Paulo Dybala, ese megasuplente estrella por el que todos preguntan en Rusia
BRONNITSY, Rusia. – Futbolista atípico, Paulo Dybala está quizá pagando precisamente el hecho de ser un distinto. Podría hacer de Lionel Messi si un día el "10" no estuviera en condiciones de jugar, pero es precisamente ese talento que lo lleva a parecerse al mejor de todos su principal problema. Si Dybala brillara en otra posición, si simplemente fuera otro – un buen defensa central, un buen mediocampista– sería titular. El problema de Dybala es ser Dybala, ser un delantero que, como Messi, puede cubrir diferentes posiciones, pero sobre todo la del rosarino. Eso lo convierte en uno de los suplentes más suplentes de la selección de Jorge Sampaoli , cuando probablemente sería titular en cualquiera de las 31 selecciones restantes.
Futbolista atípico Dybala, sí, porque habla mirando a los ojos, escucha con respeto e interés al interlocutor y no recurre a las redes sociales para, mediante largas parrafadas, anunciar que no se va a rendir. Él se planta ante los periodistas, como ayer en la concentración de la selección en Bronnitsy, y dice algo tan simple como profundo: "Siempre soy muy optimista y creo que en algún momento voy a tener la posibilidad". Es decir, un "no me rindo", pero sin ploteado de libro de autoayuda. Y entonces le dicen que si es cierto que está dispuesto a jugar en más de una posición, y entonces él contesta con la serenidad de un lord inglés, aunque sea un mensaje clarísimo a Sampaoli: "Cubrí muchas posiciones desde que empecé a jugar al fútbol y siempre me sentí cómodo".
La siguiente pregunta tiene el potencial de acorralarlo, pero Dybala despeja sin despeinarse y es como si tuviera hasta tiempo para mirarse al espejo y acomodarse el pelo (además de mandarle otro mensaje al técnico). ¿Qué se siente ser suplente de Messi? "Messi no tiene ningún suplente, ni acá ni en ningún equipo del mundo. Obviamente, creo que podemos jugar juntos. Requiere de trabajo".
Enorme figura del fútbol italiano y goleador de la Juventus, Dybala es objeto de una pregunta que repiten una y otra vez los periodistas italianos en los diferentes estadios del Mundial. "¿Por qué no juega, por qué no lo pone Sampaoli?". Y con la azzurra fuera del Mundial y necesitados de buscar temas, los medios italianos le dan espacio generoso a lo que suceda en torno a Dybala, y, obviamente, también con Gonzalo Higuaín .
Dybala habló ayer mientras se consumaba la derrota de Polonia ante Senegal. Curiosa coincidencia, porque el delantero tuvo todas las posibilidades de decirle "sí" a la selección europea, ya que sus ancestros son polacos. Pero el cordobés fue rosarino, hizo exactamente lo mismo que Messi con el abuelo de Gerard Piqué, que era el que buscaba convencerlo de que jugara para España: no, no y no cada vez que intentaron tentarlo.
Messi y más Messi
En la era de la hipercomunicación, una frase recortada y fuera de contexto puede tener la virtud de potenciar la incomunicación. El año pasado, Dybala dijo que "es difícil jugar con Messi". Sí dijo eso y no lo dijo, porque la frase fue bastante más amplia: "Va a parecer raro lo que voy decir, pero es un poco difícil jugar con él, porque jugamos en la misma posición y yo trato de respetar siempre su espacio dentro de la cancha y sentirme lo más cómodo posible. Seguramente soy yo el que tiene que adaptarse más a él y ayudarlo en lo que pueda".
No es lo mismo que decir que Messi es "difícil", ¿no? El propio Messi dijo hace poco que el tema no le hizo en su momento el más mínimo ruido: "Cuando se acercó a hablarme del tema, la charla duró un segundo, yo enseguida entendí lo que él quiso decir. En ningún momento me cayó mal y apenas él me quiso decir algo yo le dije enseguida que había entendido el mensaje, que no tenía ningún tipo de problema".
El problema, entonces –no hay por qué no creerle al "10"– no es entre Messi y Dybala. ¿Cuál es el problema para que un goleador sea suplente eterno –ni siquiera jugó con Haití en una noche en la que hubo ¡seis! cambios– en una selección con notorias dificultades para marcar goles? Pregunta, una vez más, para Jorge Sampaoli.
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