Daniel Osvaldo, el jugador "rockstar" que logró conquistar a la Bombonera
Fue recibido con afecto y ovacionado cuando fue reemplazado en su muy buen debut (con gol incluido); salió del estadio rodeado de guardaespaldas
Si Daniel Osvaldo es tan fanático de los Rolling Stones como pregona, es muy probable que anoche se haya sentido Mick Jagger. Y no sólo por la gran ovación que recibió en la Bombonera cuando fue reemplazado por el Pachi Federico Carrizo , sino por la salida que tuvo del estadio.
Cual estrella de rock, el delantero fue el foco favorito de los flashes, las cámaras y los micrófonos cuando, tras la victoria, apareció por la puerta azul del vestuario local. Incluso, hasta opacó el testimonio que Fernando Gago daba en ese momento a los medios.
Las corridas y los empujones coparon la escena. Ningún periodista quería perderse el testimonio de Osvaldo en la noche de su debut en Boca. El futbolista, con una sonrisa de oreja a oreja, intentaba tomar conciencia de la magnitud que su llegada provocó, tanto en los medios como en la gente. Porque también fueron varios los fanáticos que le pidieron una foto en esos 70 metros que separan al vestuario de Boca del micro que traslada a los jugadores.
El delantero no pudo haber tenido un debut más redondo. En la Bombonera, de noche, por la Copa Libertadores y, encima, con gol incluído. El de la victoria. El que significó el 2 a 1 final ante Montevideo Wanderers.
Sin embargo, el hincha de Boca no se la hará fácil a este delantero que, con un par de toques al balón, dejó en evidencia que es de otra categoría. Que no de casualidad jugó una década en el fútbol europeo. El "Osvaaaaldo, Osvaaaaaldo" no parece figurar en el repertorio de cánticos de los hinchas en el corto plazo.
Así recibió la Bombonera a Boca, ante Montevideo Wanderers
"Esto es Boca. Sacando a Maradona, acá nadie jugó por portación de apellido. Ojalá demuestre en la cancha todo el amor que dice tener por el club. Y si no, que se vuelva a Europa", expresa con rudeza Alberto, socio vitalicio y uno de los que más temprano llegó al estadio.
"Es un buen jugador, pero no creo que hoy se cante por Osvaldo, como tampoco traje todavía camisetas con su nombre", pregonó antes del partido José, a cargo de un puesto callejero sobre la calle Brandsen en el que todavía vende, con éxito, camisetas de Riquelme y de Palermo. Y agrega: "Mirá si termina siendo algo similar a lo que les pasó a los hinchas de River con Fabbiani, que era ídolo antes de tocar la pelota y resultó un fiasco..."
Las comparaciones con la experiencia del Ogro en el club de Núñez resultan inevitables. Ambos pregonaron su amor por el club desde la cuna y, vaya paradoja, a ambos los une el número 23 de su camiseta.
"Es Gigliotti, pero con un poquito más de firuletes", criticó tras el partido un viejo empleado del club, que rogó mantenerse en el anonimato..
En la zona de vestuarios, Daniel Osvaldo disfrutó de su momento y, con simpatía, accedió a todo. Se detuvo cuatro veces ante diversos medios, firmó dos camisetas y se sacó tres fotos. Hasta que alguien del club le dio a entender que ya era suficiente.
En esos últimos 25 metros se fue rodeado de ¡15! agentes de seguridad, que lo separaron de los fanáticos y de la prensa hasta que entró al micro.
A lo Mick Jagger...
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