere pensar en eso y sí en lo que está viviendo.
"Cuando hace unos meses fui a la Argentina a hablar con técnicos que habían dirigido en mundiales, César Menotti me dijo algo sabio: Ecuador demostró en América lo que vale, pero el mundo no lo conoce. El Mundial es la oportunidad para eso. Hoy a Ecuador lo miran diferente. ¿Si hay más presión? Si la hay, podremos con ella. Lo más complicado para mi equipo ya pasó: ganarles al Mundial y a su entorno", dijo el colombiano. Hay una pregunta natural. ¿Cambiaron sus ambiciones?
Iván Kaviedes, que cada dos por tres se cruza por chat con Facundo Pérez Castro, Nicolás Gianni o Leonardo Pisculichi, sus ex compañeros de Argentinos, sostiene: "Vinimos en un avión con capacidad para 14 millones de personas, que volaba vacío. Después empezó a llenarse. Pero es justo que todos disfruten, hayan apoyado o no. Nosotros nos encargamos de eso". Ahora ese avión vuela entre las nubes de un sueño.
- La mesura de Edwin Tenorio, todo un ejemplo
"Hace diez o quince días, cuando llegamos acá, éramos todos un desastre. Así que ahora, por haber ganado dos partidos, tampoco nos vamos a creer que somos la última maravilla", dice Edwin Tenorio, jugador de Barcelona (Ecuador), uno de los pilares del gran momento de su seleccionado.