Arsenal y un segundo tiempo de 18m21s que alimenta el debate
No suele jugar así Arsenal. Por lo menos, no suele hacerlo en forma tan... defensiva. Jorge Burruchaga pensó el partido frente a Newell´s buscando neutralizar el poder de uno de los candidatos y, seguramente, sin despegarse de la bronca por la goleada sufrida ante Lanús por 5 a 2 en el Viaducto. Eligió el sistema táctico: un 5-3-2 con tendencia a transformarse - sin ponerse colorados - en un 6-3-1. También la estrategia: mantener el orden y, con futbolistas veloces, despegar rápido de contraataque; evitar las faltas cerca de su área (sólo cometió seis infracciones en la segunda etapa, contra las ocho que hizo Newell´s).
Le cerró todos los caminos al entonces líder del Apertura y tuvo una eficacia asombrosa, ya que convirtió en las únicas dos situaciones que generó con dos contraataques capitalizados por Jara y por Matías Pérez, que, más allá de pisar con criterio el área rival en el 2-0, fue lateral izquierdo casi todo el partido para completar la línea de cinco defensores con Espínola, Tula, Peppino y Yacuzzi, que se transformó de seis cuando se sumó Sena desde el otro lateral y todos ellos, bien en línea, tomaban a las tres referencias ofensivas del equipo rosarino. Les dobló las marcas siempre y pocas veces perdió.
Lo curioso fue que Arsenal, sí, recurrió en exceso a la demora del juego en todas las líneas y desde todas las formas imaginables. Tanto fue así que, también por la falta de inteligencia de Newell´s, en el segundo tiempo sólo se jugaron 18 minutos y 21 segundos de tiempo real, con la pelota en el campo de juego y en movimiento, sobre los 45 estipulados.
Lo más repetitivo fue en los saques de arco de Campestrini. Varias veces se pasó ex profeso de los seis segundos permitidos por el reglamento. En la segunda etapa, se computaron los siguientes registros: se tomó 11s para impactar el balón a los 11m; 10s a los 22m; 19s a los 32m; 13s a los 37m; 18s a los 39m y 10s a los 43m. Pero hubo más.
Los calambres de Mosca y de Matías Pérez; la demora en la salida de Mosca; el show entre Sena y Espínola en el tiro de esquina para no jugar hasta que se acerque un rival y volver a hacer rebotar el balón; la tardanza de Espínola y de Yacuzzi para ejecutar un tiro libre ofensivo...
El árbitro Lunati se equivocó y, al no sancionar las demoras, benefició a Arsenal, pero Newell´s perdió por sus propias falencias. Le faltó carácter de líder, responder con frialdad y con inteligencia ante la presión de todo el estadio. El sistema táctico que arrancó en un 3-4-1-2 terminó casi en un 2-3-5, con una línea ofensiva (de derecha a izquierda) con Sperdutti, Achucarro, Boghossian, Núñez y Quiroga, pero salvo en la acción del 1-2, Newell´s se apuró y prefirió los pelotazos y los centros a la movilidad y el toque corto. Si Newell´s puso cinco atacantes, Arsenal contestó con ocho defensores bien ordenaditos.
Lo de Arsenal, más allá de una planificación específica, no deja de ser una cuestión de gustos. Una elección, una decisión llevada a cabo con rigurosidad que alimenta el debate. A Newell´s le molestó. No fue algo común, pero... ¿cuántos equipos o técnicos están en condiciones de afirmar que nunca tomaron o tomarían esa postura?
El número que habla
8 goles de los 24 que recibió Arsenal en el Apertura fueron de pelota parada (cinco de ellos de cabeza). Por eso se cuidó de hacer faltas.
El termómetro de los cambios
P. Castro x M. Pérez
ARSENAL: estaba tan metido atrás que sumó defensores o volantes de marca. Jonathan López le hubiera dado despliegue y velocidad para no renunciar al ataque.
P. Mouche x Viatri
ST, al inicio
BOCA: Basile sumó a un ligerito y acertó, pero luego se equivocó con Pratto (necesitaba técnica y no potencia). Pudo ser Marino por Gaitán, con Insúa más adelantado.
S. Raymonda x Scotti
ST, al inicio
Argentinos: esa modificación, junto con la de Oberman por Basualdo, le dieron otro empuje ofensivo al equipo de Borghi que dio vuelta el partido merecidamente.
l. Vella x Tuzzio
ST, 22 minutos
Independiente: Tuzzio perdía en el juego aéreo y lo desbordaban por la banda. Bien pensado el ingreso de Vella, que le dio más seguridad al lateral derecho.
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