Diego Milito y un gol a la política: el detrás de escena de sus ganas de ser presidente de Racing
Diego Milito, el máximo ídolo de los últimos cincuenta años de Racing, aseguró por primera vez en público que "le picó el bichito de ser presidente", cuando faltan seis meses para que haya elecciones en la Academia. "En un principio pensé que no era para mí. Pero reconozco que en los últimos tiempos me ha picado el bichito de ser presidente. No sé si este es el momento, si será más adelante o sino será nunca. No lo tengo claro. (...) Antes era un no rotundo. Hoy digamos que no es un no rotundo", aseguró el Director Deportivo en una entrevista con Infobae. Y eso alteró el clima interno de la Academia.
Quienes conocen bien a Milito aseguran que se le escapó en público un deseo que desde hace unos meses reconoce a los íntimos, aunque no imaginó lo que podía generar con esas palabras. En medio de una pandemia que puso en pausa al fútbol argentino hace más de 75 días, la declaración volvió a mover las aguas políticas en la mitad celeste y blanca de Avellaneda, que parecían haberse aquietado luego del histórico triunfo por 1 a 0 ante Independiente en febrero pasado.
Todos los caminos conducen a que en diciembre de 2020 Víctor Blanco sea electo por tercera vez como presidente de Racing, como ocurrió en 2014 y 2017. Incluso los del ex delantero, que tiene una muy buena consideración de Blanco. Lo que más le valora es su habilidad para manejar los números, al punto que la Secretaría Técnica deja esa tarea en manos del presidente, y también su posición en AFA. Pero encuentra conflicto permanente con ciertos miembros de la Comisión Directiva.
En el último tiempo, el 22 se terminó de convencer de que algunas cuestiones de la gestión del club no se pueden cambiar desde su lugar de Director Deportivo y por eso terminó de darle forma a la idea de, alguna vez, dar el salto a la presidencia. Y no solo pasa por los nombres o por los cargos, sino por la propia estructura del club.
Acaso las declaraciones de Milito sean su primer acto como jugador político, continuando los caminos de Juan Sebastián Verón, en Estudiantes, y Juan Román Riquelme, en Boca. Aunque la situación no se asemeja a la de dos de sus compañeros de selección en la Copa América de 2007. A fuerza del orden económico y de tres títulos en seis años de gestión, la figura de Blanco genera un gran consenso dentro del club, tanto entre los directivos como entre los socios. Algo muy inesperado tiene que ocurrir de acá a fin de año para que lleguen a las urnas por senderos separados. Sin embargo el ruido que generaron las ganas públicas del ídolo de ir por la presidencia puede servir como ejercicio de presión para definir los hombres que formarán el trinomio de cara a las elecciones.
En los últimos seis años de Racing, las figuras de Milito y Blanco fueron casi de la mano. Cuando al empresario nacido en Galicia hace 74 años asumió en septiembre de 2013 tras la renuncia de Gastón Cogorno y Rodolfo Molina, lo primero que hizo fue contratar a Reinaldo Merlo como entrenador. Lo segundo, viajar a Italia para iniciar el operativo retorno del entonces delantero del Inter, que ya había sido campeón con la Academia en 2001. "Cuando fui a buscar a Diego, una de las premisas que me dijo, fue: 'Mirá si no podés traer ningún jugador, lo que te pido es que tengas los sueldos al día, que la gente esté jugando feliz'. Y eso lo comparto y lo apliqué siempre", suele contar Blanco.
Lo que siguió a esa charla es conocido: un título en el torneo Final 2014 con el 22 como capitán y la Superliga 18/19 y el Trofeo de Campeones 2019, ya con el ídolo en la función de Director Deportivo. Es más: los dos años más flojos desde lo futbolístico desde que Blanco es presidente fueron 2016 y 2017, los años que Milito estuvo retirado, en la transición entre jugador y manager. En diciembre pasado, cuando Racing debía definir al sucesor de Eduardo Coudet, Blanco ya había iniciado gestiones por Ramón Díaz, pero finalmente le dio la derecha al ex Inter con la apuesta por Sebastián Beccacece. Fue un gesto de respaldo en un contexto tenso.
"No tengo dudas de que Diego va por seguir con nosotros hasta el final del 2020. Tiene todas las condiciones para presentarse para ser candidato. Si está dentro de lo reglamentario sería un candidato de lujo", aseguró Blanco en febrero pasado. La aclaración de "dentro de lo reglamentario" no es un detalle: hay quienes aseguran que a Milito no le dan los ocho años de antigüedad para ser candidato, porque es socio desde su regreso en 2014. Desde el entorno del ex delantero sostienen que tienen los papeles de una inscripción en 2011, cuando aún vivía en Milán, aunque creen que no será necesario presentarlos.
¿Qué cambió en Milito para pasar del "no rotundo" a dejarse "picar por el bichito"? Una parte de la explicación está en sus ganas, otra en el contexto. Cuando aún era capitán, ya pensaba cómo aplicar parte de la metodología que vio en Italia en el club que lo formó como futbolista. Con diálogo permanente con la CD, al punto de sugerir entrenadores, lugares de concentración o metodologías de viaje para disputar la Copa Libertadores, fue dibujando en su cabeza el mapa del club y los intérpretes en los que apoyarse, aunque aún lo mantiene en construcción. Y en el último tiempo se convenció de que este es el momento ideal para dar el salto hacia la profesionalización y modernización de algunas áreas que imagina.
Por eso, para algunos miembros de la CD su declaración fue mensaje interno más que una expresión de deseo. Además de mirarlo de costado por tener un cargo rentado, la lectura que hace la parte más política de la Comisión Directiva es que Milito busca "bajar algunos nombres del barco" de cara al armado de listas para diciembre. Las diferencias con el vicepresidente 1ro Miguel Jiménez, el presidente del Fútbol Amateur, Adrián Fernández, y el vocal Roberto Torres son conocidas. Tuvieron su punto más álgido entre la salida de Coudet y los primeros meses de este año, hasta que la seguidilla de triunfos con la que comenzó el ciclo de Beccacece calmó las aguas.
En algunos de esos episodios de tensión, el ídolo amenazó con la renuncia a su puesto de Director Deportivo, lo que causaría gran revuelo entre los hinchas. Hasta el pasado lunes, esa carta era su gran elemento de presión. Ahora sumó uno más: sus ganas públicas de ser presidente de Racing.
Más leídas de Fútbol
Sensores y datos. Los preparadores físicos lo adoran y algunas figuras lo miran de reojo: por qué el uso del GPS llegó para quedarse
Amistosos. El Chile de Gareca perdió con Francia; inesperada caída de Uruguay, y el DT argentino que suma 18 partidos invicto
De menor a mayor. La selección reaccionó con la vigencia de Di María, el gol de Lautaro y terminó la gira con una sonrisa