DT digital: la computadora, la herramienta deportiva de moda
Los softwares de edición de imágenes son un recurso fundamental en todas las disciplinas; pueden costar hasta 300.000 pesos; cómo se utilizan y los beneficios que se pueden lograr en las competencias
"Ninguna computadora hizo un gol." La frase, con buena carga de descreimiento y algo de desprecio, la dijo un importante entrenador del fútbol argentino que hoy es fanático de los softwares de edición de video en tiempo real. La carga cultural es pesada. Durante mucho tiempo, en la Argentina estuvo instalada la idea de que el trabajo obsesivo resulta contrario a la frescura del deporte. Algunos suelen minimizar el tema. Consideran que la habilidad de los jugadores y el azar siguen dominando el juego. Y puede ser que haya algo de cierto, pero?
La industria de la tecnología aplicada al deporte tiene un gran número de empresas que pasan inadvertidas, escondidas detrás de los ídolos de la televisión, pero representa una parte destacada de la preparación individual y grupal. Sirve para muchas cosas. Como elemento de información, para cambiar una táctica en el entretiempo del partido, para corregir la manera de defender en ciertas jugadas, observar mecanización de movimientos del rival, aprovechar los defectos que se detectaron en un adversario o corregir los errores que un deportista propio está cometiendo con algún gesto técnico. Si alguien es lo suficientemente aplicado para saber leer esas situaciones, la ayuda puede ser inestimable.
Carlos Bianchi, Alfio Basile, Reinaldo Merlo, Américo Gallego son entrenadores de jerarquía, pero nacieron en una etapa distinta. Ni mejor ni peor. No significa que sean obsoletos. Sólo diferentes. Es el tiempo de Rodolfo Arruabarrena, Matías Almeyda, Marcelo Gallardo, Diego Cocca? Ellos, los más jóvenes, saben que las bondades de la tecnología, bien aplicadas, pueden marcar diferencia. Si uno la usa, ¿el resto estará dispuesto a desestimarla y dar ventaja? Los entrenadores mencionados la utilizan, por supuesto. Como casi todos los clubes argentinos. Se trata de un software provisto por la empresa australiana Sportstec. El modelo más común se llama SportsCode.
"Hasta hace no mucho tiempo los entrenadores ponían a alguien que les armara video sobre los rivales y cortaban imágenes elementalmente, con un Movie Maker, para compilar córneres o jugadas de pelota parada, nada más", comenta Nicolás Basdedios, proveedor, junto con Santiago Cuenya, de la licencia de Sportstec en la Argentina. Y comenta su vivencia como analista de video en el seleccionado de rugby: "Las primeras experiencias con los Pumas eran muy distintas de las de ahora. Me daban un video, conseguía dos videocaseteras, las conectaba con un cable y tenía que apretar play, rec y pausa; play, rec y pausa. En una sola línea de edición. Te equivocabas y había que empezar de cero. Es como en cualquier otro rubro, los avances tecnológicos facilitan el trabajo".
Hoy ya es muy común el uso de estos métodos de edición al instante. ¿Cómo funcionan? De acuerdo con los requerimientos de cada entrenador, se programan códigos para guardar determinados tipos de jugadas (córneres, quites, pases, centros en movimiento, gambetas, despejes, etcétera). Con sólo presionar un botón en una iPad, el software selecciona un segmento de grabación que comienza dos segundos antes y termina dos segundos después de la ejecución. El video se graba automáticamente en una carpeta en un disco rígido. Puede archivarse por tipo de jugada, por jugador, por sector de la cancha? hasta se pueden establecer los cortes de todas las acciones en las que dos jugadores determinados se pasaron la pelota entre sí. Todo se registra en una matriz y luego se recupera de acuerdo con las necesidades. También se pueden seleccionar las cámaras con los ángulos más convenientes y descartar las menos oportunas según la utilidad en la explicación que pretende dar el DT (planos amplios, cortos, medios, laterales, frontales...).
Lo interesante es que puede adaptarse para cada deporte. En la Argentina, lo usan la selección de fútbol, muchos clubes de primera división, las Leonas, los Leones, los Pumas y hasta el equipo de polo de Ellerstina, entre otros. El sistema se prepara y puede guardar scrums en el rugby, córneres cortos de hockey, ataques de zagueros en el voleibol o throw-ins en polo de manera indistinta. Sólo hay que programar el menú adecuado.
De la teoría a la práctica
En la platea norte de San Lorenzo, siempre estará sentado con una computadora sobre las piernas Maximiliano Bauza. Es el encargado de procesar este material para luego entregárselo a Edgardo, más conocido como "el Patón", que es su papá y el entrenador del Ciclón. En el entretiempo baja al vestuario y, en caso de que haya alguna situación que merezca contarse, se la transmite al técnico, que es el que tiene siempre la voz de mando. "La última vez que jugamos con Independiente detectamos que ellos tenían una forma de desmarque particular en las pelotas paradas -cuenta Maximiliano-. Se lo pudimos mostrar a los jugadores en el entretiempo y así lograron anticiparse." Luego de sufrir bastante en esa primera mitad, el Ciclón ganó 1-0. Continúa Bauza: "Otra situación especial se dio en la semifinal de la Copa Libertadores del año pasado, contra Bolívar. Tuvimos mucho tiempo para estudiarlos. Se armaron siete videos especiales para los jugadores, nosotros vimos muchos más. Sabíamos cómo salían del fondo, cada cosa que hacían y el análisis individual. Pero especialmente vimos cómo se paraban en las pelotas paradas. Ese día hicimos tres goles así. No digo que se ganó por eso. En la cancha siempre va a terminar resolviendo el jugador, pero la herramienta fue útil en ese momento".
El historial que se registra a partir de estas acciones puede archivarse, pero también se pueden hacer investigaciones más profundas. Si un equipo argentino debe jugar contra un rival extranjero en la Copa Libertadores y no tiene referencias, puede contratar servicios internacionales de videos. Hay empresas que graban todos los partidos de todos los deportes. Tienen empleados en cada país. Una vez generados los archivos, los suben a una nube para la visualización online inmediata. Pagando el servicio, un nombre de usuario y una password, permiten que los clubes tengan acceso a todos los partidos de todos los equipos del mundo desde cualquier computadora. Si se vuelcan las imágenes al programa, se pueden repetir los procesos de investigación.
Hay muchas bases de datos con videos, pero tres son las principales y las más confiables. Wyscout, de Inglaterra; Videoprofile, de Francia, e InStat, de Rusia. Es otro servicio que puede observarse como costoso, pero accesible si se tiene en cuenta que es para clubes que se juegan millones de dólares cada vez que pasan una etapa o quedan eliminados en un torneo internacional. Se puede acceder a este servicio por un pago anual que va de los 7000 a los 10.000 dólares.
Incluso algunas de estas empresas trabajan en conjunto. Por ejemplo, si uno contrata el servicio de Wyscout, sabe que tendrá aplicaciones vinculadas con el software de SportsCode, con el trabajo de edición realizado.
No sólo la lectura del rival es lo que importa. Muchos equipos dan jugadores a préstamo a otros clubes, localmente o en el exterior. Para seguir el desarrollo de ese "activo" del club que está momentáneamente fuera de "casa", pueden hacerlo sin moverse de una oficina. El entrenador puede observar su evolución día a día.
Un software en la Argentina puede costar entre 40.000 y 300.000 pesos. Los clubes del rugby argentino, que son amateurs, compran principalmente los más baratos. Los equipos de fútbol optan por los más costosos. La licencia es perpetua, pero, como en cualquier programa de computación, cada avance tecnológico genera novedades interesantes. Esa actualización puede costar entre el 7 y el 10% del costo original del programa.
SportsCode no es el único sistema. También existe Prozone. Esta empresa instala cámaras en las canchas de los equipos que la contratan. La diferencia es que las imágenes se transmiten desde todo el mundo hacia un servidor madre que se encuentra en la India. Allí, miles de empleados procesan el material. Es decir, el entrenador no puede tener a su gente de confianza en el trabajo directo; depende de la capacidad de los que ejecuten esa función en Asia. Boca supo utilizarlo, pero nadie más lo contrató en nuestro país.
Burlando el sistema
La FIFA impide la utilización de cualquier aparato electrónico en el banco de suplentes. Tanto es así que a Marcelo Gallardo lo castigaron porque, en un partido en el que estaba suspendido, utilizó un handy para comunicarse desde la platea con el banco de suplentes. Sin embargo, hay quienes se las ingenian para poder llevar su herramienta durante el juego. Cuentan que hace unos años los asistentes de un entrenador de Barcelona, de España, llevaban cuadernos de anotaciones a los que prolijamente les habían cortado las hojas para generar un hueco para alojar allí una iPad. Cuando parecía que sólo revisaban anotaciones, en realidad estaban usando esta herramienta en tiempo real, observando cada detalle del partido procesado a gusto y placer del entrenador.
En el cuerpo técnico de la selección argentina sospechan que Alemania utilizó alguna de estas herramientas en la final del último Mundial. No hay pruebas al respecto, sólo hipótesis a partir de trascendidos?
Hay que tener en cuenta algo: el sistema depende de quién lo carga. Las empresas que venden los programas pueden brindar la capacitación, pero no ingresan los datos. La veracidad de las estadísticas o la compilación de imágenes dependerán de la seriedad con la que el analista de video efectúa el trabajo. Esa persona, por lo general, actúa como data entry. Un entrenador puede luego evaluar ese trabajo personalmente o tener otra persona más a cargo de la interpretación de la información, lo que se conoce como un analista de rendimiento. Este puesto tiene que ocuparlo, lógicamente, una persona de mucha confianza del DT.
Hay cientos de ejemplos en la permanente evolución de los accesorios vinculados con el deporte. Un tenista que juegue con una vieja raqueta de madera tendrá desventajas ante uno que utilice una moderna de titanio. En la esencia, lo más importante es que si el jugador es malo dejará sus tiros en la red con cualquiera de las dos. Por eso la clave está en la buena utilización de la herramienta y, fundamentalmente, en la correcta interpretación de las conclusiones a las que se llegue. Lo mismo con la fortuna. Una pelota que pega en un palo puede entrar o salir. Un drive de un tenista que se estrella en el borde de la red puede bailar insólitamente sobre el canto de la faja y jugar con los nervios de los deportistas en un match point para luego caer de un lado o de otro. Esos intangibles siempre estarán. ¿Se puede luchar contra la suerte? En realidad, la pregunta es otra. En momentos de profesionalismo extremo, ¿a qué entrenador no le gustaría contar con todas las herramientas a su alcance para volcar de su lado hasta los más pequeños detalles? Cosas casi insignificantes a veces, pero que en épocas de paridad pueden ser las que diferencian al que gana del que pierde.
Geolocalización
Otro método de medición de juego muy demandado es el de los sensores vinculados con GPS (los más utilizados son GPS Sports y Catapult USA). Son aparatitos que se colocan en un pequeño bolsillo en la camiseta, cerca de la nuca de los jugadores. La FIFA los prohíbe, por lo que los clubes sólo los está utilizando durante las prácticas. Permiten saber, por ejemplo, la cantidad de kilómetros que corrió un jugador durante el partido, su velocidad máxima o su promedio de velocidad. Muchos entrenadores lo utilizan, por ejemplo, para evaluar a través de mapas de calor los desplazamientos de los jugadores.
Un jugador que no tuvo un promedio de velocidad alto o no sumó muchos kilómetros puede recibir advertencias al respecto. Es otra forma de presión para los deportistas, que se encuentran ante un elemento de control extra sobre sus rendimientos. Hay ejemplos concretos. En el rugby inglés, donde sí pueden usar esta tecnología, un jugador que había tenido números bajos en un partido logró mejorarlos al siguiente. El entrenador se preguntó cómo lo había hecho, dado que no notó diferencias en su actuación. Cuando contrastaron las imágenes con los datos, notó que en los momentos en que el juego estaba detenido, este rugbier corría para ir a tomar agua o seguía moviéndose en la cancha. El sistema seguía funcionando y el protagonista encontró una forma de manipular los resultados.
Si bien no se pueden usar en partidos oficiales de la FIFA, en algunas competencias (como el Mundial o la Champions League) se ofrecen a nivel televisivo estadísticas de distancias recorridas o velocidad. Allí se utiliza otro método de medición, el de control de distancias por triangulación de imágenes.
La última novedad, hoy, está vinculada con esos mismos sensores que llevan los jugadores en la espalda, conectados a las cámaras de grabación para el seguimiento individual de un deportista. La máquina identifica el movimiento del jugador y lo sigue por toda la cancha sin necesidad de un camarógrafo. Incluso el zoom es automático y se ajusta cuando se aleja o se acerca al sector en el que está ubicado el artefacto.
Hasta aquí se ha llegado. Deje volar su imaginación y hágase una idea de las herramientas que se utilizarán mañana en busca de un triunfo.