Opinión. En Gastón, la clave es reírse
Por Pablo Pécora (*) Para LA NACION
Lo principal de mi trabajo fue construir una base fuerte con Franco Davin. Gastón sabe que nosotros lo íbamos a bancar, pero él iba a tener que hacer, generar cambios concretos. No había tiempo para seguir haciendo las mismas cosas, que todos le marcaban con mucha razón y hasta con crueldad acerca de sus bajones. Lo íbamos a acompañar, pero él se tenía que involucrar en un cambio fuerte, pleno. Y lo hizo, por eso el cambio lo logró él mismo.
Esos fueron los objetivos que nos trazamos el 1º de diciembre de 2003. Los cambios se empezaron a notar en el torneo Conde de Godó. Hubo pequeños indicios. Yo pensaba que era el camino correcto, pero no tenía seguridad. En ese sentido, el primer clic lo sentí en ese certamen, en el partido con Carlos Moya (triunfo 6-4 y 6-4). Me gustó mucho porque jugó con confianza, con presencia, y sin esos atributos no le ganás a un top-ten. Tenés que sentir que sos protagonista y que no cumplís un rol secundario. Gastón empezó a sentirse diferente, y después también tuvo una buena semana en Dusseldorf, en la Copa del Mundo por equipos.
Ayer, en los primeros sets, no tuve miedo. Mi único temor era que después del partido con David Nalbandian se hubiese relajado en exceso. Pero no hubiera sido una recaída de sus problemas. Entró un poco nervioso. Después se soltó y se pudo reír adentro de una cancha, aprendió a relativizar lo que es presión. En el caso de Gastón, reírse es una clave muy grande.
Durante el torneo me mantuve en contacto por mail, pero es más importante el trabajo que hago con Franco. Con Gastón es apenas un mail antes de cada partido, un mensaje en referencia a él; sin pensar en los rivales, marcándole lo que nunca debe olvidarse de hacer.
En cuanto a lo que le pasó a Guillermo Coria, lo comprendo. Era una situación muy cambiante y la emoción pesó mucho. Me da lástima, pero sé que va a ganar Roland Garros. La cabeza de él es admirable, la consistencia mental que tiene. Sólo perdió el control un poquito en sus emociones cuando debía tener más actitud.
Pero lo que me interesa es Gastón y su crecimiento como persona. Si logra eso, yo lo vinculo con lo tenístico. Y viceversa, porque el éxito lo puede ayudar a crecer como persona. Eso es lo más importante.
lanacionar