Copa Libertadores. Pocas polémicas: el VAR, el gran ausente de la noche en la Bombonera
En una segunda semifinal tensa y apretada entre Boca y River por la Copa Libertadores, no hubo lugar para el VAR. La tecnología no descubrió ni detectó nada que se le haya escapado al árbitro Wilson Sampaio. La designación del argentino Mauro Vigliano como principal autoridad en la sala de video había sido interpretada como una garantía. El partido no tuvo interrupciones para revisar jugadas o sanciones. No hubo pausas por las comunicaciones que a veces se establecen entre la cabina del VAR y el árbitro, y éste no recurrió nunca al monitor que tiene en la mitad del campo.
Quizá pudo haber entrado en escena si una definición que se fue apenas desviada de Alexis MacAllister terminaba en gol, acción en la que Sampaio cobró un off-side previo inexistente. No intervino porque la jugada no terminó en gol.
El gol de Salvio no convalidado por mano de Mas
Si el desarrollo se hizo cortado en varios pasajes fue por la seguidilla de foules: 48 en total (27 de River y 21 de Boca). No fue un superclásico violento ni de foules arteros. De hecho, la primera amonestación fue a los 46 minutos de la etapa inicial, por una entrada a destiempo de MacAllister a Enzo Pérez.
Cuando fueron aumentando las pulsaciones y los nervios, Sampaio se vio obligado a mostrar tarjetas amarillas con más frecuencia en la segunda etapa. La recibieron Nacho Frnández, Enzo Pérez, Paulo Díaz, Scocco, Martínez Quarta, Marcone y Tevez.
Fue un partido exigente para el juez brasileño, pero no quedó atrapado en ninguna gran polémica. En el final, tras celebrar con sus jugadores en el medio de la cancha, Marcelo Gallardo se acercó a la terna arbitral y por sus gestos se podía intuir un reclamo por la alta cantidad de faltas que cobró a favor de Boca sobre los costados. Los tiros libres en forma de centro fueron la principal vía ofensiva de Boca en toda la noche. Y con ese recurso consiguió el gol Hurtado, luego de que Lisandro López conectara de cabeza el centro de Zárate.
"Mucho corte, mucha falta, mucha pelota adentro del área. Foules, foules, foules", fue la queja que insinuó Gallardo en la conferencia de prensa, que prefirió darle lugar a la felicidad por la clasificación.
Bien ubicado, Sampaio resolvió con celeridad y precisión en el primer tiempo una de las jugadas en las que podría haber necesitado la asistencia del VAR. No le hizo falta porque advirtió que el tiro libre de MacAllister dio en el antebrazo y la pelota le quedó a Salvio, que definió al gol. Por las modificaciones reglamentarias aplicadas a mediados de este año, cualquier contacto de la pelota con la mano o el brazo en función ofensiva, haya o no intención, invalida la acción. Consultado por LA NACIÓN, un ex director de Formación Arbitral expresó: "No se puede convalidar un gol con un pase que provenga de una mano. Sampaio sancionó correctamente".
El VAR no intervino apenas empezado el partido, cuando Pinola golpeó levemente con su brazo a Salvio en la disputa de un centro dentro del área. Hay veces que la tecnología repara en acciones ínfimas que pueden derivar en penales. No lo hizo en este caso, lo cual revela que todavía no existe un criterio de aplicación uniforme.
Conmebol decidió obviar el criterio de designar autoridades de una nacionalidad diferente de los equipos que se enfrentan para privilegiar las aptitudes de Vigliano, considerado el mejor árbitro argentino en el manejo de la VAR. Una valoración que se ganó durante el Mundial de Rusia; también fue designado para el Mundial femenino de este año en Francia. Gustavo Alfaro había calificado como un acierto la elección de Vigliano, luego de la disconformidad que le dejó el colombiano Gallo en el Monumental.
Si es real que la Bombonera late, fenómeno mucho más factible en un superclásico por las semifinales de la Copa Libertadores, es probable que esa vibración haya llegado hasta la sala de VAR. Por razones de seguridad dispuestas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el dispositivo tecnológico se instaló en el vestuario de la reserva de la Bombonera, cercano a los vestuarios del árbitro y del local. Se descartó la posibilidad de ubicarlo detrás de las plateas, en el sector de las vías. Wilson Seneme, presidente de la Comisión de Árbitros de la Conmebol, había anunciado: "La cabina del VAR va a estar en la cancha y la seguridad está garantizada. Ojalá no pase nada. Lo único que queremos es que se juegue al fútbol".
Vigliano no quedó en el centro de la escena como en la primera semifinal entre Gremio y Flamengo, partido que sumó interrupciones durante casi 20 minutos. En ese tiempo,a instancias de las indicaciones de Vigliano, Néstor Pitana no convalidó dos goles por offsides milimétricos. Como en la semfinal argentina, el desquite de hoy entre Flamengo y Gremio tendrá un VAR con autoridades brasileñas.
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