El torneo Clausura. Casi una despedida: Boca terminó confundido
Ganaba 2 a 0 con goles de Iarley, tuvo un hombre de más y acarició la goleada, pero Olimpo reaccionó, le empató 2 a 2 y lo alejó de la pelea por el título; quedó a cuatro puntos de River a dos fechas del final
BAHIA BLANCA.– Ningún jugador de Boca va a entender, cuando repase más fríamente el partido, lo que sucedió en esta ciudad. Es cierto que se presentó con un equipo alternativo y que sólo Iarley aparecía, en los papeles previos, como una figura de una época de oro no muy lejana. Pero pasó de la virtual goleada ante Olimpo a quedar casi afuera de la pelea por el título. Ganaba 2 a 0, tuvo un hombre de más e hizo méritos para aumentar la diferencia a tres o cuatro goles, pero el local reaccionó, le empató el encuentro y lo alejó de la lucha por el Clausura.
Mientras todo Olimpo festejó el punto que lo mantiene fuera de la zona de Promoción, los xeneizes vieron cómo la tabla de posiciones marcaba los cuatro puntos de diferencia que ahora los separa del líder River, cuando restan apenas dos fechas por disputarse. Justo en un momento clave, cuando el jueves próximo disputará la revancha en el Monumental, por el pasaje a la final de la Copa Libertadores.
La formación juvenil de Boca no despertaba demasiada confianza en sus hinchas, que igual acompañaron en gran número al equipo a Bahía Blanca, pero entre todos demostraron un coraje y un juego dignos del elogio, sobre todo en la parte inicial.
El equipo de Bianchi tuvo una marcada tendencia a presionar bien arriba. Ormazábal y Carballo formaron una pareja al mejor estilo Battaglia-Cascini y desde sus quites en el medio campo demostraron su superioridad, escoltados por los correctos Alvarez y Ríos.
Por el lado de Olimpo, Pablo Mannara estuvo más preocupado por las subidas de Ríos que por proyectarse él, y Leo Mas, impreciso, se perdió en la telaraña xeneize.
El jugador del partido fue el brasileño Iarley, que mostró su mejor faceta: gambetas, desequilibrio y gol. El delantero estuvo picante, muy rápido y con la confianza para intentar lujos y algunos tacos productivos. Desequilibró con su habilidad cada vez que se lo propuso. Como cuando empujó a la red un buscapié de Ríos desde la izquierda, a los 19 minutos.
Además, Boca contó con la ventaja de jugar más de un tiempo con un hombre de más por la correcta expulsión de Páez, que le dio un planchazo a Alvarez y ya había sido amonestado por una violenta infracción a Jerez.
Iarley seguía indomable en la segunda parte. El brasileño recibió de Ríos, encaró, escapó a la marca de Cogliandro y batió a Vivaldo con un violento derechazo desde afuera del área.
El 2 a 0, al principio, le dio tranquilidad a Boca. Tuvo más espacios para el contraataque y contó con innumerables situaciones para aumentar. Veamos: dos mano a mano de Vivaldo a Colautti, un penal no cobrado de Laspada a Ríos; un disparo en el palo de Carballo; un cabezazo de Colautti en el travesaño...
Nada hacía pensar que Olimpo podía recuperarse. Pero el DT Saporiti movió acertadamente el banco y encontró juego con los ingresos de Hanuch y Galván.
El conjunto local gritó el descuento gracias a un golpe de hombro de Laspada tras un centro de Hanuch. Eso lo motivó, le dio confianza. Enfrente, los pibes de Boca se desordenaron. No tuvieron la complicidad de la experiencia para saber manejar la diferencia y los goles errados en el arco rival empezaron a jugar en contra.
Bujan (otro acierto de Saporiti) inició la jugada del empate, que siguió en una pared de Hanuch con Galván, que puso de rodillas a Caballero con un remate cruzado.
Y Boca, que ganaba 2 a 0 y arañó la goleada, estuvo a punto de perder. En el final, Caballero dio rebote por un remate de Laspada y Delorte, de zurda, hizo temblar el travesaño. De todas formas, Boca se fue con un sabor amargo. Tomó la igualdad como una derrota. Porque River ganó y se escapa...
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