Alberto Guil: "San Lorenzo es un caos, pero me gustan las difíciles"
En su oficina se siente más cómodo. Juguetea con sus anteojos de lectura, aclara, se enoja, resopla cuando explica la situación del club y se entusiasma si se le pregunta por el futuro. Allí adentro, en su oficina del barrio de Belgrano, casi no se percibe el típico caos vehicular del cruce de las calles Cuba y Sucre. A los 64 años, Alberto Guil se prepara para asumir, acaso, el desafío más importante de su vida: el viernes próximo, a las 18, será el nuevo presidente de San Lorenzo , tras 15 años de gestión de Fernando Miele. Con la dura tarea de reencauzar la encrucijada económica de la entidad, en el complejo contexto de nuestros días.
"A San Lorenzo le voy a aportar experiencia y manejo empresario para superar el caos que se vive en el club ", aclara este empresario agropecuario y de la construcción, que fue el padre de los supermercados Norte ("Es una etapa superada; prefiero no hablar de eso porque me trajo problemas familiares", previene durante la charla).
"Por lo que estamos leyendo, la situación es más grave de lo que pensábamos -explica el presidente electo-. Ojalá que no sea demasiado tarde; hay veces que hay cosas que se pueden encauzar, pero en muchas ocasiones el enfermo se muere. Tengo la esperanza de revertirlo, pero hay muchos pedidos de quiebra, y algunos muy importantes. No se puede pedir ayuda a una empresa, porque es obvio que no hay efectivo en ningún lado. El país está quebrado; los bancos, todo está en quiebra."
Por un momento se olvida de los problemas. Se inclina por contar algunas anécdotas, como la que dio nacimiento a su pasión por la camiseta azulgrana. "A San Lorenzo lo vi por primera vez a los 10 años. Un tío mío me llevó a ver BocaSan Lorenzo, en la Bombonera. Me querían hacer de Boca, pero me gustaron los colores de San Lorenzo y me hice fanático. Fue por el 46: vi el gran equipo de Farro-Pontoni-Martino, me enloquecí con su buen juego y lo seguí a todos lados. Después de casado y con mis hijos, fuimos a Santa Fe, a Mar del Plata, a Rosario. Eso sí: debo reconocer que en los últimos años no fui seguido, se aflojó un poco la pasión", admite.
Se entusiasma con el futuro. Se ilusiona con continuar por la exitosa senda deportiva. "Por Lussenhoff y Flores están avanzadas las negociaciones, pero lo tiene que aprobar el técnico. Porque si Pellegrini quiere un cuatro, le vamos a traer un cuatro. Y te puedo asegurar que ellos se quieren volver por temas de afecto. Es que no hay tanta diferencia entre lo que se gana allá y lo que se gana acá. Por lo que leí, así por arriba, los profesionales en nuestro país no ganan tan mal: las primas, el sueldo, el premio por esto, por lo otro...y comiendo asado, que es una gran ventaja...", ironiza el flamante dirigente.
Las palabras se cruzan al ritmo de la preocupación y la esperanza. Casi sin escalas. Otra vez los números rojos se instalan en el escritorio. "Lo primero que tenemos que hacer es salvar el club : ésa es la prioridad. Fijate que el pasivo pensábamos que era de 35 millones de pesos, pero me parece que es mucho más, es algo catastrófico. Pero el club tiene recursos, hay un plantel competitivo, somos el tercer club de la Argentina, y que me perdone la gente de Racing...", advierte el hombre que gobernará por Boedo durante tres años.
Y sigue por la misma senda. "La deuda que tiene el club con el plantel es por los premios que se prometieron por la situación tan floreciente que tiene San Lorenzo... Por lo que averigüé, el premio por el Clausura no es de 2.000.000 de pesos, sino de 3.300.000, porque son 2 millones libres de impuestos. No tomo todo esto como una aventura: San Lorenzo es un caos, es cierto, pero me gustan las difíciles . Vamos a luchar, pero está claro que la situación es más grave de la que pensábamos", explica, mientras repasa unos documentos.
Guil no pierde la fe. Recuerda cómo construyó su pasado, paso a paso. Y en eso basa el optimismo en el futuro. "Yo empecé en el comercio, tenía 13 años, en un negocio de venta de comestibles, en Lomas del Mirador. De ahí fui creciendo, con esfuerzo, dedicación. Subí escalón por escalón y eso aspiro a hacer acá. Quiero devolverle el orgullo a San Lorenzo. "
Un Ford T
“¿Miele dijo que dejó a San Lorenzo como una Ferrari de Fórmula 1? Yo hubiera preferido que me dejara un Ford T que pudiera caminar (risas)... Miele puede decir lo que quiera; es un hombre que tiene su corazón en San Lorenzo. Ojalá que nos ayude, pero vamos a disentir en la forma de hacer las cosas.”
"Pellegrini es un señor inglés"
"Está casi todo arreglado con Pellegrini. Pero está claro que, por las charlas que tuvimos, es un caballero, un señor inglés", dice Guil, sorprendido por el técnico de San Lorenzo, que seguirá hasta junio del año próximo. Con opción de seis meses más.
El DT pasó a ser el centro del debate. Del futuro... y del pasado. "Era lógico que Pellegrini se quisiera ir, porque estaba cansado. Si a usted le dan un cheque sin fondos, otro cheque sin fondos y otro más, es muy difícil que confíe en alguien. El trabajo que hizo en San Lorenzo es muy bueno. Es más: nosotros no teníamos una alternativa si él no continuaba. Siempre confiamos en que siguiera", aclaró.
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