Colón-River, Superliga: el equipo de Gallardo perdió un invicto de 32 partidos y 233 días
SANTA FE.– La travesía terminó en un traspié doloroso. River , con suplentes, dejó su aura victoriosa en esta ciudad. Perdió por 1 a 0 con Colón, frenó la serie exitosa de 32 encuentros (21 victorias y 11 empates) y, después de 233 días, volvió a sufrir, tendido sobre el césped. La racha había comenzado con un empate 2-2 contra Flamengo, en Río de Janeiro, por la Copa Libertadores.
Un ojo estaba en Santa Fe, el otro en Núñez. Sin tiempo para perder, River tuvo un viernes fuera de lo común: por la mañana hubo entrenamiento en el Monumental con los jugadores no convocados para la novena fecha de la Superliga; por la tarde, 18 futbolistas viajaron en un vuelo chárter a Santa Fe; por la noche se llevó a cabo el errático choque ante Colón y la delegación regresó a Buenos Aires tras el partido. Un cronograma fuera de lo habitual para una situación particular: la semifinal de la Copa Libertadores del próximo martes ante Gremio modificó todos los planes y obligó a realizar una extraña travesía que acabó de modo negativo.
Además, hubo una historia color. Volvieron los visitantes para River en el torneo local en el mismo escenario de la última vez: la cancha de Colón. El acuerdo entre el Ministerio de Seguridad de Santa Fe y la dirigencia santafesina le permitió al público millonario decir presente, tal como había sucedido por última vez en el 0-0 que se disputó el 25 de junio de 2017 por la última fecha del Torneo Primera División 2016/17.
Eso sí: hubo sólo 3000 simpatizantes millonarios. El sabalero puso 4000 entradas a disposición a través de un sistema de compra online: 3500 populares a 700 pesos y 500 plateas a mil pesos. La entrega se realizó entre anteayer y ayer (hasta las 14) en las boleterías del club, pero no hubo clima de partido en las calles santafesinas durante el día: todo transcurrió con normalidad y pocas camisetas de River se vieron por la zona. Recién se empezó a sentir el fervor en las inmediaciones del estadio, cuando cayó la noche.
En cuanto a lo futbolístico, horas antes de ver interrumpida la mejor racha de su historia, Marcelo Gallardo encabezó la práctica matutina. Allí estuvieron presentes, entre otros, Jonatan Maidana, Leonardo Ponzio, Juan Quintero e Ignacio Scocco, quienes no estuvieron citados, al igual que Franco Armani y Gonzalo Martínez, aún con tareas diferenciadas. En una situación poco habitual, pero que ya se ha realizado en determinadas situaciones a lo largo de sus cuatro años en el club, el cuerpo técnico millonario decidió hacer un ida y vuelta relámpago, para no perder un día de entrenamiento de cara al partido con Gremio.
Arriesgándose a que cualquier inconveniente –climático o aeronáutico– pudiera impedir la llegada a tiempo, el equipo salió a las 18 en vuelo chárter desde Aeroparque y en tierras santafesinas solo realizó dos tramos de 20 minutos en micro, del aeropuerto al estadio y del estadio al aeropuerto. Hasta hubo decisiones que se tomaron sobre la marcha: Milton Casco iba a quedar afuera del banco de suplentes, se optó por preservarlo y no viajó pese a estar en la lista de concentrados.
Así, el Muñeco optó por una alineación alternativa y le dio rodaje a los jugadores que no vienen siendo titulares, aunque hubo nombres de peso, como Germán Lux, Nacho Fernández, Enzo Pérez, Rodrigo Mora y Lucas Pratto. Pero el equipo no respondió. Es más: durante el primer tiempo, se salvó por dos tiros que chocaron en el mismo palo, de Chancalay y Correa. Hasta que llegó el gol de Gonzalo Bueno. Y River, una noche, bajó los brazos. Perdió, un verbo desconocido durante casi ocho meses. Mientras tiene la cabeza puesta en la semifinal de la Copa.
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