Copa Sudamericana: Vélez se quedaba afuera pero pasó con un gol de penal en el minuto 97
Estaba a punto de quedar eliminado Vélez, una situación que habría sido un golpe mayúsculo. Hasta que Janson creó un penal por sus ganas de pelear hasta la última pelota. Y en el descuento (el reloj marcaba 97 minutos), Thiago Almada, un pibe, uno de los tantos que tiene el equipo de Liniers, definió con clase y Vélez sigue con vida en la Copa Sudamericana, más allá de que perdió por 2 a 1 con Aucas, de Ecuador, en un partido jugado este martes. Un certamen que aporta prestigio y dinero, dólares frescos para una entidad que no está bien en su tesorería.
[R] ¡El gol de la clasificación para @Velez![R][R][R] De penal, y en la última jugada del partido, Thiago Almada marcó para que el equipo de Gabriel Heinze se meta en la Segunda Fase de la #Sudamericana.[R] Perdió [R]-[R] con @Aucas45, pero paso tras haber ganado [R]-[R] en la ida. pic.twitter.com/AamOIxz3EP&— CONMEBOL Sudamericana (@Sudamericana) February 19, 2020
Con una tarea deslucida y con un jugador más desde los 37 minutos del primer tiempo, perdió en la altura de Quito, ubicada a 2.873 metros sobre el nivel del mar, pero sigue en carrera, por el valor del gol como visitante. En el partido de ida, jugado hace dos semanas en el estadio José Amalfitani, el equipo de Liniers se impuso por 1 a 0, con un gol de Ricardo Centurión, uno de los flamantes refuerzos. El ex DT de Argentinos Juniors llevó una numerosa delegación de 22 jugadores, entre los que figuraba el mediocampista Ricardo Álvarez, surgido en las divisiones formativas del club y que regresó recientemente como la última incorporación, procedente de Atlas, de México. Sin embargo, Ricky no actuó.
Los goles locales fueron convertidos por Alvarado y Espinoza, cuando ya el equipo local tenía un hombre menos, por la expulsión de Oneto, por dos amonestaciones. En el final, cuando Vélez insistió hasta alcanzar el descuento, fue expulsado Francisco Ortega, por protestar desde el banco de suplentes. Un dolor para Vélez, un tropiezo en el factor disciplina. Una cuenta a saldar en otro momento: no en la noche de Quito, que tuvo su momento culminante cuando el reloj se acercaba al minuto 97: todos sus compañeros entraron corriendo a la cancha a abrazar a Almada, el dueño de la última imagen. La más feliz.
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