Opinión. Boca, más allá de los abrazos
La decisión por consenso es un proceso que busca no sólo el acuerdo de la mayoría de los participantes, sino también el objetivo de resolver o atenuar las objeciones de la minoría para alcanzar la resolución más satisfactoria. Sin embargo, Boca está lejos del acuerdo general en la elección del DT. Cada vez que un dirigente levanta la mano, se encuentra con discrepancias, con trabas. No hay consenso. ¿Lo último? Anoche, en los pasillos de la Bombonera, se supo que si Claudio Borghi es el elegido, hay dos dirigentes que renunciarían al departamento de fútbol en desacuerdo con el perfil del Bichi y por tener como preferencia otros nombres.
Desde el fallecimiento de Pedro Pompilio, Jorge Ameal asumió la presidencia en medio de un clima político adverso. Si bien no fue el único responsable, él contribuyó a las divisiones –entre otras cosas– sabiendo que con la llegada de Carlos Bianchi como manager corría de los primeros planos a los otros vicepresidentes: José Beraldi y Juan Carlos Crespi. También ahora, sacando a Crespi de la AFA.
Es tan cierto que el panorama fue siempre complicado como que él no ayudó a calmarlo. Hoy en Boca parece que todo se maneja por el termómetro del tablón. Tras ganarle a River, todos daban como firme la renovación del contrato de Gary Medel. Hizo dos goles, se transformó en el nuevo ídolo. ¿Sí? ¿Fue para tanto? ¿Un solo partido puede definir la renovación de un contrato por varios miles de dólares? ¿Se tuvo en cuenta su rendimiento general? ¿Fue realmente positivo su aporte? ¿Y su carácter, que generó más de una pelea en los entrenamientos con Rosada y Krupoviesa?
En ese mismo partido, viendo la respuesta de los hinchas hacia Riquelme, que lo ubicaron incluso por encima de Diego Maradona, se comentó: "¿Cómo no le vamos a renovar el contrato a Román? "Queremos que Riquelme y Palermo sigan", dijeron los dirigentes. ¿Tuvieron en cuenta que la pelea interna entre ellos no da para más? ¿Y que las actitudes de Riquelme pueden arrastrar a otros compañeros? ¿Y que si Palermo sigue Boca puede perder a Viatri, como antes sucedió con Boselli? ¿Riquelme y Palermo se acordaron ayer, en el momento del abrazo del 2-0, de lo que dijeron de un lado y del otro?
Cuando antes de Colón confirmó a Alves hasta junio, Ameal sabía que Abel ya no tenía ni el control ni el respeto del vestuario. Hoy otra vez irá a buscar a Bianchi, aun sabiendo que su idea es no dirigir hasta 2011. Como ya dieron su negativa Barros Schelotto, Martino, Bielsa y Falcioni, los dirigentes volverán a la carga porque saben que es el ideal para ellos y "para la gente". Pero, salvo en el regreso del Virrey, no hay consenso y la designación del futuro DT puede generar más divisiones. Es que no hay un plan, no hay un proyecto. Se evalúan sentimientos y no realidades. Cada decisión lleva una consecuencia, pero –más allá de los abrazos– nadie quiere asumir el costo.
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