La Copa Desafío. Con la mente en otro lado
A las 22.10, River y Boca volverán a encontrarse, luego del éxito xeneize en Mar del Plata, pero con muchos suplentes; sus objetivos son distintos y están más allá de lo que pase esta noche en Salta
SALTA (De un enviado especial).- El adverso clima, que azota en varios puntos de nuestro país, hizo su escala en el norte argentino. El sol desapareció al mediodía, cuando una tormenta, como hace tiempo no ocurría por estos lares, castigó a la ciudad y a varias zonas cercanas. La intensidad de la lluvia provocó anegamientos de calles, caída de árboles, postes de luz y paredes y el corte del suministro eléctrico en varias zonas, en la antesala de un superclásico distinto, diferente, con otro sabor. El segundo River y Boca del verano, previsto para esta noche, desde las 22.10, en el estadio Padre Martearena no contará con la pasión de siempre. Afuera hay expectativa. Desde adentro de la cancha no se responderá a la ilusión. River y Boca se enfrentarán hoy con la mente en otro lado.
La excusa será la Copa Desafío, luego del triunfo xeneize por 3 a 2, el sábado último, en Mar del Plata, por el Pentagonal de Grandes. Aunque, esta vez, los equipos tendrán otro color, más apagado, alejado de sus mejores exponentes. Si el empate se refleja en los 90 minutos, habrá definición por penales, ya que este superclásico no tiene relación directa con el citado pentagonal.
Boca jugará con varios suplentes. River actuará con casi todo un equipo alternativo. Aunque, en realidad, la formación que dispondrá el Coco Basile se siente mucho más segura que la que ubicará Daniel Passarella. No tanto por los éxitos recientes, sino porque sus apellidos cuentan con una mayor cuota de experiencia y calidad. Más aún: el Boca de esta noche está casi a la altura del River titular que sigue buscando su mejor funcionamiento.
Veamos los nombres: los xeneizes presentarían una formación integrada por sólo tres titulares del equipo-base que conquistó el Apertura y la Copa Sudamericana: el arquero Roberto Abbondanzieri y los marcadores centrales Matías Silvestre (ocupó el lugar luego del adiós de Rolando Schiavi y es una debilidad de Basile) y Daniel Díaz. Entre los habituales suplentes que saldrán a la cancha se destacan los delanteros Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Delgado. Nada menos. En Tandil se quedó lo mejor: Palacio, Palermo, Insúa, Ibarra y Battaglia, entre otros. Es que Boca ya comenzó la cuenta regresiva con la mira en el debut en el Clausura, ante Gimnasia, en Jujuy.
En River, el panorama es menos alentador. Su equipo alternativo está lejos del brillo que tienen algunos valores xeneizes -de allí el malestar de las autoridades locales-, como el Mellizo, el ídolo. El mediocampista Jonathan Santana será el único titular que comenzará el segundo superclásico del año. Daniel Passarella, el entrenador millonario, no quería viajar a esta ciudad. Apenas llegaría hoy, a las 20, por lo que no se sabe si será el DT esta noche o esa función estará a cargo de Héctor Pitarch. Según versiones, que demuestran la desprolijidad de la situación, las autoridades de Torneos y Competencias y de la organización habrían insistido para que el Káiser se presente en Salta.
Es que el ex entrenador del seleccionado argentino continúa con el trabajo a todo ritmo con el plantel principal, que trabaja en Buenos Aires, con el objetivo de enfrentarse con Oriente Petrolero, de Bolivia, el 26 del actual, en el Monumental, en el partido de la primera etapa de la Copa Libertadores.
Si River tiene pocos problemas, sumó uno más ayer, cuando quedó varado, por el mal tiempo, en Córdoba, la escala antes de arribar a Salta. Por la tarde se alojó en un céntrico hotel, con evidentes signos de fastidio y de cansancio.
Anoche llegó Boca, con menos problemas que su adversario. Será un superclásico de verano, diferente y especial. Con muchas caras nuevas. Y otras que buscan recuperar su lugar, mientras la mayoría piensa en lo que vendrá.
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