El torneo Clausura. Con el colombiano Pérez, no hubo Gabbarini que salvara al puntero
El delantero hizo los dos goles del 2 a 1 de Gimnasia, que lucha para salir de la Promoción; Godoy Cruz puede hoy alcanzar a Independiente
LA PLATA.- Algún día le iba a pasar factura a Independiente esa riesgosa tendencia de andar con lo justo. Tarde o temprano, Gabbarini no lo iba a salvar, dejaría de ser Superman para transformarse en un arquero terrenal, vulnerable. Y se iba a topar con una tapada milagrosa del arquero rival, como ocurrió ayer con Sessa y su doble atajada ante Gandín en el área chica.
Ya era hora de que se le notara y sufriera por la falta de gol de Silvera, que acumula un mes (cinco partidos) sin convertir. Era lógico que iba a llegar el partido en el que no se llevaría el premio mayor con el acierto de un tiro al blanco que sale del obús que Núñez tiene en la pierna derecha. En algún momento, al equipo se le iban a saltar las costuras por la acumulación de lesionados. La emergencia estaba declarada desde el instante en el que Gallego decidió que Tuzzio jugara todo el encuentro de ayer con el brazo derecho pegado al cuerpo, sin movilidad, infiltrado y vendado, producto de la luxación en el hombro que arrastra desde el fin de semana. Independiente no perdió y comprometió su liderazgo por culpa de Tuzzio, pero la situación es suficientemente descriptiva de los apuros que lo vienen acorralando.
La sumatoria de los factores citados empujó a los Rojos a la derrota que hace varias fechas venían evitando con más angustia que fútbol. Lo venció Gimnasia, un equipo necesitado, pero no desesperado. Que tiene a un delantero de movimientos eléctricos y largas zancadas. Un incordio para los defensores, que no pueden regalarle un metro ni perderlo de vista. El colombiano Pérez todavía no cumplió 20 años y muestra una vitalidad y optimismo que se bebe los vientos. Busca los espacios y se muestra constantemente para recibir la pelota. Mientras cumple el curso de delantero, va dejando goles que para Gimnasia valen oro. Ayer hizo los dos sin intimidarse por haber quedado frente a frente con el mejor arquero del campeonato. Definió con frialdad y dirección. Los hinchas de Gimnasia se entusiasman cada vez que el negro Pérez entra en acción, presienten que va a pasar algo. A veces se apura y desaprovecha situaciones favorables, pero nadie puede acusarlo de falta de compromiso o de displicencia. En un equipo que vive con la soga al cuello para mantenerse en primera, el colombiano transmite una actitud positiva. Desdramatiza la cotidiana cuenta de los promedios del descenso.
Como en varios partidos, Independiente volvió a mostrar problemas para gobernar el desarrollo. Tuvo un comienzo interesante, pero no fueron más de 10 minutos en los que avanzó con decisión sobre el campo local. Enseguida empezó a perder la batalla en el medio campo. La claridad y el toque de Acevedo sólo se dejaron ver en la asistencia para el empate de Mancuello. No fue mucho para un volante que acostumbra tener más participación e incidencia en el juego; quizá se sintió limitado por una dolencia física que no le permitió salir en el segundo tiempo.
Piatti, normalmente discontinuo, pareció afectado por el permanente hostigamiento de los hinchas de Gimnasia, que guardan el peor de los recuerdos de su paso por el club. Nervioso, Piatti perdió muchas pelotas.
Mancuello es otro volante intermitente. Se equivocó en el primer gol de Gimnasia. Se dejó robar la pelota por Encima, el mediocampista más claro e incisivo en el primer tiempo, que vio el rápido desmarque de Pérez a espaldas de los centrales.
Gimnasia era más ordenado y combinaba mejor en el medio con Encina, el laborioso Rinaudo y Aued. El Lobo jugaba bastante tranquilo, mientras Pérez no resolvía un par de contraataques.
Independiente ya dio evidencias de que no necesita dominar para golpear al rival. Después de varios minutos de intrascendencia, le dio forma a un avance colectivo que Mancuello coronó con un zurdazo cruzado.
Sin jugar bien, Independiente eludía una situación comprometida, acentuada por otro remiendo en la formación, con el ingreso del juvenil Velázquez por el lesionado Acevedo (Vittor pasó de volante central).
El encuentro estaba abierto. Gallego apostaba a la pólvora de Núñez y le daba al liviano Patito Rodríguez otra oportunidad que desaprovechó. Vino un pelotazo largo, cabeceó Stracqualursi, falló Mareque en el cierre y Pérez no perdonó en la definición. Quedaban más de 20 minutos y Gimnasia aguantó con algunas zozobras. Esta vez, el puntero Independiente no encontró soluciones de última hora.
15 los años sin triunfos de Independiente en el Bosque; en ese lapso, Gimnasia ganó 13 partidos y empató dos.
EL DATO I
Se cortó la serie positiva de 7 partidos de los Rojos
El puntero llevaba seis triunfos y un empate, y sólo había recibido un gol. No perdía desde el 0-3 ante Vélez, por la 5a fecha.
EL DATO II
Por primera vez, dos éxitos seguidos del Lobo
En la fecha anterior, Gimnasia había vencido a San Lorenzo. Los otros triunfos alternados fueron ante Estudiantes, Vélez y Chacarita.
LA EFECTIVIDAD
Una pareja ofensiva con el 78 por ciento de los goles
Pérez (7) y Stracqualursi (4) hicieron 11 de los 14 goles del Lobo en el Clausura. Los otros: Encina, Romero y Valentini, en contra.
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