Boca no sabe cómo seducir a los entrenadores: Pekerman, otro técnico que le dice que no a la gestión Angelici

No hay caso: la gestión de Daniel Angelici quedará marcada como uno de los procesos en los que la misión más compleja, siempre, fue conseguir un entrenador. Si bien el principal objetivo -casi una obsesión para ser más exactos- es conquistar la Copa Libertadores, uno de los dolores de cabeza más grandes para el presidente de Boca es poder contar con un técnico que encaje dentro de su proyecto. En dos mandatos apenas pudo elegir a Guillermo Barros Schelotto y el final es el conocido: el bicampeonato local y la frustración ante River en la Copa Libertadores.

Ahora con Nicolás Burdisso como director deportivo, tampoco pudo seducir al conductor seleccionado: José Pekerman, que viene de su exitosa experiencia de dos ciclos mundialistas con la selección de Colombia. Y como en casi todo el mandato de Angelici, los xeneizes deberán ir detrás del DT que pueden y no por el que quieren.

Es cierto que en 2005 y 2015, Gustavo Alfaro, el técnico del que dicen que quieren ahora, estuvo a punto de llegar a Boca. Es verdad que pretenden una cabeza de grupo que pueda trabajar tácticamente con el equipo, pero de ninguna manera es Alfaro el hombre que hubieran elegido Burdisso ni Angelici en una mesa con todas las cartas a disposición.

Ni Ricardo Gareca, ni Gerardo Martino, tampoco Alejandro Sabella y menos José Pekerman. Todos tuvieron un motivo para decirle que no a Boca en los últimos tiempos. El ex DT de Colombia escuchó a Burdisso en la propuesta que diseñó para tentarlo, desde aceptar todas sus condiciones, respetar la cantidad de gente que tiene su cuerpo técnico, escuchar todos sus pedidos para contratar futbolistas... En definitiva, casi estaban dispuestos a darle la llave del club. Nada de eso le alcanzó al manager xeneize para cerrar el 2018 con un técnico que se encuadrara dentro de las primeras opciones para los dirigentes.

"El que venga tendrá que igualar o superar lo hecho por Guillermo", dijo Angelici hace unos días. El presidente de Boca no sabe de términos medios y allí quedó siempre atrapado. Llegó a Boca con los kimonos y los pasaportes, con la promesa de regresar a Japón para la conquista del Mundial de Clubes, pero no lo consiguió. Intentó contratar a entrenadores que le pudieran cumplir el deseo, pero a Julio Falcioni lo impuso el contexto, a Carlos Bianchi se lo pidió la Bombonera, a Rodolfo Arruabarrena lo ubicó la urgencia y Guillermo, su única real elección, sufrió los cachetazos de River y la Copa Libertadores siempre le dio la espalda.

En el último año de gestión, Angelici sigue sin poder contratar el entrenador que piensa que podría funcionar en el Mundo Boca. Otra vez, la entidad de la Ribera saldrá a buscar un conductor que tenía en una carpeta secundaria y que además está con trabajo. Y esa elección también puede traerle conflictos con Huracán, porque el presidente Alejandro Nadur dijo: "No confirmo nada, sólo digo que Alfaro tiene contrato y está muy bien en Huracán. Me imagino el equipo con él. Si se dan otras circunstancias, veremos, pero hay una buena relación entre Alfaro, Huracán y los jugadores".

El único nombre al que podría recurrir Boca y que está sin trabajo es el de Eduardo Domínguez. Pero vale aclararlo rápido: no se trata de una alternativa que apareció como idea de proyecto. En realidad, la posible llegada del ex técnico de Colón a la Ribera tendrá más que ver con el apuro de tener un entrenador antes del 31 de diciembre, como prometió Angelici, que como una solución para terminar con la sequía de títulos internacionales.

Ser entrenador de Boca era una de las principales aspiraciones de cualquiera dentro del fútbol argentino. Pero ya no parece resultar el plan más tentador...