Boca, frente al desafío de evitar la Tevezdependencia para hacer goles

El sábado 6 de febrero Boca inició su recorrido en el torneo Transición, bajo la conducción de Rodolfo Arruabarrena, con un pálido empate sin goles en su visita a Temperley. Este domingo, en la Bombonera, el equipo de los Barros Schelotto le bajó la persiana al certamen con otro cero a cero para el olvido ante Defensa y Justicia. En el medio, claro, quedó picando el entusiasmo por el acceso a las semifinales de la Libertadores y ese es el tema que encandila por estos días al conjunto del Mellizo, cuyo ciclo comenzó el jueves 3 de marzo por la segunda fecha del grupo 3 de la Libertadores frente a Racing, en la Boca, y con otro redondo y enorme cero a cero.

Los números son elocuentes. Boca no tiene un hombre gol por excelencia. No cuenta con un tanque de área con esa voracidad de su máximo goleador histórico, Martín Palermo, que aún en los mejores momentos del equipo sigue generando nostalgia. Y entonces Boca, que ya depende de Carlos Tevez en todos los otros sentidos, también precisa de su capacidad para convertir. Más allá de su ascendencia en el plantel o más acá de la enorme influencia que ejerce en la construcción del juego colectivo, el Apache -acaso sin proponérselo- ha instalado una verdad irrefutable: ninguno de sus compañeros le hace sombra a su poder de gol.

El 27 por cierto de los tantos que lleva Boca en el año (33; 15 por el torneo local y 18 por la Copa) fueron del Apache.

El 27 por cierto de los tantos que lleva Boca en el año (33; 15 por el torneo local y 18 por la Copa) fueron del Apache. Marcó 9 (4 en el Torneo Transición y 5 en la Libertadores), lo mismo que sumaron los dos jugadores que lo siguen en la lista: Lodeiro hizo 5 ((3 y 2, respectivamente) y Chávez 4 (3 y 1). Además, Carrizo anotó 3 (1 y 2), Palacios 2 (1 y 1) y Fabra 2 (ambos en la Copa), igual que Pavón. El desglose se completa con los seis que convirtieron una vez: Bentancur, Silva y Messidoro en el ámbito doméstico; Gago, Pablo Pérez y Jara en la Copa.

En la ida con Nacional, en Montevideo, con el tanto de Frank Fabra, en cierto modo Boca encontró señales positivas para empezar a saldar esa deuda que todavía mantiene con la realidad: la "Tevezdependencia". Es cierto que bajo la conducción de los Barros Schelotto el equipo fue creciendo y aún hoy está en pleno proceso de maduración. Pero la diferencia entre Tevez y el resto a la hora de convertir es un dato que se impone para el análisis. ¿Llegó el momento en Boca de incorporar un típico referente de área?

Desde que se retiró Martín Palermo en 2011, anduvieron con el gol entre ceja y ceja Lucas Viatri, Darío Cvitanich, Santiago Silva, Emmanuel Gigliotti, Daniel Osvaldo, Nicolás Blandi y Jonathan Calleri

El Nº 9 que prefiere no ser nueve tiene con Andrés Chávez otra chance para bajar unos metros y ser ese pivote que tanto le gusta interpretar. El Mellizo lo ve a Tevez como nueve de pies a cabeza, y sobre todo acompañado con extremos. ¿Serán esos laderos Cristian Pavón y el chileno Beausejour en un futuro cercano? El Nº 9 que prefiere no ser nueve alguna vez anduvo con punteros bien abiertos a los costados (Mauro Rosales y César Delgado, en Atenas 2004) y de los 17 goles que hizo Argentina para atrapar el primer oro olímpico de su vida en fútbol, Tevez convirtió 8. Fue con otro sistema, con el 3-3-1-3 de Marcelo Bielsa, pero su eficacia resultó determinante de todos modos. Aún sin los genes de un goleador serial, Tevez convierte y hoy Boca depende demasiado de su crack.

Desde que se retiró Martín Palermo en 2011, anduvieron con el gol entre ceja y ceja Lucas Viatri, Darío Cvitanich, Santiago Silva, Emmanuel Gigliotti, Daniel Osvaldo, Nicolás Blandi (8 goles de San Lorenzo fueron suyos en este torneo que el domingo lo tendrá como finalista) y Jonathan Calleri, el mismo que hoy alumbra el camino del San Pablo de Edgardo Bauza en la Copa Libertadores. Mientras tanto, Boca sabe que tiene una deuda allá adelante, dentro del área. Una deuda que sólo cancelan los especialistas del gol.

gr/pl