El torneo Clausura. El duelo rosarino y su típico sello: iguales en goles, juego y expulsados
En un flojo partido, con tantos de Braghieri y Schiavi, de penal, Central y Newell’s empataron 1 a 1; Paglialunga, Valentini, Bernardi y Núñez, las rojas
ROSARIO.– La expectativa que genera el clásico en la ciudad quedó reducida por el empobrecido partido que protagonizaron Central y Newell’s. De un comienzo electrizante, emotivo, a un final donde el empate 1 a 1, como si se tratara de un pacto tácito, conformó a los dos equipos. Fueron apenas 16 los minutos que invitaron a la ilusión, el resto se dividió entre tibias insinuaciones y las brusquedades que desnaturalizaron el encuentro y empujaron al árbitro Diego Abal a expulsar a cuatro jugadores. Para Central, el punto sostiene, aunque con menos fuerzas, las esperanzas para zafar de la Promoción; para Newell’s, la unidad lo mantiene encumbrado entre los candidatos para jugar la Copa Sudamericana.
Las estrategias y los planteos tácticos pasaron al olvido en sólo dos minutos: una desinteligencia de la defensa de Newell’s le posibilitó a Diego Braghieri doblegar a Peratta, después de un córner ejecutado por Chitzoff. La rápida conquista le ofreció un alivio a las urgencias que arrastra Central, que saca cuentas propias y también hace número con los resultados de los rivales para conocer, fecha tras fecha, las chances de escapar de los puestos de la Promoción. Como en el último clásico –igualaron 2 a 2 en el Parque de la Independencia–, Central golpeó primero y con la diferencia se afirmó mejor en el terreno. No especuló en ese primer tramo del encuentro: asfixió con los delanteros la salida de los defensores de Newell’s y con los volantes desdibujaba los intentos de los creativos rojinegros, que se ofrecían aturdidos, nerviosos.
Pero la escasa eficacia que enseñó en la campaña el equipo que ahora conduce Madelón afloró también en el clásico: Zelaya tuvo la oportunidad para estirar las cifras, después de un error de Mateo, pero el atacante definió con tibieza. Esa falta de contundencia para aprovechar las situaciones que genera Central le dio un aventón a Newell’s, que no perdonó cuando se le presentó la ocasión. Entre Formica y Sperdutti armaron la jugada, la pelota derivó en Núñez, que fue derribado en el área por Valentini, un zaguero que siempre juega al límite. El capitán Schiavi, un especialista en materia de penales, cruzó el remate y apagó la euforia que envolvía a los canallas.
La intensidad de la pelea descendió, como si los dos equipos se tomaran un descanso después de un inicio disputado. En ese lapso, con muy poco Central fue el que mantuvo la iniciativa. Y mientras el nivel del juego descendía, crecían los roces, los fuertes cruces en cada pelota dividida. Entonces, en un intento por no perder las riendas del partido, el árbitro optó por cortar de raíz con las acciones violentas que se presentaron. Los primeros en experimentar la rigidez de las sanciones fueron Paglialunga –golpeó con dureza a Vangioni– y Bernardi, que le dio un codazo al volante de Central. La determinación de impedir que la violencia se adueñara del desarrollo no causó efecto en algunos jugadores: Núñez se excedió ante el juvenil Ballini y Abal no titubeó en mostrarle la tarjeta roja al goleador.
El entretiempo no alcanzó para apaciguar a los futbolistas más temperamentales. Mateo fue amonestado al minuto del segundo tiempo y Valentini fue expulsado, después de derribar a Formica. Con nueve jugadores por bando los espacios se agigantaron, aunque ninguno de los dos equipos se animó a lanzarse en ataque. Los técnicos modificaron nombres –Central recurrió a la experiencia de Luciano Figueroa; en la vereda de enfrente el DT Sensini apostó en los minutos finales por el uruguayo Boghossian–, aunque el recambio de las piezas no reflejaba una actitud desmedida en la búsqueda del éxito.
El arranque furioso de Central y la remontada de Newell’s eran postales lejanas del partido. Era el tiempo de la cautela, de protegerse para no ser sorprendido por el rival. Las necesidades y las carencias de ambos quedaron al desnudo. El clásico se apagó con indiferencia, ofreciendo esas señales que tantas veces despiden a estos encuentros.
71 veces el clásico terminó empatado; la última vez que hubo un ganador fue en el Apertura 2008, cuando Newell´s se impuso 1-0, con gol de Schiavi, de penal.
LO NEGATIVO
Los rosarinos, entre los equipos con más tarjetas rojas
Central acumula seis expulsados en el torneo, al igual que San Lorenzo y Vélez; Newell´s y Boca tienen cinco.
EL DATO
Madelón rompió una racha frente a Newell´s
Por primera vez, un equipo dirigido por Madelón le anotó a Newell´s. Con Central perdió 1-0 en el Apertura 08; con Gimnasia (LP), 3-0 en el Clausura 09; con Chicago, 2-0 en el Clausura 04, y con Unión, 0-0 en el Apertura 01.
EL REGRESO
Después de siete partidos, Figueroa recuperó la alegría
Con Gimnasia, por la 8a. fecha, Figueroa sufrió un desgarro en el muslo derecho; el clásico significó la vuelta del artillero.
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