Las eliminatorias. Bielsa: de la ilusión a la amargura
El técnico del seleccionado palpita el clásico frente a Brasil de una manera especial, casi en el papel de hincha. Rememoró el gol de Caniggia en el Mundial 90 y el gol del Piojo López en Río de Janeiro, en 1998, pero aún es grande la herida por el escepticismo que envuelve al grupo y que genera su función de conductor
"Resignaría el 1er puesto con tal de ganarle a Brasil"
Con la cercanía del choque de mañana entre Brasil y la Argentina, en Belo Horizonte, algo llamó la atención: la sala de conferencias del predio de la AFA en Ezeiza no era un enjambre de periodistas y camarógrafos. Igualmente no se extrañó el clima de clásico y no faltó la oportunidad para que Marcelo Bielsa catalogara el gol de Caniggia en el Mundial 90 como "el recuerdo imborrable de este duelo histórico". El mayor clásico sudamericano, que además es uno de los partidos más interesantes para cualquier punto del planeta, puso al DT del seleccionado ante un interrogatorio que duró 80 minutos y que, como siempre, finalizó cuando no hubo más consultas.
Calificó la trascendencia del choque de mañana con una frase que da cuenta de lo que significará para el técnico una victoria en Belo Horizonte: "El sentimiento más importante que siento es de ilusión por la posibilidad que el partido encierra. No es un partido más. Para un entrenador es un duelo clásico con estímulos y condimentos muy atractivos". Bielsa sabe que el partido puede modificar las posiciones de las eliminatorias y tampoco ignora que no es un juego cualquiera para los simpatizantes argentinos. "Comparto el pensamiento de muchos de los jugadores. Resignaría el 1er puesto de las eliminatorias con tal de ganarle a Brasil en Brasil. Ganarle de visitante queda grabado en la memoria colectiva. El gol del Piojo López (en el Maracaná, en 1998) se recuerda aún hoy. Hay sensaciones que genera este partido que otros no las provoca", dijo Bielsa.
¿Cómo recibió la noticia de la baja de Ronaldinho por lesión? "No puedo ignorar la importancia del jugador ausente, seguramente tendrán un futbolista importante para reemplazarlo y no creo que se altere especialmente el partido", explicó.
¿Cuál es el aspecto vulnerable de Brasil? "De alguna manera prioriza las cuestiones vinculadas con el ataque para plantear los partidos. Por sus jugadores, sus equipos se forman priorizando las funciones creativas", opinó Bielsa.
Más allá de las potencialidades del rival, el DT aseguró que la actitud del seleccionado no cambiará: "Para este partido vamos a disponer de nuestro planteo habitual. Salir a presionar en el campo contrario, buscar el partido como protagonistas. No ignoro el potencial del rival, pero también creemos en nuestras propias fuerzas y en nuestras posibilidades, las que se fortalecen en la medida que podamos ser protagonistas y se debilitan si no lo hacemos. El intento es jugar en el campo rival y eso es lo que más nos acerca a la victoria".
"Ojala yo sea campeón para evitar el odio"
Si el partido con Brasil era el tema preponderante, había otro que resultaba ineludible en la conferencia de prensa de Bielsa: el escepticismo que el seleccionado despierta en el público. Entre sus mensajes idealizando los proyectos más que los resultados, se escuchó una frase que dejó sin palabras el ambiente durante unos segundos. "La bendición popular -afirmó el DT- es sólo para aquel que sale campeón del mundo. Ojalá yo sea campeón, ya no para ganarme el respeto sino para evitar el odio."
Bielsa salió al cruce de algunas opiniones que no están convencidas con el juego de la selección. "El partido con Ecuador es muy representativo de cómo valora el medio lo que produce la selección. Ahí hubo algunas decisiones muy combatidas como la de que Luis González jugase como volante de contención, que Clemente actuase por la derecha y que Heinze debutase en las eliminatorias. Sin embargo, los tres jugaron satisfactoriamente. Fueron acertadas, pero se valoró críticamente lo global y ahí sí se dejó de lado lo individual. Eso acentúa el clima de intolerancia que a mí me toca enfrentar". Y agregó: "Resolver esa falta de flexibilidad exige actuaciones de mucho peso. Este es un partido que nos permitiría revertir la desconfianza que genera, más que el equipo, mi conducción. Si el equipo no fuese conducido por mí recibiría más tolerancia, sería más suavemente juzgado. Ojalá este partido eleve la credibilidad que hay sobre mí y sobre estos jugadores."
¿Sólo la obtención de la Copa del Mundo de Alemania produciría la reconciliación? "No lo puedo precisar, pero la Copa América es de mucho valor, igual que la misma eliminatoria, que ahora como se ganó con comodidad en las últimas versiones se la supone sencilla. Igualmente, los Juegos Olímpicos, los mundiales tienen un valor importante", respondió.
¿Está al frente de un plantel que se agranda en las difíciles? "Trabajamos en medio de un clima de escepticismo general. Esto que se describe como una situación adversa actúa en nosotros para darnos la capacidad de enfrentarlo. Estamos ilusionados con poder superar la adversidad. La complicación nos impulsa, no nos frena", aseguró frontal y directo, con la mirada levantada, algo que no es común en su manera de expresarse. Luego necesitó ampliar sus consideraciones: "Los objetivos, las ilusiones y las fantasías están vinculadas con la victoria en este partido. El ánimo del equipo está intacto".
La Argentina está en Belo Horizonte
Un ambiente inesperado recibió anoche al seleccionado en su llegada al hotel Ouro Minas: unas 250 personas, con camisetas argentinas y banderas se acercaron para saludar a Juan Pablo Sorin, que dejó un buen recuerdo en su paso por Cruzeiro. Walter Samuel y Lucho González, en la foto, sorprendidos por la demostración de cariño.
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