Punto de vista. El golf y un gesto simultáneo de grandeza
Por Fernando Pedersen De la Redacción de LA NACION
Quizá como nunca antes en nuestro país, en esta temporada las diferencias entre el golf vernáculo y el internacional fueron demasiado marcadas. Dos realidades opuestas. Mientras que cada fin de semana un argentino se mezclaba entre los mejores jugadores de los circuitos más exigentes, aquí la competencia profesional se devaluaba inevitablemente frente a esos problemas económicos que todo lo paralizan. Seis meses sin torneos, con un Tour Argentino haciendo denodados esfuerzos para mantenerse en pie.
Esas dos realidades se encuentran inevitablemente cada fin de año, y en esta oportunidad el contraste es más evidente, remarcado por las hazañas de José Cóceres en los Estados Unidos y por las conquistas de Angel Cabrera, Ricardo González y Jorge Berendt en el Tour Europeo.
Hace unos días, en una entrevista con LA NACION, Vicente Fernández expresaba su deseo de que el año más exitoso del golf argentino en el exterior tuviera un cierre acorde reuniendo a los mejores en un torneo. Para que los profesionales que compiten aquí -los que de alguna forma sustentan al grupo de internacionales- sintieran que pueden estar en la cancha mano a mano con sus referentes; para que la gente que sólo puede seguirlos a través de los diarios o de las escasas imágenes que la TV les dedica aunque sean los protagonistas de los torneos, pudiera verlos en acción en vivo y en su hábitat natural.
La presencia de los más destacados y la expectación que ha despertado este 67° Campeonato de Profesionales que arranca hoy (ver página 13) reivindica un certamen que en 2000 quedó cancelado preso del mal tiempo y desprolijidades de la organización que generaron una dura polémica entre la conducción de la PGA y varios jugadores. José Cóceres, uno de los que más se enojaron en aquel momento por lo que consideraba una suspensión injustificada, vuelve sin embargo a apostar por esta competencia en el mejor año de su carrera.
Repasando los nombres que hoy comenzarán a medirse en el campo del Hindú Club, dos cosas quedan claras: que este campeonato tiene poco que envidiarles en jerarquía y competitividad a los certámenes más importantes de nuestro país, sin necesidad de figuras invitadas ni de grandes bolsas. Y, sobre todo, que esta vez surgió un simultáneo gesto de grandeza de parte de los Cóceres, los Cabrera, los Romero, los Ricardo González , que se olvidaron de un año largo y esforzado, con incontables traslados; de la tentadora posibilidad de quedarse con sus familias para comenzar con el anhelado descanso, y postergaron algún interés o desacuerdo personal en beneficio de una cita que debe ser prioridad para nuestros profesionales. Una convocatoria que el golf argentino, el de acá y el de allá, se debían para comenzar a despedir una temporada inolvidable.
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