Grupo G | En Stuttgart. Francia es un equipo detenido en el tiempo, sin potencia ni alma
El campeón mundial del 98 sigue sin convertir goles desde la final ganada en París; ayer, empató en el debut ante Suiza y profundizó sus dudas franceses
STUTTGART.- Francia es un equipo detenido en el tiempo, sin signos de reanimación. Un diagnóstico que no es reciente ni novedoso, sino que viene de hace rato y se resiste a aceptarlo, o es incapaz de modificarlo. Empezó el Mundial de la misma manera que lo terminó hace cuatro años: sin hacer goles, dando una imagen abúlica, de conjunto sin chispa ni energía. De Corea y Japón se fue en blanco, sin marcar ante Senegal, Uruguay y Dinamarca. No consigue un gol en un Mundial desde que Petit puso el broche al 3 a 0 ante Brasil en la final de 1998. Francia arrastra ese recuerdo con una nostalgia interminable, que la carcome, porque en esa gesta inolvidable estuvieron varias de las figuras que ahora son incapaces de vulnerar a Suiza, un rival empeñoso, pero elemental, alentado por varios miles de compatriotas que vinieron a una ciudad que les queda a poco más de dos horas de viaje de su país.
Aunque insiste en varias de sus glorias, Francia huele a ciclo terminado. El estupendo Zinedine Zidane eligió este Mundial para ponerle fin a su carrera. Su despedida corre el serio riesgo de ser menos esplendorosa de lo que él quisiera. Si bien conserva un control de la pelota maravilloso y de sus pies salieron las mejores asistencias, a Zizou , que está en el umbral de los 34 años, también le caben las generales de la ley.
Su aporte ya no es suficiente para cambiarle la cara y maquillarle las arrugas a un equipo al que le queda poco más que el oficio y cierta consistencia defensiva. Tanto Zidane como Thuram, Vieira, Makelele y Wiltord ya dejaron atrás lo mejor de sus carreras. Ahora son sólo jugadores correctos, y encima parecen tener saciada el hambre de gloria.
Un caso aparte es Thierry Henry, que en el título de 1998 había tenido un papel absolutamente secundario, como joven que era. Su gran explosión vino después, en Arsenal, donde en la última temporada se atrevió a discutirle el papel de gran figura a Ronaldinho en la final de la Liga de Campeones.
Este debería ser su momento en Les Bleus , el encargado de hacer la diferencia que ya no pueden marcar los próceres de sus compañeros. Pero Henry es en su seleccionado la mitad de jugador que es en Inglaterra. Y esta situación tampoco es nueva. Ayer tuvo todo el frente de ataque para él, como le gusta y ocurre en Arsenal, sin la compañía de Trezeguet, con quien no se complementa bien.
El iba a ser el único destinatario de las asistencias de Zidane, que en cuatro ocasiones le colocó la pelota para que desequilibrara con su galope. Y en todas esas acciones, Henry resolvió con una debilidad y tibieza irritantes. Todos tiritos, como si le estuviera alcanzando la pelota a un niño en vez de rematar al arco.
Alertado de que su formación necesitaba algo de renovación, el técnico Domenech puso desde el comienzo a Frank Ribery, un interior izquierdo de 23 años que actúa en Marsella e impresiona por las cicatrices que le desfiguran el rostro. Superó a sus veteranos compañeros en despliegue y ganas, pero sus limitaciones y atolondramiento lo llevaron a terminar mal casi todas las jugadas; la categoría no se toma de prestado. Suiza se sintió cómoda viendo todo lo que le costaba a Francia hilvanar el juego y ser profunda.
En varios pasajes, el partido fue sólo una aburrida tarde de sol, con una temperatura que promedió los 30 grados y se hacía sentir en las piernas y los pulmones de la vieja guardia francesa. Pudo ser más amarga la jornada para Francia si el arrojado Barthez no tapaba con los pies un cabezazo de Gygax a tres metros del arco. Suiza tampoco parecía en condiciones de hacer un gol ni con un manotazo de Frei a centímetros de la línea de gol.
Así fue pasando el encuentro, sin mayores novedades, más allá de algunos intentos de los ingresados Saha y Dhorasoo. A Francia ya le había ganado el fastidio, reflejado en las recriminaciones de Henry a Wiltord, en las discusiones de Zidane con Gallas y Thuram. Cosas de gente grande, con pocas pulgas para los sacrificios de la alta competencia.
EL DATO
La oveja negra del grupo de campeones
La mala racha de Francia sumó otro dato pintoresco: fue el único de los ex campeones del mundo que no ganó en el debut.
LA SENSACION
Las amarillas empiezan a preocupar temprano
El técnico francés Domenech tiene una preocupación adicional con tres amonestados; se quejó por la tarjeta rápida de los árbitros.
LA ESTADISTICA
Buen resultado para poca experiencia
Para Suiza es su segunda participación mundialista en 40 años. Sólo llegó hasta los cuartos de final en 1954 y como local.
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