Una oportunidad más: Sebastián Battaglia debe aprovechar las horas extras para ordenar a un Boca que no reacciona
En los 14 partidos de 2022 al equipo le hicieron 13 goles, incluidos 9 en el área chica; el DT debe erradicar en lo futbolístico tanto descontrol y desgano, para exhibir la fuerza que dijo ostentar
Pasó la turbulencia en Boca, aunque se mantiene cerquita para volver a revolucionar todo en cualquier momento. Sebastián Battaglia se mantuvo en el cargo de entrenador tras el encuentro con el Consejo de Fútbol de Juan Román Riquelme y, al menos, estará en el estadio Madre de Ciudades para enfrentar este sábado a Central Córdoba, de Santiago del Estero. Más presión de la habitual, claro. Porque el ultimátum le exige al técnico resultados, pero también estar a la altura con algo diferente desde lo futbolístico. Y hay algo que es obvio: es muy difícil imaginar que de un encuentro a otro el equipo presente un cambio radical, pero sí el entrenador puede aspirar en estas horas a retocar aspectos que sufrió durante gran tramo de estos 14 compromisos del 2022 y que lo colocan al borde del abismo.
El fin de ciclo se percibe puertas adentro. Más allá de la posibilidad extra que le otorgaron Riquelme y sus laderos al escuchar los argumentos y, sobre todo, la fuerza anímica que demostró tener Battaglia tanto al enfrentar una cámara como al momento de la reunión, entre los dirigentes llegan a una conclusión a pesar de diferir sobre cómo se debe solucionar la situación: mientras algunos preferían que presentara la renuncia el miércoles pasado (en el 1-1 con Godoy Cruz) o este viernes para no dañar su imagen de ídolo y así exponer el nivel de los futbolistas reprochado por los hinchas mediante canciones, otros se resignaron a manifestar para LA NACION que es en vano traer a un nuevo director técnico en medio del feroz calendario, aunque ponen al receso de mitad de año como el punto final para esta etapa.
En ese contexto debe trabajar el técnico en algo que ni siquiera debe considerarse un nuevo inicio o un mini ciclo dentro de su dirección técnica. Consciente de que un paso en falso en Santiago del Estero lo sacará del club o, al menos, generará aún más desconfianza de cara a la “final” del martes en San Pablo, ante Corinthians, por la tercera fecha de un grupo de Copa Libertadores en el que los cuatro conjuntos contabilizan tres puntos.
El primer indicio, con el taco del “Pulga” y el gol de Beltrán
En un momento normal sería coherente que ante el Ferroviario se opte por cuidar a varios futbolistas esenciales para que a Brasil viajen frescos físicamente. Las urgencias pueden más y, así, Battaglia tiene decidido ir con sus mejores jugadores a Santiago. Es una jugada que puede darle algo de vida o en la que puede salir todo muy mal, desgastando todavía más el físico y la cabeza de jugadores que ya fueron advertidos -después de muchos años- por la hinchada debido a la falta de juego individual y colectiva que se observa.
Y eso es, quizás, lo que predomina en lo que va del año. Porque es inentendible -y a la vez muy comprensible- el hecho de por qué y de qué manera le hacen goles a Boca: de los 13 tantos (casi uno por encuentro) que recibió el arco Xeneize en 2022, nueve se los convirtieron en el área chica. Sí, prácticamente en la cara del arquero de turno (fuera Agustín Rossi o en los últimos encuentros Javier García).
El descuento de Cauteruccio
Ocho rivales aprovecharon las distracciones o relajaciones en las marcas para convertir de esa forma que, con Battaglia o sin él, el equipo debe dejar de padecer lo antes posible. Ya en la primera jornada de la Copa de la Liga, Colón dio el golpe del empate sobre la hora mediante el taco de Luis “Pulga” Rodríguez en el primer palo y el gol de Lucas Beltrán en el segundo, mientras la resistencia boquense entera miraba cada acción.
En las siguientes dos fechas (exitosas) ante Aldosivi y Rosario Central, sucedió lo mismo: goles en el epílogo que no lo hicieron transpirar, pero que ya alertaban la falencia. Primero, Martín Cauteruccio llegó con lo justo desde el fondo para vencerlo a Rossi, mientras que Luca Martínez Dupuy cabeceó (otra vez a la espalda de Luis Advíncula) para que el Canalla descontara en el estadio de Vélez.
El gol de Martínez Dupuy, a espaldas de Advíncula
Al siguiente fin de semana volvió a repetir los errores. Con la gravedad de que lo hizo por duplicado: Independiente empató dos veces el encuentro gracias a que el peruano perdió la marca en un córner y miró (junto a sus compañeros) cómo Gastón Togni pisó toda el área, se llevó la pelota en la zona chica durante la segunda jugada y definió con un toque, mientras que Alan Soñora sentenció el 2-2 entrando por la derecha y empujando un centro de los que –evidentemente- a este Boca tanto le duele.
Bajo la lluvia, Soñora se metió en el arco con la pelota
Porque sino resulta inentendible cómo Arsenal logró el primer gol en la Bombonera, en un tiro libre raso desde un costado que cruzó toda el área, pegó en el poste y quedó servida para que Sebastián Lomónaco hiciera el gol en la línea, ante la mirada de todos los hombres de azul y oro. Dentro de este déficit, la pelota parada en contra también tiene injerencia.
El cabezazo de Burdisso, ex defensor de Boca
Así lo sufrió en Colombia, en la derrota ante Deportivo Cali por el debut en la Libertadores: Guillermo Burdisso desvió el tiro libre con un cabezazo no bien pisó el área más próxima al arco de Rossi.
La pasividad en el gol de Lomónaco
Ni que hablar de los últimos dos compromisos, ambos en la Bombonera. El gol de José Sand para que Lanús rescate un punto mostró la contracara: mientras él siguió la jugada y definió con clase pese al penal de García, Boca volvió a inmutarse.
Sand siguió la jugada y convirtió
Y Godoy Cruz tuvo infinidad de situaciones para ganar por goleada, pero su único gol continuó el hilo: Néstor Breitenbruch aprovechó el desgano de Frank Fabra y lanzó un centro raso con facilidad que pasó por toda el área, pero cuatro defensores y el arquero no reaccionaron y Salomón Rodríguez encontró la red en el segundo poste.
Rodríguez encontró el gol para el Tomba entre tantas distracciones
El Consejo dejó de confiar hace tiempo en Battaglia pese a que le da una chance más. El DT podría aprovecharla, al menos, corrigiendo algunas cosas puntuales para darle algo de orden al aspecto defensivo.
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