Festejos en pantalla gigante y con empanadas. El grito argentino retumbó en Roma
ROMA (De nuestra corresponsal).- Cristiana Dolce, porteña que vive en Roma desde hace seis años, se la pasó todo el día trabajando: preparó siete docenas de empanadas y un rogel.
Para la gran noche del debut, que "fue una gran noche, aunque al final los de Costa de Marfil nos hicieron sufrir", invitó a su departamento de Trastevere a una verdadera hinchada de argentinos.
Julián Molinos, 36 años, hincha de San Lorenzo, terminó disfónico de tanto gritar y festejar los goles.
"Que lo pongan a Messi", se la pasó diciendo todo el partido, un match que más allá de las críticas lo dejó satisfecho: "Para un debut está muy bien", sentenció al final. "Lo mejor fue verlo a Maradona", aseguró su mujer, Melina Del Porto.
Mientras en Italia no hay para nada clima de Mundial debido al gigantesco y vergonzoso escándalo que sacude al "calcio", la comunidad argentina que vive en esta capital palpitó como nunca el primer partido de la selección.
Eufóricos, todos se organizaron para vivir con la misma pasión que a 13.000 kilómetros de distancia el debut del equipo nacional.
En medio de la indiferencia itálica, para los "tifosi" argentinos -que sacaron a relucir banderas, camisetas albicelestes y hasta escarapelas-, hubo varias alternativas para pasar el gran momento.
Al margen de ágapes privados, podía disfrutarse de un pantalla gigante, asado (grigliata) y fiesta argentina en el histórico barrio de Monti, un evento organizado por los muchachos del Proyecto Sur Onlus; o de una pantalla gigante para vivir en grupo los noventa minutos en el auditorio de la Casa Argentina de la Via Veneto.
- Las cábalas que acompañaron la victoria
Todo suma en el momento de apoyar al seleccionado: el grupo de diplomáticos argentinos en Roma no olvidó colocar una imagen de la Virgen de Luján al lado del televisor de Claudio Rozencwaig.