El espesor de las convicciones
"Hay que morir sin traicionarse", suele explicar Pacho Maturana cuando un equipo suyo atraviesa alguna crisis y arrecian las críticas que le exigen cambios. Y aunque de fútbol no se muere nadie, sí son muchos los que se traicionan espantados por el miedo al fracaso. Por eso, como jura Jorge Valdano, a un director técnico sólo se lo conoce bien cuando le toca perder. Es entonces, repasa el manager deportivo de Real Madrid, cuando el entrenador pone a prueba la calidad de su instinto, el espesor de su personalidad y principalmente la fortaleza de sus convicciones. Es que el éxito reconoce mil recetas para dejarse atrapar, pero el DT sólo debe creer en una y convencer con ésa. Justo allí hoy está parado Marcelo Bielsa.
El conductor de la Argentina parece granítico en sus ideales. El desafío es seducir a sus dirigidos -fundamentalmente a los que representan la renovación-, porque él sabe que el arte del entrenador es el convencimiento. "Los momentos de mi vida en los que he crecido tienen que ver con los fracasos; el fracaso es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes", explicaba Bielsa, aun antes del desbarranco en Japón. Su concepto futbolístico es innegociable y podría sintetizarse en dos premisas: aprovechar los espacios porque son siempre más importantes que el rival y atreverse a desafiar la ley del mínimo riesgo para rebelarse contra los recorridos largos y aéreos. En definitiva, subordinar al adversario -donde sea y contra quien sea- a las condiciones que imponga la Argentina. Como esta tarde buscará hacerlo frente a Marruecos, en el estadio Mohammed V, de Casablanca.
Bielsa seguirá creyendo en su postulado pese al insistente acoso por el fracaso mundialista y el descrédito mayoritario. Y eso que la productividad del seleccionado en su segundo ciclo es altamente favorable: hasta aquí obtuvo el 80% de los puntos en juego, ganó el Preolímpico Sub 23 y marcha primero en las eliminatorias sudamericanas. "En los momentos de adversidad hay que tener identidad con lo que uno piensa, consistencia, no abandonar prematuramente lo que nos llevó un montón de tiempo construir sólo porque no se han dado los resultados. Ser consecuentes, ser pacientes con el proyecto, sobre todo en esta época donde nos quieren hacer creer que lo único que sirve es lo inmediato", sugiere el DT. Bielsa confía en las posturas duraderas y no en episodios heroicos o respuestas demagógicas. Esa es la coraza contra su tembladeral.
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