Frente a un dilema
Osvaldo Ardiles, que ayer recibió el respaldo del gerenciador Fernando Marín, decide si seguirá o no como DT
Racing apenas empieza a asimilar la onda expansiva del tremendo mazazo que recibió anteanoche. La eliminación de la Copa Libertadores a manos de América de Cali, un adiós muy prematuro medido desde las ilusiones y los proyectos, es una de esas heridas capaces de alterar estados y modificar perspectivas. En el centro de esa pesadilla está Osvaldo Ardiles, cuyo futuro inmediato quedó en jaque desde que se selló la derrota, que dejó al equipo con las manos vacías de objetivos.
Ayer, Fernando Marín hizo público su apoyo a la continuidad del DT. "Ardiles es un señor técnico, que tiene el respaldo de sus jugadores, que actuó con prudencia. ¿Por cada resultado adverso vamos a decapitar al técnico? Ojalá no lo derrumbe el ánimo, y que la hinchada no le deje de tener paciencia, porque merece completar su período, seguir adelante y componer esto. Racing no está destrozado, y no se acaba la paciencia por uno o dos campeonatos", señaló el presidente de Blanquiceleste a Radio La Red.
Marín fue más allá: "La gente está como loca, pero yo no me puedo llevar por esa locura. Ardiles tiene nuestro respaldo no sólo para completar su contrato: esperemos que pueda seguir más adelante. Pero después, está su decisión".
Y ése es el punto central: la íntima reflexión del DT, que anteanoche, cuando salió de un vestuario "devastado", como lo definió, condicionó su continuidad al grado de aceptación que reciba de la gente. Y el ánimo de los hinchas, que no hace mucho le manifestaron su apoyo ( "con Ardiles no paramos hasta Japón" , cantaban), se balancea según los resultados del equipo. No sería extraño, y más conociendo el enorme peso en ellos de la figura de Reinaldo Merlo, que en la primera oportunidad que aparezca surjan muestras de rechazo al Pitón.
Pero, acaso, el DT asuma alguna actitud antes de eso. Por lo pronto, está previsto que hoy por la mañana conduzca normalmente la práctica, en Escobar, y sólo hablaría mañana. Tras el partido de anteanoche, Ardiles comió con sus colaboradores, y ayer descansó. Julio Villa, desde Roque Pérez, comentó a LA NACION: "Lo noté golpeado, pero me parece que hay que continuar con la batalla. Lógicamente, la decisión es de él". Villa aludía, entre otras cosas, a lo que ahora pasa a ser la preocupación: sumar puntos para no quedar fuera de la Copa Sudamericana y para mantener chances de entrar en la próxima Libertadores.
¿Qué dicen los jugadores? Poco, porque siguen aturdidos por el golpe. "Siento una impotencia terrible. ¿Si le daremos respaldo a Ardiles? Claro, eso está garantizado", dijo Gustavo Campagnuolo, que aún no tragaba que el penal que atajó haya sido invalidado.
La incertidumbre manda en Racing. Ardiles tiene la palabra.