El día que Germán Burgos evitó que le sacaran el riñón a Saúl Ñíguez, estrella de Atlético de Madrid
El ayudante de Cholo Simeone intervino a tiempo para convencer al futbolista de que era una mala elección
MADRID.- El Germán Burgos que conocemos hoy está a años luz del Germán Burgos que conocimos como jugador. Ya no hay pelo largo, ya no hay un gesto constante de enojo en su rostro, ya no hay tanto rock (o sí, peor puertas adentro). Ya no hay esa actitud de rebelarse ante cualquier problema sin importar las consecuencias. Fue su lucha contra el cáncer de riñón el punto de inflexión. Poco a poco, el Mono comenzó a convertirse en el hombre que es hoy: sin perder su buen sentido del humor, se transformó en un hombre mucho más terrenal.
Alcanza con mencionar una ejemplo. Cuando le diagnosticaron el cáncer, en los primeros meses de 2003, su primera reacción fue: "Me opero el lunes porque este domingo tengo partido". Por suerte, los médicos lograron convencerlo y fue intervenido con urgencia. Le extirparon tres centímetros de uno de sus riñones. Eso sí, pese a que la causa fue el cigarrillo, volvió a fumar poco tiempo después de la intervención.
De todos modos, esa experiencia, esa transformación, fue lo que hizo que Burgos, hoy ayudante de Diego Simeone en Atlético de Madrid, salvara Saúl Ñíguez, una de las estrellas del equipo, de perder un riñón. Así lo reveló el propio futbolista en diálogo con el diario inglés The Guardian.
Sucedió en 2015, en Alemania. Durante un partido contra Bayer Leverkusen, por la Champions League, Saúl recibió un fuerte golpe en la zona del riñón izquierdo, el mismo que le habían tenido que operar la temporada anteior, cuando jugaba para Rayo Vallecano. Eso le provocó un traumatismo renal con hematoma, por el que tuvo que permanecer varios días en el hospital. Tuvieron que drenarle la zona con un catéter.
“Cuando me senté en la camilla temblaba y ni me podía mover ni me podían pinchar. No sentía los brazos ni las piernas. Pero lo peor fue cuando vi a mi padre preocupado al verme temblar”, describió algunas semanas atrás, al recordar el incidente. Pasó muchos días de sufrimiento en aquella clínica alemana. Los dolores apenas le permitían conciliar el sueño. No quería sufrir más, quería regresar lo antes posible a las canchas. Por eso, tomó una difícil decisión: extraerse el riñón.
Por fin! Ya me quitaron el catéter ahora veremos la evolución y a prepararme para ayudar al equipo!
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“Me dijeron que mi riñón estaba destruido. Fue lo peor. Estaba acostado en la camilla y vi a mi padre llorar. Le dije ‘no pasa nada, soy un toro, podré con esto’. Hubo tiempo difíciles. El catéter le da funcionalidad pero estaba dolorido, lo sentiría corriendo, y orinaba sangre. El problema fue cuando lo sacamos, mi riñón no funcionó correctamente. Me dieron opciones: jugar durante un mes, parar por un mes.. No quise. Volví a colocar el catéter, quería jugar”, recordó Saúl.
Y agregó: "'Doctor, quítelo. Tengo otro', le dije. Estaba cansado de todo. Estaría un mes fuera, pero luego volvería perfectamente. El médico me recomendó probar otras cosas. Yo no quería”. Ahí fue cuando intervino el Mono Burgos, quien logró persuadir al futbolista. “El doctor dice que estás pensando en sacar tu riñón. ¡Tienes 22 años! ¿De qué estás hablando? Usa tu cabeza. Saúl, piensa en tu vida. El futuro. ¿Qué pasa si tienes un problema con el otro? No hay manera de salir. Entonces volvimos a colocar el catéter”.
En realidad, los que lo conocen aseguran que el Mono no cambió tanto, sólo mejoró.
Esta tarde, desde las 15.45, Atlético de Madrid recibirá a Chelsea, por la fase de grupos de la Champions League.
Fuente: Mundo Deportivo.