El gran conductor
El cubano Sarbelio Fuentes dirige el boxeo amateur desde hace seis años; con él, el equipo argentino se superó y, ahora, en Sydney, buscará sorprender al mundo
Mueve sus enormes dedos a la par de sus palabras. Solícito y disciplinado, pertenece a una de las escuelas boxísticas amateurs por excelencia. El cubano Sarbelio Fuentes tiene 60 años sólo justificados por las canas y algo más de seis al frente del seleccionado amateur argentino, lapso en el cual el pugilismo nacional encaminó el rumbo de los otrora exitosos y respetados puños no rentados. Bajo su conducción, la Argentina obtuvo una buena actuación en los Panamericanos de Mar del Plata, conquistó el bronce (con Pablo Chacón) en Atlanta 96, consiguió medallas en los Mundiales amateurs por primera vez en la historia y descolló en Winnipeg, el año último (dos oros y 3 bronces).
"Hemos realizado la mejor preparación desde que estoy aquí. Todo lo que modificamos nos salió bien y el apoyo que tenemos de la FAB y de la Secretaría de Deportes contribuyó muchísimo", arranca Sarbelio. Y sigue: "El tiempo que estuvimos en Cuba fue decisivo para hacer una evaluación. Hicimos tres torneos internacionales en 25 días, algo que no es normal en el país. Fue importante poder competir con boxeadores de Asia, Africa y con los cubanos".
Fuentes llegó a la Argentina en 1994, por una gestión del dirigente mendocino Francisco Morillas, que quería encauzar el boxeo en esa provincia. Al poco tiempo, Osvaldo Bisbal, presidente de la FAB, le pidió colaborar con el seleccionado argentino. Y meses después quedó a cargo del equipo.
"Mi contrato termina en diciembre próximo y la Federación de mi país deberá decidir junto con la FAB si quieren que siga".
Es consciente de la inminencia de Sydney 2000 y de lo difícil que será la competencia. "Ahora empieza una preparación para que el deportista alcance una forma óptima y pueda mantenerla en los Juegos. Va a ser una de las competencias más duras de la historia, ya que los países se preocuparon bastante por el boxeo olímpico. El hecho de tener que haber disputado un selectivo es un indicativo, porque antes iba cualquiera", comenta el profe -así le dicen-, y por eso es cauteloso con los pronósticos: "No tenemos un nivel mundial como para decir que vamos a traer una, dos o tres medallas. Esperamos conjugar la preparación que hicimos con una buena actuación... y esperar cómo sale el sorteo, que es importante".
No es fácil apostar a un proyecto serio y a largo plazo, pero Sarbelio cree que se trató de que hubo avances en cuanto a ello. "Narváez y Saputo están desde hace cuatro años con nosotros. Después, a los juveniles los incorporamos en el 98. Lo ideal es trabajar cuatro años con todos, pero fuimos mejorando, porque para Atlanta sólo trabajamos seis meses con el equipo completo", recuerda.
Le gusta planear y ya proyecta el futuro de este equipo: "Para Atenas 2004 ya está el material. Nosotros sugerimos que esto se mantenga para que el boxeador termine los Juegos Olímpicos con la experiencia y la edad suficientes para hacerse profesional".
Y deja para el final una reflexión vehemente: "Nuestra intención no es hacer un equipo de laboratorio, sino que los chicos se vayan dedicando al deporte. Para un boxeador profesional, la base fundamental es la que logró como amateur". Un pensamiento poco común en estos días en los que lo primordial es intentar salvarse con lo primero que se encuentra en el camino...
Sarbelio Fuentes, este cubano pensante y frontal, de acento simpático, fue la apuesta que la FAB hizo hace 6 años para encauzar el boxeo amateur. Con Sydney 2000 a la vista, para Sarbelio Fuentes poder ensanchar el medallero argentino sería el mejor obsequio.
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