Colón - Banfield, por el Torneo 2021: en el regreso de los hinchas sabaleros, lo mejor fue la ovación al DT campeón Eduardo Domínguez

SANTA FE.- La fiesta, que comenzó muy temprano afuera, se prolongó hasta muy tarde adentro del estadio. Motivos hubo de sobra para la celebración sabalera: el primer campeonato, obtenido hace exactamente 4 meses en San Juan (3-0 frente a Racing), el reencuentro del equipo con su gente en el Cementerio de los Elefantes -luego de 584 días-, la vuelta olímpica, el reconocimiento al plantel, la ovación a Eduardo Domínguez y su cuerpo técnico, al que se unió Luis Miguel “Pulga” Rodríguez, venido especialmente desde La Plata. Pero ese espíritu no alcanzó para que la noche sea completa porque Colón no pudo superar a Banfield. Igualaron 0 a 0. El local, solo por lo que hizo en 20 minutos del complemento, mereció un mejor resultado. Para la gente eso terminó siendo solo una anécdota.

Colón no supo definir lo poco que generó para complicar a Altamirano. Tuvo mayor dinámica –aunque poca precisión- en el arranque del complemento. Las modificaciones le dieron otro perfil, más agresivo, pero este equipo viene mostrando una debilidad: la falta de gol. No obstante, levantaron su nivel varios volantes, Morelo le otorgó profundidad al ataque y Bernardi gravitó más que Formica. Banfield también acertó con los cambios y después que Colón frenó el ímpetu inicial el taladro se animó y se ubicó más cerca de Burián. Tampoco alcanzó.

Lo mejor del partido

Claro que poco, casi nada, pasó en la etapa inicial. Colón cambió hombres pero no esquema y la diferencia que debió marcar el ritmo de juego a partir de la movilidad de los volantes se apagó en un cuarto de hora. Aliendro y Lértora no lograban imponerse en la contención y Formica, apuntado por Domínguez para “armar juego”, perdió perspectiva para acompañar a Leguizamón y a Farías, este último con demasiadas lagunas, algo que se viene mostrando como habitual en su desempeño.

Lo poco que aportó Banfield fue a partir del despliegue de Nico Domingo y Dátolo, y la movilidad de Cruz. Pero el delantero estuvo demasiado solo y alejado de Burián. Si no hubo demasiado trabajo para los arqueros fue porque se neutralizaron en el medio y los dos perdieron trascendencia en sus ataques. El local parecía no poder desligarse del clima en las tribunas, donde había más interés en el tercer tiempo, con vuelta olímpica del campeón incluida.

Como se dijo, mucho antes del cotejo la fiesta comenzó a vivirse en las inmediaciones del estadio. Lamentablemente, se registraron incidentes en el ingreso, protagonizados por muchos simpatizantes que no podían ingresar al estadio. Según informes policiales, un efectivo de la fuerza provincial habría sufrido una fractura en su pierna izquierda y fue trasladado en ambulancia al Hospital Provincial “Dr. José María Cullen”. Otro efectivo fue herido en la mano y habría otros uniformados con lesiones de carácter leve que no necesitaron ser trasladados. 

Algunos socios sabaleros dijeron que los policías estaban junto a uno de los portones cuando un grupo de simpatizantes derrumbó la reja. La zona sur de la ciudad estuvo bloqueada por los controles para evitar que ingresara mucha más gente que la autorizada por el protocolo vigente ante la pandemia. No obstante, según se pudo apreciar, hubo esta noche una cifra más amplia de los 17 mil socios sabaleros autorizados.

La vuelta olímpica, la copa que temprano fue colocada en el centro del campo de juego para delirio de los hinchas, los colores en los palcos; todo fue parte de un folclore que vuelve a las canchas. En esta parte de la ciudad, un pretexto para que el festejo, que se inició una noche de viernes de hace cuatro meses, continúe y con pocas ganas de terminar.

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