Al ataque: empieza la Superliga, con 15 entrenadores que prefieren la audacia

En la final por la Copa de la Superliga, Boca terminó el partido con cinco delanteros: Carlos Tevez, Mauro Zárate, Darío Benedetto, Ramón Ábila y Cristian Pavón. Los dos cordobeses ingresaron en el último tramo y Villa, otro atacante aunque muy utilizado en el mediocampo por Gustavo Alfaro, había salido unos minutos antes. Boca fue un torbellino de avances, dispuso de 11 remates y, sin embargo, perdió contra Tigre por 2-0. Alfaro no es, precisamente, un director técnico muy audaz, pero entendió que en ese contexto, frente a un equipo recién descendido y de menos recursos, debía arrojarse al vacío. Su verdadera ideología es la expuesta anteanoche, en Brasil, en el imprescindible triunfo por 1-0 sobre Paranaense, por los octavos de final de la Copa Libertadores. Dispuso un conservador 4-4-1 (Zárate)-1 (Ábila) y despreció la posesión (36 por ciento), pero dispuso de cinco remates al arco, todos peligrosos. Alfaro debe administrar abundancia, egos y una rica historia, mientras define cuándo volar y cuándo frenar.

El analítico DT es una de las excepciones a la regla de la Superliga, que hoy abre sus puertas con 24 equipos, tres futuros descensos y polémicas de todos los colores. El entrenador xeneize pertenece a otro grupo, más reducido, de los que prefieren el pragmatismo y la cautela. La mayoría –15 preparadores, el 62,5 por ciento–, se inclina por la audacia. Con variados estilos, pero con la prepotencia del ataque, están Marcelo Gallardo (River), Sebastián Beccacece (Independiente), Juan Antonio Pizzi (San Lorenzo), Gabriel Heinze (Vélez), Juan Pablo Vojvoda (Huracán), Gabriel Milito (Estudiantes), Mariano Soso (Defensa y Justicia) y tantos otros. El módulo varía en cada caso, pero el 4-3-3 puede ser parte de la escenografía, como ocurre en el fútbol europeo desde hace dos temporadas. ¿Habrá más goles? En la primera fecha de la anterior Superliga, el promedio fue de 1,77 por partido, y en la última, la media fue de 2,46.

Racing, el campeón, sumó 57 puntos y fue el conjunto más goleador, con 43 tantos. Sin embargo, con un poderío de ataque incuestionable, empató sin goles y perdió por 4-3 en los penales frente a Boca Unidos, por la Copa Argentina, el domingo pasado. El equipo al que dirige Eduardo Coudet –otro de los entrenadores arriesgados–, dispuso de 15 remates y de ¡81 por ciento! de la posesión y no logró marcar. En la antesala del campeonato, al mando de un favorito natural –sin Copa Libertadores, que sí disputan Boca, River y San Lorenzo, y sin Sudamericana, que tiene a Independiente–, el DT abrió el juego de las teorías, en una interesante charla con los medios.

• "Me quedé mal, como nos quedamos todos. Teníamos mucha ilusión en la competencia. Lo prepararía de la misma manera: generamos muchísimas situaciones de gol y erramos muchísimos goles. Yo miré toda la semana Discovery Channel, es la verdad. Pero sé las consecuencias que trae un resultado de este tipo. Siempre se resalta lo malo sobre el análisis".
• "Un ejemplo: el Pampa Biaggio [ex entrenador de San Lorenzo] está en la casa ahora porque no les gustaba cómo jugaba el equipo, y mirá los números del Pampa... Entonces, no es siempre el resultado. Es a veces, cuando conviene, y a veces, no".
• "Yo juego para ganar. Esto es un juego para ganar. Me parece que fui claro con lo que dije. Cuando pierdo, me voy mal, me voy frustrado y tengo una semana de m... ¿Cómo me voy a ir tranquilo a mi casa? Bol... y hormigas hay en todos lados. El fútbol es así. Cuando ganás, sos el más vivo, y cuando perdés, el más b... Tengo dos h... grandísimos para que me peguen todo lo que quieran".

Más allá de sus excesos, Coudet abre el viejo manual de estilo "ganar y/o jugar bien", un símbolo que parece ser de otra época, pero que resiste el paso del tiempo. De todos modos, los que respetan su ideología en la Superliga son más. Y hasta hay casos curiosos, como el de "Cacique" Medina, el uruguayo que dirige a Talleres y tiene como referente a Gallardo, y el de Gustavo Coleoni, que, al frente de Central Córdoba, ascendió como un clásico "bielsista". El conjunto de Santiago del Estero y Arsenal son los últimos invitados a la fiesta de primera, que hoy tendrá un prólogo de lujo, en el apasionado Cilindro.

De la conquista del título a hoy pasaron 110 días. La Academia fue eliminada por el descendido Tigre –luego campeón– en los cuartos de final por la Copa de la Superliga y el domingo pasado quedó fuera de la Copa Argentina ante un equipo del Federal A. Se enfrentará hoy con un renovado Unión, siempre dirigido por Leonardo Madelón –un pragmático–, desde las 21, con el arbitraje de Nicolás Lamolina. El primer capítulo de un torneo dominado por los atrevidos.