Opinión. Entre la fantasía y la realidad
Por Osvaldo Principi Para LA NACION
Hacía mucho tiempo que este encabezamiento estaba ausente en las crónicas pugilísticas: "Una victoria histórica". Así de simple y contundente. La aplicabilidad de una de las frases favoritas del periodismo deportivo moderno requiere de su "reaparición" al momento de definir el logro del campeonato mundial welter por parte del santafecino Carlos Baldomir.
La aventura de pelear por esta corona es un hecho inusual y casi olvidado en la vida del boxeo nacional. El peso welter es rico, respetado y ambicionado por los grandes cultores del ring. Inmortalizado por la obra de leyendas como Henry Armstrong, Ray Robinson, Kid Gavilán, Sugar Ray Leonard y Oscar de la Hoya, le exigió al pugilismo argentino la entrega de sus máximos referentes a la hora del gran intento. Y con los mejores, tampoco alcanzó.
Porque ni con la magia del gran Luis Federico Thompson se pudo conseguir esta corona, ante el cubano Benny Paret, en 1960. Tampoco la excelente formación de Jorge Fernández alcanzó para frenar la furia de Emile Griffith, en 1962, por el cinturón de los 66,678 kg. Esta introducción explica la valía y el sentido que tuvo y tiene el cetro ganado por el argentino.
Humilde, medido y seguro. Códigos que aprendió en las calles de Santa Fe, para no saturar al público a la hora de "la venta de plumeros", su mercancía favorita, Baldomir mantuvo una alianza firme y leal con el maestro de toda su carrera, José Lemos, más allá del juego de ofertas y dinero rápido de los capitalistas de ocasión y los amigos del gran negocio.
Baldomir tiene 34 años y un presente no muy prolongado en el circuito del boxeo internacional. Y lo sabe. Sabe también que posee un "cheque al portador" muy poderoso a cobrar, ante el oponente más bravo, más fuerte y más famoso. Sea quien fuere.
El encanto del invierno de Nueva York y del Theater, salón adjunto al célebre Madison Square Garden, recrearon una de las historias más bonitas y cálidas que esta ciudad puede acoplarle al boxeo. La historia de un hombre simple y rudo expuesto a vivir jornadas increíbles y sorprendentes, llenas de ilusión y de fantasía, como si fuesen parte de las de animaciones de Pinocho, Popeye o Cenicienta.
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