El contagio por el frío de las arcas europeas
En el primer mes del año, las entidades locales nutrían sus tesorerías con jugosos pases, pero todo cambió desde 2008
"El joven centrocampista argentino de Boca Juniors, Ever Banega, será traspasado al Valencia CF por 18 millones de euros, la primera gran operación del mercado invernal de fichajes en España", anunciaban varios medios españoles.
El año 2008 daba sus primeros pasos. El fútbol argentino todavía mantenía cierto nivel de sorpresa por la consagración de Lanús como último campeón, al coronarse en el Apertura 2007. Como todos los veranos, los clubes negociaban las ventas de sus figuras con el potente mercado europeo como alimento básico e indispensable para sus economías. Seis años atrás, era Banega la joya del semillero nacional que cruzaba el Atlántico para seguir su destino futbolístico. Acá, los dirigentes de Boca (en este caso) sonreían por una transferencia que aliviaba la delicada cuenta bancaria del club.
Pocos podían aventurar entonces la crisis que iba a golpear a Europa con tanta fuerza. Los efectos fueron directos para el poderío del fútbol: progresivamente el mercado invernal del primer mundo de este deporte fue perdiendo impacto. Entonces, la búsqueda de jugadores argentinos pasó de ser activa a convertirse en casi nula. Se debe tener en cuenta que a mitad de temporada, Europa tiene un cupo de refuerzos permitidos. Y los clubes de nuestro país lo comenzaron a sentir en demasía porque se les cerraba la canilla de ingresos en dólares y euros, vital como el agua para sus debilitados balances.
Un repaso a la historia de las diez transferencias argentinas de mayor monto hacia el mundo indica que seis fueron concretadas en estas épocas. Es necesario retroceder hasta 1998 para recordar la venta de Marcelo Salas de River a Lazio, por 20 millones dólares. Esa transferencia, la quinta en importancia desde nuestro país hacia el exterior, se realizó en febrero, aunque finalmente el delantero chileno partió a Italia a mediados de ese año. Se trató, en definitiva, de un emblema de estas operaciones que alientan las arcas de las instituciones a comienzos de año.
El pase de Fernando Gago de Boca a Real Madrid por 27 millones de dólares realizado en 2006 se convirtió en el más alto en los días en que el calor apretaba en la Argentina. Es que, además, se trata de la segunda operación de más valía, después de la venta de Sergio Agüero de Independiente a Atlético de Madrid, la mejor transferencia de la Argentina para Europa (28 millones de dólares, en 2006). Sólo con la venta de dos volantes centrales, los citados casos de Banega y Gago, en dos años Boca embolsó 45 millones de dólares en los eneros de entre 2006 y 2008, sin dudas una poderosa cantidad de dinero como para afrontar varios años con saludable economías. Pero...
Salvo las ventas de Agüero y de Mauro Zárate (de Vélez a Al-Saad), el top ten de ventas millonarias de futbolistas argentinos al mundo lo forman operaciones hechas íntegramente por Boca y River. Y en ese listado los dos clubes más poderosos se reparten tres ventas en verano: además de las citadas anteriormente en esta nota, aparecen las de Carlos Tevez (pasó de Boca a Corinthinas, de Brasil, a finales de 2005 para que comenzara a jugar al año siguiente), la de Pablo Aimar (River lo vendió a Valencia en inicios de 2001), y la de Gonzalo Higuaín (transferido por River a Real Madrid, a comienzos de 2007).
Pero todo este panorama tan cercano en el tiempo parece pertenecer a otra realidad. Los nuevos tiempos marcan la caída del billete en Europa y, por ende, la cantidad y la calidad de las ventas de nuestro fútbol hacia el mundo ha bajado considerablemente. Por eso, ahora, los clubes tienen que pasar el verano...
lanacionar