El mejor Tevez: comprendió su nuevo rol, Boca lo disfruta y Alfaro lo agradece
Carlos Tevez está metido. En el día a día se lo nota comprometido con la causa. Puede tener rendimientos correctos o muy bajos, eso se sabe desde hace tiempo. Pero consigo lleva otro espíritu. Luego de una charla con sus compañeros, a los que les ofreció disculpas tras salir hace unos meses a criticar públicamente, en medio de un momento de paz, al exentrenador Guillermo Barros Schelotto, entendió el rol que Gustavo Alfaro le había designado: el de abanderado. Desde ahí, tomó otra postura: humildad, trabajo y compañerismo. Y en ese camino va, siguiéndolo a su actual técnico, que intenta sacar lo mejor de él y de sus compañeros. Tener un verdadero equipo a su lado mantiene encendidas sus ganas de competir y de ganar títulos con la camiseta que ama. Y la posibilidad del retiro, eso que tanta fuerza tomó en el último tiempo, la irá manejando en su cabeza según pasen los meses de competencia.
Porque al mismo tiempo es consciente, y acepta ante los micrófonos, que su carrera cada vez se hace más angosta. El físico es un tema, otro es la edad. Y eso hizo que, por ejemplo, tuviese que agachar la cabeza y apoyar la decisión de Alfaro antes de la final ante Rosario Central por la Supercopa Argentina: otorgarle la titularidad a su competidor directo, Mauro Zárate, que desde que comenzó este ciclo atraviesa un nivel elevado que se prolonga en el tiempo. "Mauro está mejor, es justo que juegue él y no yo" admitió. Luego, Boca se consagraría por penales (6-5), en donde el ídolo ejecutó y convirtió el suyo, una materia en la que últimamente no se había destacado: eso habla de la confianza que le transmiten sus compañeros y el técnico. Así logró desahogarse luego de tres finales seguidas perdidas (las últimas dos, contra River) y levantar el título número 27 de su exitosa vida adentro de las canchas.
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"¿Quién dijo que yo me voy a retirar? Yo no dije nada. Me ponen un título enfrente y siempre quiero ganarlo. Uno no sabe cuándo será el último. Esa es una frase que siempre me dijeron los campeones que jugaron conmigo cuando era joven", fueron una de sus primeras sensaciones tras el éxito conseguido en el Malvinas Argentinas de Mendoza. Quizás, es ahí donde Carlitos evidencie su actual postura: aunque se muere de ganas por ser titular, ya no forja el protagonismo que imponía en el pasado su tan pesado apellido y prefiere sentirse parte de algo grande desde el lugar que le designen. Y disfruta, como en las últimas horas.
¿Quién dijo que yo me voy a retirar? Yo no dije nada. Me ponen un título enfrente y siempre quiero ganarlo. Uno no sabe cuándo será el último.
"Tevez no era titular, pero la arenga en el vestuario la hizo él. Con él hablamos de manera muy franca y frontal. Carlitos quiere hacer las cosas de la mejor manera para que, cuando le toque irse, lo haga por la puerta grande. De esa manera, nos hace las cosas fáciles", detalló Alfaro tras su primera consagración en la institución de la Ribera.
Aunque el atacante de 35 años sigue teniendo sus posibilidades adentro de la cancha para demostrar que tambien es capaz de ser importante, como lo supo ser en varios encuentros del epílogo de la Superliga. Por eso, anoche, en la revancha ante Godoy Cruz por los octavos de final de la Copa de la Superliga, el N°10 volvió a ser titular y capitán, siendo uno de los más participativos del partido: se acostumbró, en este nuevo ciclo, a dejar a un lado sus tantas imágenes apáticas de los últimos años. Entonces, los murmullos que solían presenciar la Bombonera en el arranque del semestre ahora desaparecieron definitivamente: de hecho, en la presentación ante el Tomba, fue uno de los que más aplausos recibió, tanto cuando se anunciaron los equipos como cuando salió reemplazado, cerca del final.
Tevez no era titular, pero la arenga en el vestuario la hizo él. Con él hablamos de manera muy franca y frontal. Carlitos quiere hacer las cosas de la mejor manera e irse por la puerta grande
Sus ganas le permitieron, incluso, sobreponerse a un campo de la Bombonera imposible de moverse cómodamente por la enorme cantidad de agua que cayó durante la fuerte tormenta eléctrica. Por momentos se puso el traje de conductor del equipo y se asoció continuamente con Emanuel Reynoso, con quien tuvieron buena química en la primera mitad. Se animó a pisar la pelota de manera lujosa para sacarse una marca de encima en la mitad de la cancha y así darle el puntapié a un ataque peligroso. Y soportó la marca de dos defensores del Tomba en la puerta del área, corrió la pelota de la zona inundada y sacudió cercano a uno de los palos. La confianza es otra. Y su aporte también.
Carlos Tevez, ese futbolista que se mueve por el ocaso de su carrera, pero que tira la cuerda para el mismo lado y acepta el lugar que le asignan.