Ajedrez / El match por el título mundial. En la era de los controles inflexibles
Las normas de seguridad son rigurosas; el detector de metales es un paso obligado para cada concurrente
SOFIA, Bulgaria.– Ya lo dice el refrán: hasta al mejor cazador se le escapa la liebre. Y es cierto. Incluso estuvo a punto de suceder en el Club Militar de esta ciudad, sede del match por el título mundial de ajedrez entre el indio Anand y el búlgaro Topalov, un lugar donde los encargados de la seguridad, gente con la particular idiosincrasia de los países del Este, ante la imposición de una orden, no la analizan; simplemente, la cumplen. Que pase el que sigue.
La Federación Búlgara de Ajedrez, con el apoyo del gobierno nacional y los auspiciantes privados, destinó 3.000.000 de euros para los gastos de la organización. Nada quedó librado al azar, desde las invitaciones, alojamientos y atenciones, hasta las máximas exigencias de seguridad dispuestas por la FIDE contra el ingreso de dispositivos tecnológicos al salón de juego.
Sucede que cualquier artefacto podría ser portador o receptor de un mensaje, que trasladado a oídos del ajedrecista podría ayudarlo a resolver el acertijo sobre el tablero. Acaso, el inexperto creerá estar leyendo una crónica de ciencia ficción, pero en torneos donde los premios son en metálico hay antecedentes.
Por eso, en el acceso al edificio un detector de metales y escáner son la parada obligada de todos los concurrentes. Desde los aficionados, con sus tickets (5 euros por día) hasta los jugadores, periodistas, funcionarios de gobierno y organizadores deben cumplir con el rito; la rectitud y la severidad a veces excede al control de un aeropuerto. Pero anteayer, minutos antes de la segunda partida, un papá con su hijo en brazos, tras quitarse todo lo que tenía en sus bolsillos, incluso las monedas y el cinturón, pasó con el niño y el detector disparó la alarma. Nuevas revisiones y más idas y venidas comenzaron a malhumorar a los que aguardaban en la fila; también el carácter de los policías. Cuando el decoro parecía extinguirse, el niño George (aquí se pronuncia Gorgui) dejó ver entre sus manos un diminuto MP3. "Me lo sacó del bolsillo", gesticuló de inmediato, en idioma universal el padre. Los rostros pétreos de los agentes no dibujaron ni media sonrisa; volvieron a sus puestos mascando algo con sabor a bronca. Que pase el que sigue.
TOPALOV CON LAS BLANCAS
Hoy, con la disputa de la 3» partida de las 12 previstas, se reanudará el match por el título mundial de ajedrez entre el campeón, el indio Viswanathan Anand, de 40, y el desafiador búlgaro, Veselin Topalov, de 35, que está igualado en uno. Topalov irá con blancas y mañana se jugará la 4».