Argentina-Brasil: "Es un partido que te atraviesa el cuerpo", describe Javier Zanetti
El histórico lateral del seleccionado argentino jugó este clásico una docena de veces entre 1994 y 2011
BELO HORIZONTE.- Javier Zanetti acaba de aterrizar en la Argentina. Justo esta mañana. Y su primer programa lo viene organizando hace días: disfrutar de un asado con amigos en su casa de Banfield para seguir por televisión el clásico entre Brasil y la Argentina. El que él jugó una docena de veces entre 1994 y 2011, un escenario que le entregó alegrías y frustraciones. Un choque de frente entre dos locomotoras lanzadas que estremece a toda América del Sur. "Es un partido que te atraviesa el cuerpo, es imposible pasar con indiferencia por este clásico", dispara como primera reflexión. "Es soñado estar ahí? Es emocionalmente único el Argentina-Brasil, contra nadie más sentí ese cosquilleo en cada músculo. Ni contra Inglaterra, Uruguay o Alemania. No, no? sólo con Brasil", viaja en el tiempo Zanetti. Un hombre que encarcela la nostalgia porque sólo mira hacia adelante, acaba de caer en la trampa.
Las razones se atropellan para intentar explicar un sentimiento. "Por tradición, por historia, por la jerarquía de los jugadores que siempre cada uno presenta. Es único, insisto. La atmósfera, esos instantes previos en el vestuario son inolvidables?", analiza Zanetti y parece estar enfundándose nuevamente en la camiseta Nº 4 albiceleste. Enseguida vuelve al presente y lanza un fuerte discurso de aliento para un equipo que atraviesa un momento delicado en la ruta a Rusia 2018.
Zanetti ve las dificultades y la distancia no duda: "De esta situación se sale a partir de la calidad de la futbolistas. Confío en ellos. Hay que creer en su compromiso. Nunca se borran, siempre quieren estar pese a que los resultados han sido negativos últimamente. Podrían hacerse los distraídos, sin embargo ahí están poniendo la cara otra vez. En estos dos partidos van a demostrar lo grande que son. No tengo ninguna duda de que la Argentina va a jugar el próximo Mundial, a pesar de que muchos piensen -y quizá deseen- lo contrario".
Eterno admirador de Cafú, a los 43 años Zanetti sabe que en un tiempo más dejará de ser el hombre que más veces defendió la camiseta argentina. Sus 145 partidos ya son acechados por lo 134 que cumplirá en el Mineirao Javier Mascherano. Pupi se alegra. Esa franca felicidad retrata su nobleza. "Lo recuerdo de pibe, era el mismo... Había que frenarlo, para él no había prácticas ni amistosos con la selección. Escuchaba todo el tiempo, pero también preguntaba, quería saber cada día un poco más", agrega Zanetti, que por primera vez compartió la selección con Masche? increíblemente en un Brasil-Argentina. ¡Y en Belo Horizonte! El 2 de junio de 2004. Fue derrota, 1-3, con tres penales de Ronaldo. Javier I dejó la selección a los 38 años y Javier II tiene 32.
A Zanetti lo maltrataron muchos años. Nunca dejó de jugar en la selección, pese a que no ganó ningún título. ¿Esta generación corre el mismo peligro, se acostumbraron a perder? Zanetti se ríe de tanto sadismo. "Leo o Masche son la garantía del grupo porque siempre se ponen al frente de las necesidades de todos. Y ninguno necesita la cinta de capitán para hacerlo". Agrega Pupi, justo el hombre que le cedió a Mascherano la capitanía en tiempos de Maradona como DT. "Yo me siento respetado, pero nunca fui un emblema; a mí me reconocieron más en Italia que en mi país. Javier sí, el es un héroe porque es el corazón de la selección. Y Leo es nuestra estrella, el mejor del mundo y un embajador. Todos quisieran tenerlo a Messi de su lado, sólo en la Argentina se lo discute", protesta.
El clásico dibujó sonrisas y muecas de fastidio en Zanetti. Quedaron marcas en el alma del futbolista. "Entre los mejores recuerdos no puedo dejar de nombrar la victoria en el Maracaná, pero en el viejo Maracaná repleto en 1998, con el gol del Piojo López [Claudio]. Fue fantástico, éramos todos muy jóvenes y cortábamos muchos años sin ganarles de visitante? y justo antes del Mundial de Francia. También destacó un 2-0 en la cancha de River, en el 99, con Bielsa?, ese día volvió Redondo e hicimos un partidazo". Los sinsabores siguen clavados como un puñal. Todavía se distinguen y casi ni falta hace preguntarlo: "Hubo varios también, es cierto. La mano de Tulio y la injusta eliminación en la Copa America del 95, en Uruguay; un amistoso 2-4 en Porto Alegre, con Rivaldo, Ronado, Ronaldinho, Ze Roberto y toda la banda? fue un inferno", se sincera Pupi.
Si Zanetti olfateaba un desafío, hacia allá enfilaba aunque volviesen con el ridículo mote de mufa. Jamás pensaba en las conveniencias. Zanetti fue único. Representaba algo más que un título: era el orgullo por los colores. Para él, Brasil demanda respeto. Nunca temor. "Este partido puede ser una bisagra para los muchachos. Desde luego habrá que tomar todas las precauciones necesarias, pero esa no debe ser la única receta. Después habrá que asumir la iniciativa y el protagonismo porque la Argentina cuenta con jugadores de jerarquía como para ganarle a Brasil. Será vital la personalidad, la ambición. Argentina puede ganarle a Brasil en su casa, pero primero debe creer profundamente en eso, debe convencerse".
El afiche promocional del clásico no escapa de dos rostros: Messi y Neymar. Contra Ney no alcanzó a jugar Zanetti. "Neymar está enseguida debajo de Leo y de Cristiano en la actualidad. Él completa el podio de los mejores, está muy cerca de ellos. No sé si en el futuro va a alcanzar la dimensión de Leo, pero naturalmente por su edad en algún momento va a heredar el trono. Neymar va a llegar a ser el Nº 1, pero por ahora tendrá que esperar?, tendrá que ser paciente hasta que se retire el Enano? Hoy el mundo está a los pies de Messi", subraya Zanetti. Con ese optimismo que espanta los imposibles. Que lo convirtió en leyenda.
cg/gs
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