Atletismo. Esa pasión que se llama correr...
Con la Media Maratón de Buenos Aires las carreras de calle vivieron otra fiesta; Más de 14.000 personas en la prueba
"Me gusta correr", "¡Otra vez acá!", "09-09-12 y 21k", "Gral. Villegas, presente", "Abu Tito", "Corro por mí", fueron, apenas, algunas de las miles de remeras que, en la espalda, lucían un motivo qué explicó las razones de la participación en la media maratón de Buenos Aires. Además, banderas de Brasil, Chile, Perú y Uruguay. También la Argentina. O carteles en el recorrido que rezaban: "Papá estamos con vos. Cami y Cande", "Cada vez falta un poco menos. ¡Vamos!" o "Papi sos nuestro campeón". Tal vez para quien no corre, estas expresiones no le provocan absolutamente nada. Pero para las más de 14.000 almas que a las 7.30 comenzaron a desandar los 21.095 metros de la Media Maratón de la Ciudad, desde Figueroa Alcorta y Dorrego, esas leyendas erizaron la piel, provocaron una profunda emoción y, por qué no, hasta provocaron algunas lágrimas. Así se vive, así se siente este deporte que dejó de ser furor entre los argentinos y se convirtió en una disciplina que se arraiga cada fin de semana con dos o más carreras por la Ciudad o el interior del país.
En muchos casos se llega de casualidad y es tan fuerte el vínculo que no se lo abandona nunca más. Otros, en cambio, metódicos, se entrenan desde siempre. Casi todos, constantes y dedicados, no dudan en perderse una salida con amigos para descansar y poder correr al día siguiente. Haga frío o calor. Ni la peor lluvia los hace declinar en su intento de entrenarse. Como sucedió durante agosto, el más lluvioso en 90 años. Todo sea por disfrutar de ese extraño pero necesario cansancio que invade el cuerpo antes de correr. Sensación que desaparece por completo cuando se concluye con la rutina señalada. De mañana, de tarde o de noche. ¡Hasta de madrugada! Total, lo importante es correr.
Y ayer fue una mañana ideal para sumar kilómetros en una competencia que ya es una fija en el calendario nacional. Poco más que una obligación. Todos con el mismo objetivo: terminar y colgarse esa medalla que al día siguiente se muestra con orgullo, como un niño que enseña el trofeo que se ganó en el club. El mérito es de uno. Pero también se traduce en el sacrificio de muchos. Del profesor, en el caso de tenerlo; de la familia, por acompañar; de los amigos por alentar. Acaso, un deporte que tienen mucho individual pero que en los últimos tiempos viró a lo colectivo, ya que se comparte no sólo una carrera sino un grupo de amigos. Observar las incontables carpas de los running teams apostadas en las plazas de la zona de largada daba cuenta de ello. En todas, el mate invitaba a quedarse para escuchar los relatos de los corredores que se animaron a semejante compromiso.
Fueron tres horas (tiempo máximo para terminar la competencia) otorgadas por la organización para un circuito que recorrió barrios emblemáticos de la Ciudad como Palermo, Recoleta y el centro porteño con su símbolo, el Obelisco, el Teatro Colón, la Plaza de Mayo y, al regresar, el imponente Planetario. Ida y vuelta donde, como siempre, no importó la edad. Podía verse a jóvenes mezclados con corredores avanzados en años que compartían una botella de agua o alguna fruta que se repartía en cada uno de la decena de puestos de abastecimiento. O las bandas de rock o grupos de teatro que dieron un color diferente al circuito callejero atestado de corredores ignotos y de elite, esa pequeña minoría que, a pesar de ser verdaderas estrellas, aceptan sacarse una foto o conversan de forma afable y sin divismo. Es el caso de Marita Peralta, la representante argentina en la maratón de Londres 2012, que llegó especialmente desde Mar del Plata.
Pasadas las 10.30 continuaba la fiesta y se mezclaban corredores y muchos de los que a la tarde se acercaron para vivir la multitudinaria meditación que ofreció Sri Sri Rabi Shankar en los bosques de Palermo. Celebración de cuerpo y alma.
Un primer puesto conocido
- El ganador, más lento
Elijah Keitany, el vencedor entre los hombres, había hecho 1h00m10s hace cuatro años; esta vez, sumó 2m22s más. - La vencedora, en racha
La vencedora, la etíope Amare Shewarge Alene, ganó siete días antes en la Maratón de México.