Copa Libertadores: River, un empate ante Independiente Santa Fe gusto a poco y...Armani; siempre Armani
El desarrollo del partido frente a los colombianos, que tuvo al arquero como protagonista principal, hace que el empate sin goles sea visto como un resultado escaso; el guardavallas volvió a ser vital para evitar que las distracciones defensivas, tan habituales, terminaran en goles rivales
River jugó uno de esos partidos en el que, aunque el empate no parecía ser un mal resultado en la previa, el desarrollo del encuentro le termina haciendo sentir que se le escaparon dos puntos. La igualdad 0-0 con Independiente Santa Fe en Paraguay le permitió sostener su invicto y seguir siendo líder junto con Fluminense con cinco unidades en el Grupo D de la Copa Libertadores. Pero, una vez más, el equipo de Marcelo Gallardo no pudo transformar su dominio futbolístico en el resultado y contó con la figura vigente de Franco Armani para sostener el arco esas habituales distracciones defensivas que lo podrían haber dejado con las manos vacías. Empató, pero pudo haber ganado o perdido.
Fallar en la puntada final ya parece un karma en esta etapa de transición. River genera peligro constante y le cuesta en exceso poder marcar. Con el empate sin goles del equipo alternativo, suma solo cuatro festejos en los últimos cinco encuentros entre la doble competencia. Lo llamativo es que, según los números de Opta, acumuló 67 intentos de remate y 22 efectivos al arco rival en ese período. Llega mucho, marca poco.
El cruce con Santa Fe, postergado y con cambio de sede incluido (de Armenia a Asunción) por las protestas masivas en Colombia, era una parada incómoda en el calendario. Por eso, Gallardo cuidó a cinco de sus mejores apellidos que venían siendo siempre titulares: Paulo Díaz, Fabrizio Angileri, Enzo Pérez, Nicolás De La Cruz y Rafael Borré se quedaron en Buenos Aires a la espera del crucial partido del domingo frente a Aldosivi.
La decisión del DT estuvo muy marcada. La prioridad es poder conseguir el pase a los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional. Llegó con la soga al cuello a la etapa de definiciones y debió meter mano en un equipo que venía sintiendo una merma física por el rodaje. Pero, a pesar de los cambios, el once alternativo no se achicó. Al contrario, se acomodó bien con un 4-2-3-1, dominó el partido y minimizó a un tímido rival que nunca buscó generar peligro. Su plan fue esperar y contrarrestar. Si llegó a exigir a Armani, fue por falencias propias de River.
Con la clara salida de David Martínez que tiene una daga en su pie izquierdo, la buena contención y presión que le dieron Leonardo Ponzio y Bruno Zuculini, un interesante partido por las bandas de Benjamín Rollheiser y José Paradela, algunos chispazos aislados de Jorge Carrascal y la presencia de Federico Girotti como referencia fija de área, el equipo del Muñeco tuvo todo para ganar.
Quizás, otra vez no pudo exprimir al máximo la proyección de sus laterales, le faltó más profundidad o serenidad para ser más incisivo y volvió a sufrir su falta de precisión en los metros finales. Así, hizo méritos suficientes para llevarse los tres puntos frente a un Santa Fe que le concedió muchas ventajas y espacios que River no suele tener para aprovechar.
En la primera mitad, tuvo dos claras ocasiones de gol: un remate de Rollheiser al palo tras una gran jugada colectiva y un tiro de Federico Girotti que contuvo el arquero Leandro Castellanos tras otra buena conexión en ataque. Luego, también contó con un potente remate de Paradela que contuvo la figura Castellanos y, en el inicio de la segunda mitad, llegó con dos remates altos de Girotti y Rollheiser.
A pesar de que por momentos perdió claridad o ingenio en los minutos finales, terminó arrinconando a su rival. Como si la película se volviera a repetir, solo le faltó el gol. En el cierre, tuvo un cabezazo de Girotti cerca del área chica se estrelló en el palo, otro remate de Girotti que sacó el arquero y sucesivas aproximaciones de peligro en las que le faltó ser más fino para definir la historia.
Así y todo, si se terminó llevando un empate, también fue gracias a Armani, el salvador. En los últimos 10 minutos desarticuló dos claros errores. Primero, River quedó muy mal parado tras una pelota a favor y le sacó un mano a mano a Fabio Delgado. Luego, llegó a tiempo con velocidad de piernas para despejar un mal pase de Ponzio hacia atrás. Esos minutos finales fueron una repetición de este 2021: le falta convertir y todos los partidos parece ofrecer ventajas que antes no ofrecía. El gran desafío es volver a ser ese equipo seguro, confiable y equilibrado. Gallardo lo sabe.
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