La primera B Nacional. Almagro ganó y se acerca a primera
En la primera final, con gol de Tonelotto venció por 1 a 0 a Instituto, disminuido en el segundo tiempo por las expulsiones de Moreyra y Godoy
Dicen que en una final es importante empezar ganando y Almagro cumplió con esa premisa. El gol de Luis Tonelotto significó la victoria por 1 a 0 y sus hinchas pudieron liberar el grito de alegría que contenían por un partido complicado.
Hace apenas una semana que Almagro tomó conciencia de que está a las puertas de volver a la primera división. Y quizás esa posibilidad actuó como un elemento de presión.
Instituto, con la recuperación de la pelota de Riggio y Peralta, se las ingenió para establecer un dominio territorial. Sin embargo, los cordobeses no reflejaron esa superioridad. Paradójicamente fue Almagro el que tuvo las ocasiones más claras. Así se fue un primer tiempo sin vuelo, pero jugado con intensidad.
El segundo tiempo fue otra cosa. Almagro salió con una actitud más agresiva. Levantó su rendimiento Sparapani, generador de las mejores jugadas, Gallardo y Carrera apretaron las marcas y el equipo de Rivoira se desdibujó. Para colmo, se quedó con un jugador menos por la expulsión de Moreyra.
Así, el peligro comenzó a rondar por el arco de Caranta, que se fue transformando en la figura. Pero a los 35 minutos, el duelo entre el goleador local y el arquero encontró victorioso a Tonelotto, que marcó el tanto de la victoria luego de chocar con el arquero, lo que motivó la protesta masiva del equipo cordobés. Un minuto después se fue expulsado Godoy e Instituto perdió definitivamente la brújula.
Almagro, con apreciable ventaja numérica, se esforzó para aumentar el marcador, pero una vez más el arquero visitante se transformó en héroe. Cerca del final, un foul de Galarza a Sparapani dentro del área fue ignorado por el árbitro.
El final se consumió entre la impotencia local y el conformismo de Instituto. Habrá que esperar al sábado para saber si, en su propia tierra, los cordobeses tendrán el temple y el nivel de juego para vencer a un Almagro que viene con el impulso anímico de haber ganado el torneo Clausura y acuna el sueño de inscribir su nombre en la máxima categoría, tal como ocurrió hace apenas tres años.
- La definición, en Córdoba
El desquite se jugará el sábado próximo, en el estadio Córdoba. Si Almagro gana o empata ascenderá. Si triunfa Instituto se tendrá en cuenta la diferencia de gol. De persistir la igualdad habrá suplementario, con gol de oro, y penales. El que pierda enfrentará a Huracán, de Tres Arroyos, por el segundo ascenso.
Hay optimismo para el encuentro en Córdoba
El goleador apareció cuando su equipo lo necesitaba. Sostén de la campaña con los 18 tantos que convirtió en la temporada (seis en el Apertura y 12 en el Clausura), Luis Tonelotto también dejó su rúbrica en la primera final, al marcar el gol del triunfo de Almagro. La jugada despertó controversias, ya que dio la sensación de que el delantero le cometió infracción al arquero Caranta. "No pasó nada; yo fui a buscar la pelota y él me chocó", expresó Tonelotto, que ve más cerca el ascenso: "Era fundamental ganar porque nos da un margen para la revancha en Córdoba".
Uno de los entrenadores de Almagro, Juan Amador Sánchez, se lamentó porque para el desquite no contará con Sparapani (suspendido), pero marcó como positivo que se juegue en el estadio Córdoba: "Allí no sentiremos tanto la presión de la gente". Sobre el partido de ayer comentó: "Merecimos ganar por una diferencia mayor, pero Caranta atajó muy bien".
Un operativo desbordado
Por escaso o deficiente, el operativo de 180 policías perdió el control de la seguridad en más de una ocasión durante la final entre Almagro e Instituto, presenciada por alrededor de 11.000 espectadores, de los cuales 4000 fueron cordobeses, trasladados en 40 ómnibus y varios automóviles particulares. Al final, en lo que constituye un hábito lamentable de nuestro fútbol, ingresaron en el campo entre 30 y 40 hinchas locales para despojar a los jugadores de sus vestimentas. La mayoría alcanzó a escapar a los vestuarios, casi sin poder festejar el triunfo. Pese a la prohibición, la parcialidad visitante arrojó petardos y bombas de humo. También pretendió derrumbar el alambrado a los 35 minutos del segundo tiempo.
Antes del partido fue saqueado un puesto callejero de venta de panchos.
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